Nuevos enredos 
de Repsol y Pemex

Estos no son días fáciles para Antonio Brufau. 

El presidente de la mesa directiva de la petrolera española Repsol debe lidiar con las, hasta ahora, fallidas negociaciones entre la compañía y el gobierno de Argentina para resolver el conflicto surgido a partir de la expropiación de la petrolera YPF, antes propiedad de Repsol. 

Dicha expropiación redujo el año pasado la propiedad de Repsol de casi el 58 por ciento de las acciones de YPF a menos del 7 por ciento.

47 %
es la participación que YPF le ofrece a Repsol en una nueva empresa como compensación
La última oferta puesta sobre 
la mesa consiste en crear una empresa conjunta entre YPF, Repsol y Pemex para explotar aproximadamente 
un 6 por ciento del megayacimiento Vaca Muerta, que contiene petróleo 
y gas shale
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Estos no son días fáciles para Antonio Brufau. 

El presidente de la mesa directiva de la petrolera española Repsol debe lidiar con las, hasta ahora, fallidas negociaciones entre la compañía y el gobierno de Argentina para resolver el conflicto surgido a partir de la expropiación de la petrolera YPF, antes propiedad de Repsol. 

Dicha expropiación redujo el año pasado la propiedad de Repsol de casi el 58 por ciento de las acciones de YPF a menos del 7 por ciento.

Por si fuera poco, Brufau además se encuentra presionado por algunos de los mayores inversionistas de Repsol para que se alcance un acuerdo entre la compañía y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. 

Con los socios principales de Repsol: Pemex, la caja de ahorros La Caixa y la constructora Sacyr Vallehermoso interviniendo en las negociaciones, esto se han convertido en uno de los conflictos empresariales más importantes y tenso de la actualidad.

Pero, ¿cuál es la red de vínculos accionarios y de intereses empresariales que une a todos los involucrados? ¿Por qué Pemex ha negociado por su cuenta la oferta que YPF presentará a Repsol? ¿Y cómo llegó a figurar en las negociaciones Carlos Slim? 

El codiciado gas shale

El Economista reporta que la última oferta puesta sobre la mesa consiste en crear una empresa conjunta para explotar aproximadamente un 6 por ciento del megayacimiento Vaca Muerta, que contiene petróleo y gas no convencionales (también conocidos como shale). 

La nueva empresa estaría formada por YPF (51 por ciento), Repsol (47 por ciento) y Pemex (2 por ciento), y requeriría obligatoriamente que Repsol invirtiera alrededor de mil 500 millones de dólares en bonos argentinos, que recibirá adicionalmente en el financiamiento de los proyectos de explotación.

YPF considera que la oferta es atractiva porque estima que Vaca Muerta, donde la compañía produce actualmente un promedio de 7 mil barriles de equivalente de petróleo al día, tiene reservas de mayor calidad que las que se encuentran en Estados Unidos. YPF valora las reservas de gas shale del yacimiento en alrededor de 105 mil dólares por hectárea explotada; en comparación, una hectárea para explotar el gas shale de mejor calidad de Estados Unidos vale aproximadamente 35 mil dólares. 

Ríspido acuerdo

Pero la compañía española ha mostrado estar en desacuerdo con YPF, ya que considera la oferta insuficiente como compensación, carente de liquidez y con una valoración inflada. 

La mala recepción de la oferta en la dirección de Repsol, que aún está demandando 10.5 mil millones de dólares como indemnización por la expropiación de YPF en el órgano de mediación del Banco Mundial, no es augurio de una mejora en las relaciones entre el gobierno argentino encabezado por Cristina Fernández de Kirchner y la compañía española.

Sin embargo, los mayores inversionistas de Repsol parecen haberse puesto de acuerdo para reconocer que aceptar la oferta debe ser el camino elegido. 

The Financial Times reporta que directivos de La Caixa, propietaria del 12.2 por ciento de Repsol, y Pemex, dueña del 9.37 por ciento, planean presionar a Repsol para aceptar el trato con YPF. 

