Las filiales ‘podridas’

“Nos ha sorprendido mucho, dudo que sea verdad”, dijo la semana pasada Juan Miguel Villar Mir, director ejecutivo y presidente del consejo administrativo de la constructora española Obrascón Huarte Lain (OHL), respecto a un escándalo de supuesta corrupción que rodea a su subsidiaria mexicana.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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por ciento la caída que sufrió el precio de las acciones de OHL en España a raíz del escándalo, en los días posteriores a la publicación de las llamadas
"No puedes excusar (los escándalos) diciendo que tienes muchos empleados. Tienes que estar en el día a día para tener un sentido de lo que hace tu organización”
Henry MintzbergAutor e investigador de gestión
"Nos ha sorprendido mucho, dudo que sea verdad"
Juan Miguel Villar Mir
"¿Cómo puedo saber lo que cada una de 257 mil personas están haciendo? Claramente no puedo hacerlo"
Stuart GulliverDirector ejecutivo de HSBC

“Nos ha sorprendido mucho, dudo que sea verdad”, dijo la semana pasada Juan Miguel Villar Mir, director ejecutivo y presidente del consejo administrativo de la constructora española Obrascón Huarte Lain (OHL), respecto a un escándalo de supuesta corrupción que rodea a su subsidiaria mexicana.

El escándalo surgió a raíz de la filtración de nueve llamadas telefónicas entre directivos de OHL México, las cuales muestran un supuesto fraude para incrementar injustificadamente en 30 por ciento las tarifas que la empresa cobra en la operación de una carretera que construyó en el Estado de México.

Villar Mir se une a los rangos de otros directivos de empresas multinacionales que han sido sorprendidos por escándalos en alguna de sus subsidiarias y han tenido que lanzar costosas investigaciones internas.

Otros ejemplos de esto son los casos de lavado de dinero y evasión fiscal en HSBC, el de sobornos a funcionarios públicos en Walmart, y el de intervención ilegal de teléfonos en News Corp.

Este tipo de situaciones ilustran lo difícil que es para una compañía, una vez que rebasa cierto tamaño, asegurarse de siempre estar dentro de la ley en todos los países en donde opera.

Algunos expertos y autoridades critican el manejo de estos casos, diciendo que los directivos deberían de haber sabido lo que estaba ocurriendo y haberlo detenido. 

En febrero de este año, el director ejecutivo del banco, Stuart Gulliver, se defendió de estos cuestionamientos diciendo “¿cómo puedo saber lo que cada una de 257 mil personas está haciendo? Claramente no puedo hacerlo.”

Pero aunque es imposible para un directivo saber en todo momento lo que todos y cada uno de sus empleados está haciendo, expertos apuntan que de todas formas hay más que puede hacerse para minimizar la posibilidad de un escándalo.

Torpeza de gigantes

Andrew Hill, editor y columnista en el diario The Financial Times, indica que para lograr esto se necesita la estructura administrativa adecuada, el uso de la tecnología disponible, el desarrollo de una cultura corporativa correcta, y reforzar la comunicación entre las operaciones del día a día de la empresa y sus directivos.

Hill agrega que “la tendencia de las grandes empresas operando a través de unidades más pequeñas, con más autonomía y rendición de cuentas por sus acciones, no absuelve a sus líderes de cumplir con sus responsabilidades tradicionales de saber lo que está pasando en la primera línea”.

Henry Mintzberg, autor e investigador en la Universidad McGill, ha indicado que el tamaño de las empresas en sí mismo no es la causa de estos problemas administrativos, ya que ineficiencias en el flujo de información también pueden verse en empresas de mucho menor tamaño.

Sin embargo, Mintzberg también dice que ciertas empresas multinacionales, como en el caso de ciertos bancos y farmacéuticas, son injustificadamente grandes, ya que “el tamaño es frecuentemente una cuestión de poder y política, y no de economías de escala”.

Industria vigilante

El creciente tamaño y complejidad de las empresas, sobre todo en sectores como el financiero, ha resultado en un boom para los profesionales dedicados a vigilar la adherencia regulatoria, o compliance.

La consultora PricewaterhouseCoopers reporta que el área de compliance ha crecido significativamente en tamaño e influencia en los últimos años, sobre todo en sectores como el financiero.

En parte esta situación también es reflejo del mayor nivel y complejidad de regulación al que ciertas empresas se enfrentan, sobre todo en casos en que las políticas de diferentes países no se encuentran adecuadamente coordinadas.

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