Reconstruyendo a bancos globales

Los bancos que se consideraban “muy grandes para quebrar” (traducción exprés del famoso concepto “too big to fail”) se han ganado la desconfianza de gran parte de la población.

Cuando la gente se queja del sistema financiero, generalmente tiene algún grado de asociación con los gigantes de Wall Street.

Esto ha llevado a contemplar el debate de fragmentar a los bancos más grandes para evitar en el futuro pérdidas catastróficas por parte del sistema financiero.

Alberto Morales Alberto Morales Publicado el
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Mil millones de dólares en activos ha vendido Citigroup en los últimos 5 años
"Limitar el tamaño de los bancos americanos no eliminará las necesidades de compañías grandes, las forzará a recurrir a bancos foráneos que no tengan las mismas restricciones”
Jamie DimonCEO de JP Morgan

Los bancos que se consideraban “muy grandes para quebrar” (traducción exprés del famoso concepto “too big to fail”) se han ganado la desconfianza de gran parte de la población.

Cuando la gente se queja del sistema financiero, generalmente tiene algún grado de asociación con los gigantes de Wall Street.

Esto ha llevado a contemplar el debate de fragmentar a los bancos más grandes para evitar en el futuro pérdidas catastróficas por parte del sistema financiero.

El tema se ha vuelto controversial, y quienes cabildean a favor de los bancos más grandes no permitirán que se apruebe tan fácilmente.

Cambio de rumbo

Será por cuestión de conciencia o de arrepentimiento, pero quien alguna vez fue el héroe de Citigroup ahora va en contra de lo que él mismo impulsó.

Cuando Sandy Weill fue presidente y director ejecutivo de este conglomerado financiero, se encargó de desarrollar una institución que ofreciera banca privada y banca de inversión, entre otros productos.

Este concepto de institución financiera global es lo que precisamente muchos critican como una de las causas de la crisis financiera de hace algunos años.

En entrevista reciente con CNBC, Weill expresó: “Lo que probablemente deberíamos hacer es separar la banca de inversión de la banca.

“Que los bancos sean los que cuidan los depósitos, que los bancos hagan préstamos comerciales y préstamos de bienes raíces, que los bancos hagan algo que no ponga en riesgo el dinero del erario, eso no es ‘muy grande para quebrar’ (…)”, aseveró.

Esto parece contradictorio con la trayectoria que tuvo años antes mientras dirigía la corporación, claro que la crisis financiera pudo haber cambiado su idea sobre lo que deberían de hacer las instituciones financieras.

Aunque el actual CEO de Citigroup,  Vikram Pandit, no parece estar de acuerdo con este planteamiento.

En el Financial Times relatan cómo el directivo se ha mostrado satisfecho por el crecimiento de esta empresa en el mercado asiático.

Bajo la presidencia de Vikram Pandit se han vendido alrededor de 600 mil millones de dólares en activos, en 60 diferentes negocios.

La unidad que no se ha visto en buenas condiciones es la de Citi Holdings, la cual ha perdido 2 mil millones de dólares este año, de acuerdo al Financial Times.

Esto último lleva a uno de los argumentos para no optar por fragmentar a estas corporaciones financieras.

Beneficios de diversificar

El economista Richard Davies argumenta en contra de la idea de separar por departamentos estos bancos durante una entrevista con The Economist.

Lo hace basado en dos ideas fundamentales.

El primer argumento de Davis es que un banco global ayuda a brindar diversificación del ingreso.

Así, las pérdidas de la banca de inversión se pueden compensar con ganancias de la banca privada u otros departamentos.

Esto, subraya Davies, fue lo que logró la estabilidad financiera de J.P. Morgan durante la crisis iniciada en 2008.

Al contrario de Lehman Brothers y Bern Stern, quienes se constituían como banca de inversión. La  primera quebró por completo sin rescate del gobierno (lo cual detonó la crisis), la segunda fue adquirida por J.P Morgan.

Entonces, al diversificar la forma de obtener ingresos, se reducirían los riesgos de no obtenerlos, como implica el director de Citigroup, quien está contento con la trayectoria del grupo a pesar de las pérdidas de una de las unidades.

El segundo argumento se fundamenta en el hecho de que las compañías transnacionales que manejan grandes cantidades de dinero, prefieren estos bancos globales para que se encarguen de manejar todos los diferentes servicios bancarios que necesiten.

Así se ahorrarían el problema de buscar con qué institución financiera encargar cada servicio bancario en particular.

Ser o no ser un banco

En su edición impresa, la revista The Economist previene que romper bancos globales como Citigroup, RBS y Deutsche Bank solo provocaría tener seis bancos gigantes, en lugar de tres, ya que todos tienen activos por más de un billón de dólares.

Un político que de momento acapara los reflectores parece estar a favor de la propuesta de fragmentar.

El republicano Paul Ryan, compañero de fórmula del candidato presidencial Mitt Romney, instó a no dejar que los bancos hagan inversiones.

“Si eres un banco que quiere operar como una entidad no bancaria, como un fondo de cobertura, entonces no seas un banco.

“No dejen que los bancos usen dinero de los clientes para hacer nada más que banca tradicional”, expresó durante un discurso en mayo.

En contraste, Thomas McClanahan propone en un artículo periodístico que en lugar de incurrir en la complicación de separar a los departamentos bancarios, deberían ligar el ingreso de los ejecutivos principales a los del banco.

Así tendrían el incentivo de asegurar ganancias para el banco y evitar riesgos sistémicos que dañen a todos.

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