La receta del FMI

En el reporte de perspectivas globales de octubre, el Fondo Monetario Internacional mostró su estudio de la situación económica de todas las regiones del mundo y su opinión sobre el camino a seguir.

Al analizar las distintas tendencias económicas alrededor del mundo, y analizando por sectores los comportamientos de las diferentes dimensiones de la economía, el FMI se centró en mostrar cómo la recuperación global de la crisis del 2008 aún continúa, pero se ha debilitado.

Jesús M. Badiola Jesús M. Badiola Publicado el
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En el reporte de perspectivas globales de octubre, el Fondo Monetario Internacional mostró su estudio de la situación económica de todas las regiones del mundo y su opinión sobre el camino a seguir.

Al analizar las distintas tendencias económicas alrededor del mundo, y analizando por sectores los comportamientos de las diferentes dimensiones de la economía, el FMI se centró en mostrar cómo la recuperación global de la crisis del 2008 aún continúa, pero se ha debilitado.

El FMI pronostica una etapa de restructuración económica global al notar que en los países desarrollados el desempleo no ha disminuido, hay una caída en el crecimiento de la manufactura global e intensificación de la crisis europea.

Se estima que, mientras los países de Europa han sido golpeados por fuertes choques específicos de cada país, lo que más afecta al desarrollo de la región es la incertidumbre económica que se aprecia.

Con la mayoría de los países en el mundo imponiendo políticas fiscales contractorias, lo cual dirije a una falta de inversión en el sector público, la incertidumbre económica afecta a las intenciones de inversión y motiva al sector privado a enfocarse en soluciones de corto plazo, evitando los planes de inversión, expansión y contrataciones importantes.

Ante tal situación, el FMI destaca que son necesarias medidas inmediatas, como planes de ajuste financiero para España e Italia, que deben encontrar alguna forma de recapitalizar a los bancos sin añadir a su deuda soberana.

Visión latina

La perspectiva del FMI para América Latina es favorable, pero mesurada en su potencial de crecimiento y estabilidad socioeconómica.

Mientras que a la región latina se le atribuye una probabilidad de recesión económica de menos del 5 por ciento, a diferencia del cerca del 85 por ciento de probabilidad para Europa, el FMI detalla que existen tendencias económicas en la región que se deben tomar en cuenta.

En Latinoamérica, la mayoría de los países están previstos a operar con una inflación cercana o menor del 5 por ciento para el 201, menor a la de 2011.

En contraparte, las tasas altas del crecimiento de crédito son notorias alrededor de la región, que ha mantenido sanos a sus bancos.

En particular, Brasil ha sufrido un importante crecimiento de precios de bienes raíces y deudas de hogar, y se recomienda tomar mayor cautela antes de que se cree una burbuja inmobiliaria.

También se reitera la recomendación a países con inflación alta como Argentina y Venezuela: mayor cautela al publicar sus datos de inflación, pues parecen subestimar la inflación real.

Finalmente, los mercados emergentes han sido notablemente resistentes a las crisis que viven Europa y Estados Unidos, pero se pone en duda cuánto tiempo pueden mantenerse sin infectarse de los problemas que sufre el resto del mundo.

Aumentando el calor

Sobre la previsión para América Latina, el FMI ve una constante en la mayoría de los países: el sobrecalentamiento económico.

Tal término se refiere a la condición del país cuando su capacidad productiva no tiene los fundamentos para mantener el ritmo con su demanda agregada.

Mientras que el sobrecalentamiento puede ser propicio para un fuerte crecimiento económico, generalmente también es acompañado por fuertes presiones inflacionarias y un aumento excesivo en la capacidad de producción excesiva, que termina causando pérdidas
ineficientes.

Al parecer, países como Brasil y Argentina padecen este suceso, tanto en su espectro doméstico, externo, como el financiero.

Brasil parece haber entrado en un ciclo donde tanto su producción, en relación a su tendencia y su desempleo, parecen estar por encima de la capacidad estructural de su economía.

De igual forma, el crecimiento de préstamos ha impuesto mayores riesgos en la sustentabilidad del mercado financiero de Brasil.

Por su parte, la economía de Argentina sufre de importantes presiones inflacionarias, las cuales el Fondo Monetario Internacional ha recomendado que debe hacer un mayor esfuerzo para controlar el poder adquisitivo de su moneda.

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