Pagar está en ruso

La crisis política y económica por la que atraviesa Chipre pinta para llegar a un final nada grato para los inversionistas rusos en los bancos de la isla. 

Tras la propuesta fallida de implementar un impuesto a los depósitos y gracias a la insistencia de las instituciones financieras europeas de que un porcentaje del rescate provenga de la misma isla, los políticos chipriotas parecen haber traicionado a los inversionistas que abultaron su sistema financiero por años.

Eduardo Flores Eduardo Flores Publicado el
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La crisis política y económica por la que atraviesa Chipre pinta para llegar a un final nada grato para los inversionistas rusos en los bancos de la isla. 

Tras la propuesta fallida de implementar un impuesto a los depósitos y gracias a la insistencia de las instituciones financieras europeas de que un porcentaje del rescate provenga de la misma isla, los políticos chipriotas parecen haber traicionado a los inversionistas que abultaron su sistema financiero por años.

El acuerdo más nuevo sencillamente obliga a los depositantes con cuentas mayores a 100 mil euros a comprar acciones del banco en cuestión, capitalizando a la institución. El Banco Central de Chipre anunció los sustanciales daños. 

Por ejemplo, de acuerdo con el instituto central, la reestructuración costaría hasta 40 por ciento de todo el dinero depositado de las cuentas mayores a cien mil euros en el Banco de Chipre, el prestamista más grande del país. 

Será retirado 37.5 por ciento del dinero en las cuentas más grandes y convertido a acciones especiales del banco inmediatamente, sin que los depositantes, que en su mayoría son rusos, tengan la opción de decidir sobre su “inversión” en el banco.  

Otro 22.5 por ciento del dinero en las mismas cuentas será congelado sin que genere interés, hasta que se termine el proceso de reestructuración que se espera tarde varios meses o inclusive años.

Costo político

La estrategia podría tener consecuencias políticas y económicas al país, pero al parecer es más aceptable para los habitantes de la isla que la alternativa propuesta previamente, de cobrar un impuesto a todos los depositantes. 

Las 19 mil cuentas bancarias que serán sujetas a la nueva reestructuración se componen en su mayoría de ciudadanos rusos, que han invertido por años en el sistema financiero del país gracias a condiciones fiscales menos onerosas. 

Pero en el largo plazo, analistas sugieren que el daño a la reputación de Chipre podría ser más costosa que cualquier impuesto a depositantes. 

Tras lo sucedido, pocos inversionistas querrán invertir en un sistema financiero donde el valor de su dinero se pierda gracias a consideraciones políticas. 

Más aún, porque no parece haber fin a la liquidación de los activos de las cuentas grandes. En una entrevista televisiva, el ministro de finanzas de Chipre, Michael Sarris, aceptó que los depositantes más grandes en el banco Cyprus Popular verían solo un 20 por ciento de su dinero cuando se acabe todo el proceso, que podría durar hasta siete años. 

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