¿Qué nos dice el peso?

El argumento más referido por los analistas fue que la moneda mexicana se había convertido en víctima de su propio éxito, dados su alto nivel de liquidez

 

La trayectoria de depreciación del peso mexicano frente al dólar no se detiene. En los últimos dos años la moneda mexicana ha perdido el 45 por ciento de su valor frente a la divisa estadounidense.

4.56%
es la pérdida de valor que registró el peso frente al dólar entre agosto 17 y septiembre 14, periodo en el que Trump ha avanzado de manera acelerada en las encuestas
La suerte recae no sólo en aquellos que son valientes, también en aquellos que piensan que merecen estar donde están”
Novak DjokovicTenista serbio
En lo que va del año, el peso presenta el segundo peor desempeño entre las monedas globales, únicamente detrás de la libra esterlina
Usualmente diríamos que un alza de tasas de interés es bueno para el peso. La única pregunta es si los incrementos en la tasa de interés fueron demasiado súbitos e inesperados que crearon el riesgo de que el Banco de México continuara con más alzas”
Nicholas BennenbroekDirector de estrategia de divisas de Wells Fargo
No hay mucho apetito para apostar por el peso dado que prevalece el riesgo de una victoria de Trump” 
Juan Carlos AldereteDirector de estrategia
de Grupo Financiero Banorte

El argumento más referido por los analistas fue que la moneda mexicana se había convertido en víctima de su propio éxito, dados su alto nivel de liquidez

 

La trayectoria de depreciación del peso mexicano frente al dólar no se detiene. En los últimos dos años la moneda mexicana ha perdido el 45 por ciento de su valor frente a la divisa estadounidense.

 

El año pasado, la alta correlación entre los precios del petróleo y el peso fue citada como la principal causa de la depreciación. 

 

La caída de más de 50 por ciento del valor del crudo en relación a su punto máximo de mediados de 2014 se reflejó negativamente en el tipo de cambio.

 

Aunque esta correlación se rompió eventualmente, la tendencia bajista del peso prevaleció. El argumento más referido por los analistas fue que la moneda mexicana se había convertido en víctima de su propio éxito.  La estabilidad macroeconómica y un modelo cambiario con poco control sobre los flujos de capitales hicieron del peso la moneda emergente más operada del mundo.

 

La liquidez de la divisa permite que los activos denominados en pesos puedan ser comprados y vendidos de manera relativamente sencilla. 

 

En ese sentido, el peso se convirtió en un activo de cobertura para el riesgo emergente. Cuando el escenario se torna adverso en los mercados financieros, los administradores de portafolios de inversión venden pesos para cubrir sus posiciones emergentes de activos que cuentan con menor liquidez.

 

El hecho de que el peso sea más fácil de vender que el real brasileño o la rupia india ha provocado depreciaciones significativas en la moneda mexicana durante episodios de turbulencia global.

 

En lo que va del año, el peso presenta el segundo peor desempeño entre las monedas globales, únicamente detrás de la libra esterlina, afectada por el referéndum en el que el pueblo británico optó por la salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).

 

El martes, después de que a finales de la semana pasada se presentó la jornada más volátil desde el Brexit, el peso perdió el 1.7 por ciento de su valor frente al dólar, una caída significativa considerando que los movimientos diarios en el valor de las divisas no suelen superar un punto porcentual.

 

Conforme el peso se acerca a su valor mínimo histórico, analistas ofrecen diferentes puntos de vista para explicar la continua pérdida de valor de la moneda mexicana. Un argumento recurrente es que la creciente probabilidad de que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, gane las elecciones está siendo descontado por el mercado.

 

Otra posición yace en el cambio de discurso de los principales bancos centrales, cuyo desplazamiento hacia posturas de política monetaria restrictiva comienza a pesar negativamente en los mercados, particularmente en los activos emergentes.

 

Asimismo, los analistas del mercado de divisas del banco Wells Fargo sostienen la tesis de que el manejo de la política monetaria del Banco de México es responsable de gran parte de la salida de flujos de capital de activos denominados en pesos.

 

Efecto Trump

 

Si se observa una gráfica que mide el tipo de cambio peso-dólar y el movimiento histórico de la brecha de preferencia electoral entre Donald Trump y Hillary Clinton, se aprecia un alto nivel de correlación entre ambas variables.

 

La retórica antimexicana de la campaña de Trump, su promesa de revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el discurso de que hará pagar a México por la construcción de un muro fronterizo han hecho de las elecciones presidenciales de Estados Unidos un riesgo para la 

estabilidad económica de México.

 

El avance reciente de Trump en las principales encuestas de preferencia electoral coincide con la acelerada depreciación que ha presentado el peso recientemente.

 

El 8 de agosto, el modelo de predicción electoral de FiveThirtyEight, considerado uno de los mecanismos de pronósticos de mayor credibilidad, asignó una probabilidad de apenas 11 por ciento a la victoria electoral de Trump. Actualmente, la probabilidad escaló a un nivel de 33 por ciento.

 

En este periodo, el peso mexicano se ha depreciado 4.56 por ciento frente al dólar.

 

En la encuesta de preferencias netas, el candidato republicano redujo la brecha a 3 puntos porcentuales y rebasó a su contrincante en las encuestas del estado de Ohio, una entidad decisiva que ha definido al ganador de la elección desde 1964.

 

La culpa es de Banxico

 

Los cambios en la política monetaria de Banco de México en el último año han estado motivados por los efectos de la volatilidad de los mercados globales en la depreciación del peso.

 

En lo que va del año, el banco central mexicano ha elevado la tasa de interés de referencia de corto plazo en 100 puntos base, adelantándose a una eventual subida de tipos de interés de parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.

 

El movimiento, de corte agresivo, se justificó con el argumento de que era necesario estabilizar el valor del peso para evitar que una depreciación subsecuente pudiera generar presiones inflacionarias.

 

Sin embargo, Nicholas Bennenbroek, director de estrategia de divisas de Wells Fargo, considera que esta medida ha probado ser contraproducente.  Sostiene que un movimiento tan súbito en las tasas de interés generó preocupaciones entre los inversionistas.

 

Aunque México cuenta con fundamentos macroeconómicos relativamente más estables que sus contrapartes emergentes, el desempeño de los activos mexicanos ha sido decepcionante.

 

En el 2016, la tenencia de valores gubernamentales en manos de inversionistas foráneos ha disminuido en 57 por ciento, de acuerdo a Bloomberg. Asimismo, las notas de deuda mexicana presentan un rendimiento negativo de 3.5 por ciento que contrasta con el rendimiento positivo promedio de 13.5 por ciento de las notas de deuda de otros países de América Latina.

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