¿Impeachment al TLCAN?

La administración de Donald Trump no ha logrado mantener un discurso uniforme en relación a su política comercial.

El presidente de Estados Unidos amagó el mes pasado con sacar a su país del acuerdo trilateral, pero tras una llamada de sus homólogos de México y Canadá retrocedió para confirmar la intención de renegociación.

La reforma del TLCAN es una promesa clave de la campaña de Trump con sus electores, al que se ha referido en reiteradas ocasiones como un “desastre”, que impacta a las fábricas y empleos bien pagados en Estados Unidos, en beneficio de México.

La negociación ocurre en un entorno de tensión política en varios frentes para Trump, y la discusión del tratado comercial podría ser usado por el presidente estadounidense como un logro para ser presumido a su base electoral

La administración de Donald Trump no ha logrado mantener un discurso uniforme en relación a su política comercial.

El presidente de Estados Unidos amagó el mes pasado con sacar a su país del acuerdo trilateral, pero tras una llamada de sus homólogos de México y Canadá retrocedió para confirmar la intención de renegociación.

La reforma del TLCAN es una promesa clave de la campaña de Trump con sus electores, al que se ha referido en reiteradas ocasiones como un “desastre”, que impacta a las fábricas y empleos bien pagados en Estados Unidos, en beneficio de México.

La negociación ocurre en un entorno de tensión política en varios frentes para Trump, y la discusión del tratado comercial podría ser usado por el presidente estadounidense como un logro para ser presumido a su base electoral de cara a las elecciones legislativas de noviembre de 2018.

El despido del director del FBI, James Comey; la presión ejercida por la oposición y los medios respecto a la relación de la administración actual con Rusia y la incapacidad del poder ejecutivo para impulsar su agenda a través del Congreso se han convertido en factores de riesgo para la estabilidad de las negociaciones del TLCAN.

Analistas políticos sugieren que si el presidente Trump mantiene la ruta actual de polarización, errores mediáticos y parálisis legislativa, lo único que lo salvará de un juicio político (impeachment) será el apoyo de su base política.

Mientras que Trump mantenga un apoyo amplio entre sus seguidores de larga data, pocos republicanos en el poder legislativo tendrán el margen de maniobra para enfrentarse directamente al presidente. El juicio político al presidente debe ser aprobado por la mayoría simple de la cámara baja y por dos tercios del Senado.

En ese sentido, la agudización de las condiciones políticas podría derivar en un tono más agresivo de la administración de Donald Trump en la renegociación del TLCAN, el cual incluso podría llevar al retiro de Estados Unidos del acuerdo, cuya medida no requiere la aprobación del Congreso.

El proceso electoral en ambas cámaras del Congreso es una herramienta al alcance del presidente para mantener una base leal en el poder legislativo que asegure su permanencia en el poder.

Ello explica en gran medida el sentido de urgencia del gobierno mexicano para concluir la renegociación del TLCAN, antes de que inicien los proceso electorales en México y Estados Unidos.

México: reacción mesurada

En un comunicado, la Secretaría de Economía dijo que México espera un proceso de negociación constructivo.

“Que permita aumentar la cooperación y la integración económicas y fomentar la competitividad regional”, precisó.

Añadió que México reafirma su voluntad de actualizar el TLCAN para hacer frente a los retos del siglo XXI.

Por su parte, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), consideró oportuna la notificación del gobierno de Estados Unidos a su Congreso sobre la intención de renegociar el TLCAN.

“La decisión termina con la incertidumbre sobre el comienzo de la negociación y permitirá conocer con precisión tanto cuál es el objetivo como los aspectos que el gobierno de Estados Unidos desea modificar en su relación con México y Canadá”, expuso, en un comunicado.

Opinó que la etapa de intercambio de bienes quedó en los años 90 y no es suficiente para crear empleo formal bien remunerado en las tres naciones.

Por tanto, un principio de la negociación debe ser el de equidad entre las tres naciones, que son socias con un objetivo común: que su vinculación económica genere bienestar, crecimiento y desarrollo.

Te puede interesar