Sacyr Vallehermoso, el segundo inversionista más grande de Repsol, con una participación del 9.53 por ciento, ha mostrado señales en el pasado que indican que estaría del lado de Pemex y La Caixa en las negociaciones.

La publicación reporta además que hace dos semanas Brufau se reunió en Barcelona con Isidro Fainé, presidente de la directiva de La Caixa; Emilio Lozoya, director ejecutivo de Pemex, y Manuel Manrique, director ejecutivo de Sacyr Vallehermoso. Durante la reunión, Pemex presentó la oferta de YPF y se dice que los ejecutivos presionaron personalmente a Brufau para aceptarla.

La estrategia de Pemex

Pemex, más que otros actores en la negociación, se encuentra en una posición incómoda. Gracias a su participación en Repsol y al protagonismo en las negociaciones con YPF, la paraestatal está negociando del lado de una empresa que le fue expropiada a una compañía de la que es propietario. 

Quizá se explica porque en la primera semana de mayo, Pemex dio a conocer sus intenciones de vender su participación en Repsol.

La paraestatal tiene un acuerdo firmado con Repsol para compartir tecnología y ha rechazado varias ofertas de la petrolera española para invertir en México. 

Pero ahora que Pemex firmó una alianza estratégica para compartir tecnología con Exxon Mobil, parece ser que considera su sociedad con Repsol como algo de lo que, en el momento adecuado, pueda prescindir.

Pese al aparente conflicto de intereses de Pemex, el diario El Clarín reporta que en la segunda semana de mayo se reunieron en Buenos Aires Miguel Galuccio, presidente de YPF, y Emilio Lozoya, director general de Pemex, para negociar la oferta para Repsol que hoy es presentada. La reunión fue mediada por el embajador argentino en España, Carlos Bettini, y Juan Manuel Abal Medina, asesor de Carlos Slim (quien tiene el 8 por ciento de las acciones de YPF) y padre del actual jefe del Gabinete de Ministros de Argentina.

Un analista citado por El Clarín apunta que es curioso que Pemex busque con tanta atención lograr el acuerdo, ya que tiene restricciones para hacer inversiones en el exterior. 

Sin embargo, otro analista citado por el diario apunta que “los mexicanos están tratando de cambiar su perfil: se habla de que salgan a cotizar en bolsa, ya que hoy es 100 por ciento propiedad del Estado, y que busque internacionalizarse y entrar en el negocio del shale, para lo cual el acuerdo con YPF les cae como anillo al dedo”.

Con los accionistas mayores en su contra, Antonio Brufau tiene por delante la difícil tarea de asegurar que los juegos de intereses en su mesa directiva no se salgan de control y hundan a Repsol en mayores problemas.

¿El socio perfecto?

Donde algunos ven tragedia, Carlos Slim ve oportunidades. 

Cuando Argentina nacionalizó el 51 por ciento de YPF, Slim adquirió, a través de Inbursa e Inmobiliaria Carso, una participación del 8.4 por ciento de sus acciones. 

Gracias a esto, Slim es ahora parte clave de las negociaciones entre YPF y Repsol.

Cuando Miguel Galuccio, director de YPF, anunció que la empresa buscaría invertir mil 200 millones de dólares para la extracción de gas natural shale, era claro que el plan requeriría de inversionistas adicionales. Y quién mejor que un magnate con presencia en Argentina como Slim para llenar esta necesidad.

Slim es un inversionista ideal: cuenta con presencia en Argentina y con intereses en el tema de la infraestructura y el gas natural. 

Desde el 2008 es dueño de Claro Argentina, una empresa de telefonía móvil, a través de América Móvil. 

Además, tanto Inbursa como Carso Infraestructura, ambos propiedad de Slim, han participado en sociedades y proyectos en conjunto con Gas Natural México.

Por ello no sorprende que en las negociaciones realizadas entre Pemex e YPF para diseñar la oferta que se presentará a Repsol haya estado presente Juan Manuel Abal Medina, asesor de Slim en lo que se refiere a sus intereses en Argentina. 

Para Slim, el trato con YPF podría representar una oportunidad de oro para aumentar su participación en el sector de explotación de gas natural. 

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