Cubrir los gastos funerarios que se generan por la pérdida de un ser querido suele detonar un impacto negativo en las finanzas personales ya que es un gasto que suele mostrarse sorpresivo, y por su naturaleza, a veces hasta exorbitante. Foto: Especial

Planear los gastos funerarios; la mejor decisión, en el peor momento

Generar una estrategia para hacerle frente a los gastos funerarios resulta en una de las decisiones más solidarias y necesarias no solo en términos empáticos, sino económicos

Cubrir los gastos funerarios que se generan por la pérdida de un ser querido suele detonar un impacto negativo en las finanzas personales ya que es un gasto que suele mostrarse sorpresivo, y por su naturaleza, a veces hasta exorbitante; por lo que la planeación resulta una aliada fundamental y necesaria.

La única seguridad con la que cuentan todas las personas en el mundo es que algún día trascenderán de este plano, ya que la muerte tarde o temprano se hace presente, tal como le sucedió a casi 600 mil mexicanos durante el año pasado, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Al respecto, Óscar Padilla, director ejecutivo de la empresa funeraria J. García López destaca en entrevista para Reporte Índigo que los factores de prontitud y espontaneidad con los que aparece la muerte, suelen impactar en las emociones y economía de los seres queridos y cercanos del fallecido, magnificando la serie de impactos negativos que viven quienes se encargan de despedir a la persona.

“Cuando un fallecimiento se presenta, generalmente hay dos aspectos que resienten de forma natural porque se involucran forzosamente; el primero es de orden emocional, ya que es un evento para el que no estamos preparados, aunque tengamos un familiar enfermo o alguien que por su edad se encuentre próximo a partir; y el otro es el aspecto económico, ya que al no estar preparados para ese tipo de situación las personas que se despiden de su ser querido quedan en un estado de vulnerabilidad, pues si no se adquiere un paquete funerario con anterioridad, los costos a los que suelen enfrentarse se encarecen hasta un 30 por ciento”, advierte el directivo.

Lo descrito por Padilla toma un significado mayor si se contempla que, de acuerdo con los precios de mercado, un servicio funerario puede costar de 10 mil a 40 mil pesos; un monto  que en una gran cantidad de casos debe de conseguirse en cuestión de horas para cubrir los gastos necesarios para despedir al ser querido, al mismo tiempo que se lidia con el dolor por la pérdida.

Por lo anterior, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) invita a la ciudadanía a tener una reflexión recurrente sobre el hecho de si se cuenta con el recurso económico necesario o mecanismo crediticio que pueda activarse y cubrir todo lo necesario en caso de que “uno llegue a faltar”.

Así, más allá de que la muerte sea uno de los asuntos más incómodos de tratar por los mexicanos, y prueba de ello es que solo cinco por ciento de la población del país cuenta con un programa de protección funeraria de acuerdo con la empresa especializada en ese tipo de servicios; trabajar una estrategia sobre ese momento resulta trascendental y necesario para los responsables que se harán cargo de todo cuando la persona ya no esté.

Perder el miedo a tocar el tema de la muerte y su costo

Abordar el asunto de la muerte, y su impacto en la economía de seres queridos y  el círculo cercano de las personas, ayuda a planear una estrategia en el eventual caso de un deceso y a poder asignar los recursos económicos necesarios para que ese momento difícil no se complique todavía más.

“En México somos muy de celebrar la muerte. Lejos de estar marcado por la tristeza, el día de muertos se pinta de colores y se viste de fiesta. Ponemos altares, le dejamos ofrendas a nuestros seres queridos para que, cuando sus almas nos visiten desde el Mictlán, puedan disfrutar de lo que les gustaba en vida. Si bien en México celebramos la muerte como un reencuentro, pocas veces nos preparamos para nuestra propia muerte y mucho menos tomamos la precaución de comprar un plan funerario”, puntualiza la plataforma financiera Nu.

Un testamento ayuda a que todo quede claro, y de forma oficial

La elaboración de un testamento puede evitar litigios a futuro que pueden implicar, por un lado, toda una serie de conflictos familiares y entre seres queridos, y por el otro, un gasto significativo, ya que dichos procesos suelen caracterizarse por su costo elevado.

“Con el testamento, al fallecer el testador los bienes pasarán más fácilmente y de forma inmediata a las personas que el mismo testador quiera y en la proporción que él mismo disponga, protegiendo con ello el patrimonio”, puntualiza el gobierno de México.

Anticiparse a la muerte, al menos con el bolsillo, con un plan funerario

Adquirir un plan con una empresa de servicios funerarios con anterioridad, que cubra aspectos esenciales como la ceremonia de despedida o el lugar de descanso eterno, puede resultar decisivo a la hora de vivir un duelo por un ser querido que parte.

“Cada año el valor de los servicios funerarios aumenta por lo menos en un 5 por ciento en relación directa a los ajustes inflacionarios, aunado a que la totalidad de lo contratado es deducible de impuestos”, destaca la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

La mejor elección es la que contempla todo, desde documentación, hasta el lugar de descanso eterno

Si se adquiere un plan funerario es necesario revisar que su contenido contemple toda serie de servicios y momentos que la despedida de un ser querido requiere; documentación, medios y hasta autorizaciones forman parte esencial para “decir adiós” de una forma correcta, tal como lo señala Óscar Padilla, director ejecutivo de la empresa funeraria J. García López.

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