El shale llega a México

La reforma energética prometió traer el boom del petróleo shale a México. En un inicio, la Ronda Uno contempló una licitación de campos de recursos no convencionales. Sin embargo, ante el colapso de los precios del petróleo que comenzó en junio de 2014, el proyecto quedó en pausa.

Scott Tinker, director del Buró de Geología Económica, sostiene que México es el tercer país con mayores reservas de gas y petróleo shale en el mundo. La mayoría permanece inexplorada

La reforma energética prometió traer el boom del petróleo shale a México. En un inicio, la Ronda Uno contempló una licitación de campos de recursos no convencionales. Sin embargo, ante el colapso de los precios del petróleo que comenzó en junio de 2014, el proyecto quedó en pausa.

El fenómeno del shale ha llegado a tal grado que el fundador de Pioneer Resources, Scott Sheffield, refiere que la cuenca Permian en Texas se convertirá en la “nueva Arabia Saudita”. Sheffield proyecta que en la siguiente década, esta región producirá entre 8 millones y 10 millones de barriles diarios de petróleo.

Rystad Energy estima que la producción de shale de Estados Unidos al cierre de 2017 será de alrededor de 900 mil barriles de crudo diarios, casi la mitad de lo que produce México actualmente.

Los campos de lutitas de México, ubicados en su mayoría al norte del país, fueron parte del atractivo que hizo de la reforma energética el ancla del llamado Mexican Moment.

Sin embargo, el país todavía no capitaliza el potencial de una industria que ha redefinido al mercado energético global. La Secretaría de Energía plantea que las primeras licitaciones de campos de shale en México se realizarán a finales de este año.

Mientras tanto, Raven Petroleum y MMEX Resources han anunciado la construcción de refinerías en Texas para aprovechar la creciente producción de las cuencas Eagle Ford y Permian y satisfacer al mercado de gasolina de México.

Christopher Moore, director administrativo de Raven Petroleum, dijo al portal Bloomberg que la demanda de gasolina de México está creciendo a una tasa de tres por ciento anual.

Los planes de Raven Petroleum y MMEX Resources ofrecen una salida inmediata a los crecientes niveles de producción de petróleo shale de Texas. Una de las refinerías estará ubicada a 50 millas de la ciudad de Laredo.

De acuerdo a cifras oficiales, México importa el 62 por ciento de la gasolina que se consume en el país. Moore argumenta que no prevé que el país pueda revertir esta situación en el corto plazo, de modo que compañías como Raven Petroleum, con acceso directo a petróleo barato a costos competitivos, capitalizarán esta tendencia.

La refinería de Raven Petroleum tendrá una capacidad de procesar 50 mil barriles de petróleo diarios. La compañía espera iniciar operaciones a inicios del 2019.

¿Shale mexicano?

El consenso de analistas coincide en que la formación rocosa de los campos de shale en México es similar a la de Texas. Técnicamente, existe potencial de desarrollo. Sin embargo, esto representa una muestra patente de la diferencia entre factores institucionales al sur y al norte de la frontera.

Por un lado, aún con la reforma energética, las leyes de propiedad de la tierra de México difieren de las de Texas. Por otra parte, aún con una inversión significativa reciente en el desarrollo de un sistema de gasoductos hay inversionistas que cuestionan si la infraestructura energética existente en México es suficiente para la explotación competitiva de estos campos.

Finalmente, está el tema más cuestionado: la inseguridad. Por años, los reportes anuales de Pemex describen la toma clandestina de sus gasoductos como uno de los principales problemas para la operación de la empresa. Garantizar la seguridad de la infraestructura y de estos campos, en los que la presencia del crimen organizado está documentada, no es barato.

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