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OCDE: fin a la austeridad

A más de siete años de la crisis financiera global, la recuperación económica del mundo no se ha concretado. Las políticas públicas utilizadas como instrumento de reacción se han puesto en tela de juicio.

Las medidas de austeridad implementadas a lo largo del mundo desarrollado han sido el centro de un intenso debate que trasciende lo académico para llegar a la instancia política.

Joseph Stiglitz y Paul Krugman, ganadores del Premio Nobel de Economía, han utilizado su plataforma como intelectuales públicos para hacer una crítica frontal a la austeridad.

"Un abordaje colectivo de política más fuerte es urgentemente necesario, enfocado al mayor uso de políticas fiscales y estructurales a favor del crecimiento”
Catherine MannEconomista en jefe
de la OCDE

A más de siete años de la crisis financiera global, la recuperación económica del mundo no se ha concretado. Las políticas públicas utilizadas como instrumento de reacción se han puesto en tela de juicio.

Las medidas de austeridad implementadas a lo largo del mundo desarrollado han sido el centro de un intenso debate que trasciende lo académico para llegar a la instancia política.

Joseph Stiglitz y Paul Krugman, ganadores del Premio Nobel de Economía, han utilizado su plataforma como intelectuales públicos para hacer una crítica frontal a la austeridad.

Ahora, ante el deterioro de las perspectivas de crecimiento de la economía global, un inusual adepto se suma al discurso contra la austeridad: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), comúnmente referido como un club de países ricos que incluye a algunos países emergentes como México.

Ayer la OCDE anunció un recorte a las expectativas de crecimiento de la economía mundial, las cuáles se redujeron 0.3 puntos porcentuales en relación a las estimaciones de hace tres meses.

Pese a que llama la atención la corrección de 0.5 puntos porcentuales a la tasa de crecimiento en Estados Unidos y el que se prevé que el producto interno bruto de Brasil se contraiga 4 por ciento, el cambio de discurso de la OCDE es lo que salta a la vista.

La organización es considerada, junto al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, como uno de los principales promotores de la ortodoxia económica.

Sin embargo, la debilidad de la demanda global, el estancamiento de la inversión y el crecimiento mediocre del mundo post-crisis han terminado con la paciencia de la OCDE.

Cambio de discurso

La institución, dirigida por el exsecretario de Hacienda y Crédito Público de México, Ángel Gurría, viró desde una postura a favor de la reducción sistemática del déficit fiscal hacia una propuesta de expansión del gasto público.

Se sugiere aprovechar las bajas tasas de interés prevalecientes para financiar un mayor gasto en la infraestructura que estimule la demanda, genere crecimiento, reduzca la deuda y en última instancia produzca un clima propicio para concretar reformar estructurales abocadas a incrementar la productividad.

El diagnóstico de la OCDE considera que, después de siete años en los que los bancos centrales han definido la narrativa de los mercados financieros y la economía real, los alcances de la política monetaria acomodaticiahan llegado a su fin.

El argumento de la OCDE resalta la divergencia del espacio fiscal con el que cuentan la mayoría de los países desarrollados para financiar una expansión del gasto frente al hecho de que la constante fiscal en estos países es de corte restrictivo. 

En ese sentido, ante los límites de la política monetaria y que, en términos generales, los procesos de reformas estructurales de alto perfil son escasos, la política fiscal expansiva es vista como la única salida de política pública que podría catalizar una recuperación económica sostenible. 

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