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¿Optimismo justificado?

En los últimos tres años, gobiernos, empresas y ciudadanos por igual han mantenido esperanzas de que la crisis quedó atrás. 

Sin embargo, desde el 2010, una crisis europea y otras complicaciones económicas extraordinarias, como el terremoto en Japón, terminan por disipar el optimismo, llevando a un crecimiento decepcionante de la economía. 

Este año no es la excepción para renovar el optimismo. Desde enero, el Dow Jones ha ganado más de 6 por ciento, el Standard & Poors más de 5 por ciento, y la Bolsa Mexicana de Valores casi 2 por ciento. 

25
mil millones de dólares ingresaron a fondos accionarios en enero, la entrada más alta en un mes desde el 2008
Una combinación de las condiciones monetarias favorables y una menor aversión al riesgo han logrado que el capital privado fluya hacia las economías emergentes
Una señal positiva es el incremento en la confianza de las empresas de manufactura en la mayoría de las regiones

En los últimos tres años, gobiernos, empresas y ciudadanos por igual han mantenido esperanzas de que la crisis quedó atrás. 

Sin embargo, desde el 2010, una crisis europea y otras complicaciones económicas extraordinarias, como el terremoto en Japón, terminan por disipar el optimismo, llevando a un crecimiento decepcionante de la economía. 

Este año no es la excepción para renovar el optimismo. Desde enero, el Dow Jones ha ganado más de 6 por ciento, el Standard & Poors más de 5 por ciento, y la Bolsa Mexicana de Valores casi 2 por ciento. 

Además, analistas están hablando cada vez con menos miedo sobre prospectos de crecimiento para el futuro. 

En una conferencia impartida el viernes en Monterrey por Philip Suttle, economista en jefe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), se hace énfasis en que esta vez podría ser diferente. 

Punto de inflexión

En diversos medios y conferencias, como la impartida el viernes, se habla de un punto de optimismo renovado en la economía real. 

De acuerdo con el análisis de IIF, la evidencia está acumulándose a favor de un renovado crecimiento mundial y una crisis europea domada por diversos factores coyunturales. 

Una de tantas evidencias es el cambio hacia la compra de activos más riesgosos. En enero se llegó a un récord en emisión de bonos corporativos al alcanzar 409 mil millones de dólares a nivel mundial. 

Los bancos centrales han llevado a cabo un esfuerzo para reducir los riesgos en la economía y estimular el crecimiento. Esto se ha visto en el caso de Estados Unidos, donde la Reserva Federal está llevando a cabo un agresivo programa de compra de bonos para reactivar la economía.

Otra señal positiva es el incremento en la confianza de las empresas de manufactura en la mayoría de las regiones, según IIF, esto podría catalizar una espiral económica de crecimiento favorable para otras industrias.

También se ha observado una tendencia de la salida del capital financiero de los paraísos seguros, como francos suizos, hacia regiones que tienen un mayor riesgo, pero implican un mayor crecimiento. 

La aversión al riesgo había incrementado drásticamente a raíz de la crisis financiera, pero se ha venido disminuyendo con el paso del tiempo. 

Esperanza para mercados emergentes

El IIF reporta que una combinación de las condiciones monetarias favorables y una menor aversión al riesgo han logrado que el capital privado fluya hacia las economías emergentes. Esto podría beneficiar tanto a los países en vías de desarrollo, como a los inversionistas que buscan diversificarse.

En particular esto se ha visto en el mercado financiero a través de un crecimiento en la compra de bonos y de acciones. 

Según los estimados de esta organización, el flujo de capital va a incrementar a 1 billón 118 mil millones en el 2013. Esto representaría un incremento de 38 mil millones de dólares respecto al año pasado.

Esto es una buena noticia, ya que desde el 2010 los flujos hacia economías emergentes no había incrementado. 

Las condiciones en la economía que explican esto, incluyen los retornos bajos en las economías avanzadas. Con un crecimiento mayor en las economías en vías de desarrollo, también se observan tasas de interés más altas en el mercado financiero. 

Un modelo económico ha explicado cómo los flujos de capital se ven influenciados por el crecimiento del PIB en las regiones emergentes y por una medida global de aversión al riesgo. Esto ha causado debate en los bancos centrales sobre qué medidas tomar para que los flujos de capital no salgan del país.

Convergencia financiera

Además se nota una convergencia financiera en todos los países, aunque no se traduce siempre en la economía. 

Es decir, los mercados financieros están moviéndose en la misma dirección, aunque no se puede decir lo mismo para los demás indicadores, como el crecimiento o la inflación. 

A decir de todo el optimismo, persisten riesgos que el IIF y otros organismos han señalado. 

En corto plazo, está el obvio señalamiento sobre la Unión Europea y la próxima elección en Italia. Las diferencias entre países del centro y la periferia europea continúa, por lo que todavía existe un riesgo a la estabilidad de la unión. 

La política fiscal en Estados Unidos sigue dando de qué hablar, pero ya persiste un sentimiento general de que no hay presiones políticas grandes, como una elección cercana, como para no solucionar los problemas. 

Sin embargo, esta vez los riesgos para muchos parecen ser menores que las buenas noticias. ¿Tendrán razón? 

recuperación económica

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