La economía 
necesita bebés

Una fuerza laboral más joven y el creciente poder adquisitivo han proocado que el gobierno chino y sus habitantes empiecen a quebrantar la política del hijo único que rige desde hace más de 30 años.

Las condiciones de pobreza en China y la sobrepoblación llevó al gobierno de Deng Xiao Ping a imponer en 1978 la ley para el control de la natalidad, según la cual cada matrimonio solo podía tener un hijo, so pena de pagar fuertes multas económicas y perder beneficios como educación y salud gratuita.

Una fuerza laboral más joven y el creciente poder adquisitivo han proocado que el gobierno chino y sus habitantes empiecen a quebrantar la política del hijo único que rige desde hace más de 30 años.

Las condiciones de pobreza en China y la sobrepoblación llevó al gobierno de Deng Xiao Ping a imponer en 1978 la ley para el control de la natalidad, según la cual cada matrimonio solo podía tener un hijo, so pena de pagar fuertes multas económicas y perder beneficios como educación y salud gratuita.

A la fecha, la multa anual por tener un segundo hijo es de 50 mil yuanes (alrededor de 108 mil pesos) si es niño, y de 30 mil yuanes  si es niña.

Sin embargo, un segundo hijo ya es posible gracias a que, desde el 2011, el gobierno chino autorizó a las parejas compuestas por hijos únicos a tener dos bebés. Incluso, pueden llegar a tener una familia con tres hijos si del segundo embarazo nacen gemelos.

Población que envejece

La relajación en la política de natalidad en China tiene sustento debido a las actuales condiciones económicas. 

De acuerdo con el censo realizado en el 2010, la población del país más poblado del planeta, con cerca de mil 400 millones de habitante,  se está haciendo vieja a una velocidad no prevista. 

El 13.26 por ciento de la población supera los 60 años, mientras que los menores de 14 años son apenas el 16.6 por ciento del total, 6.29 puntos porcentuales menos que en el conteo pasado.

Esto genera preocupación por la composición de la fuerza laboral del país en un futuro próximo; claramente la competitividad lograda por la mano de obra barata tiene que ser sustentada por poblaciones jóvenes y la base de la pirámide de ingresos debe de ser amplia para poder pagar las pensiones de los jubilados. 

Pagando 
por tener familia

Otro cambio que está alterando las reglas es el poder adquisitivo. Gran parte de la población urbana de China ha incrementado su ingreso, por lo que muchas parejas jóvenes de clases altas se pueden “dar el lujo” de pagar la multa por tener otro bebé, aunque pierdan los beneficios sociales que les otorga el gobierno para la manutención y educación de los hijos. 

La nieta del legendario líder comunista Mao Tse Tung, quien es una de las mujeres más ricas del país, acaparó la atención de los medios al revelarse que había pagado la multa por infringir la ley del hijo único.

Otra de las alternativas a las que recurren los matrimonios para tener más hijos es que estos nazcan en el extranjero, debido a la creciente expansión de la economía China fuera de sus fronteras.

Son cada vez más los ciudadanos chinos que trabajan en otros países, o inclusive que se casan con foráneos, y al momento de planear la familia buscan que sus hijos nazcan fuera de las fronteras del país asiático, pues los niños nacidos fuera no cuentan en la ley del “hijo único”.

Esta situación si bien tiende a resolver posibles problemas económicos, está causando fuertes controversias en los altos mandos del Politburó, ya que es discriminatorio para el pueblo de la República Popular China.

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