De 62 programas presupuestales, solo 24 cumplen con el objetivo de contribuir a la lucha contra el cambio climático. Foto: Especial

Financiamiento (público y privado) para combatir cambio climático debe mejorar

Los mecanismos que permiten financiar proyectos que combatan el cambio climático no son suficientes en la actualidad, éstos requieren de un proceso de mejoramiento constante para que los proyectos de inversión no queden en solo buenas intenciones

El financiamiento necesario para enfrentar los retos medioambientales y sociales que existen en México requiere mejoras sustanciales para poder garantizar su correcta aplicación y que se traduzca en acciones concretas, como el combate al cambio climático.

Por ejemplo, a pesar de destinar 197 mil millones de pesos para esa labor en el país, vía los anexos transversales del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), solo 59 mil millones contribuyen de manera efectiva a atender la crisis climática, de acuerdo con datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

En su investigación ‘Cambio climático: Acciones desde los recursos públicos’ el CIEP da cuenta de que el 30.1 por ciento de los recursos asignados al financiamiento climático logra cumplir con su objetivo, esto debido a las inconsistencias que existen entre los anexos transversales y los programas presupuestales que los componen.

“En 2023 estos anexos transversales suman un total de 197 mil 919 millones de pesos, esto parecería un gran monto que va a la acción climática; sin embargo, revisando a qué programa se va este presupuesto, va a programas que no están ligados a la acción climática, o más bien, dentro de sus objetivos no tiene nada que ver con el cambio climático”, expone César Rivera, investigador de transición energética del CIEP.

De 62 programas presupuestales, solo 24 cumplen con el objetivo de contribuir a la lucha contra el cambio climático, lo que explica por qué a pesar de destinar el mayor monto en lo que va de la actual administración desde los anexos transversales del PEF, no se traduce en un mayor impacto en soluciones climáticas.

Por otro lado, la investigación también expone la disminución en la aportación que tienen los fondos públicos para atender la emergencia climática al representar el 0.2 por ciento de todo el recurso destinado este año, cuestión que se explica principalmente por la extinción de los fideicomisos especializados como el Fondo para el Cambio Climático (FCC) y el fondo de investigación ambiental.

Sin embargo destaca que los instrumentos con los que se consiguen recursos enfocados exclusivamente para financiar o refinanciar parcial o totalmente proyectos de energía renovable, transporte limpio y desarrollo de agricultura verde, conocidos como bonos verdes de acuerdo a la Bolsa Mexicana de Valores, ya representan el 55 por ciento de toda la bolsa dirigida para combatir el cambio climático en el país.

Mercado de bonos verdes en desarrollo

El mercado de bonos temáticos en México, o emisión de instrumentos financieros dirigidos específicamente a proyectos que adopten los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno, por sus siglas en inglés) y en el que se concentran los bonos verdes es relativamente joven, ya que en 2016 se colocó el primer bono verde en el país por parte del Gobierno de la Ciudad de México, y en 2021 la iniciativa privada comenzó a manejar este tipo de instrumentos; aún así el nacional es uno de los mercados más grandes de la región.

A pesar del gran crecimiento del mercado de bonos temáticos en el país, aún presenta áreas de oportunidad como combatir el greenwashing, homologar información y regular la participación en ese tipo de instrumentos, considera Violeta Ramos, directora de estructuración y financiamiento de casa de bolsa FINAMEX.

Ramos plantea que existen emisores que ante el interés de inversionistas en participar en transacciones que aborden los criterios ESG, buscan beneficiarse con el mínimo esfuerzo posible, lo que genera una simulación dentro del mercado de bonos temáticos, aunque es una situación mínima, puntualiza.

Mejor información, área de oportunidad

Por otro lado, la directora de estructuración y financiamiento de FINAMEX apunta a que una de las áreas de oportunidad en la que se está trabajando para mejorar el mercado es el de la información reportada por las emisoras, ya que ante la falta de criterios homologados no existía la posibilidad de clasificar claramente un bono temático y evaluar su impacto, cuestión que con la Taxonomía Sostenible anunciada este año, está por resolverse.

“Todavía no hay medidas claras respecto a qué porcentaje de los portafolios de inversión se tiene en productos verdes o sustentables, digamos que es voluntario por parte de muchos fondos el tener este enfoque específico de ESG”, lamenta Ramos ante la ausencia de regulaciones que promuevan un porcentaje mínimo de bonos sustentables manejados por emisoras.

Los espacios de mejora señalados por Ramos reflejan los obstáculos que existen para que instrumentos como los bonos verdes, sustentables o de género puedan ganar terreno en el mercado accionario, lo que ha venido sucedido de manera paulatina al emitir de 13 mil millones de pesos a 245 mil millones anuales entre 2018 y 2022, según los datos del Consejo Mexicano de Finanzas Sustentables.

Así, la urgencia de mejorar los mecanismos de financiamiento sostenible se hace prioritaria al observar que mil 448 municipios enfrentarán condiciones de vulnerabilidad muy alta o alta, gracias a factores climáticos en el futuro, señala la investigación; incluso, de continuar la tendencia se calcula que el costo económico de dicho problema alcanzará el 6.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2050, de acuerdo al documento del CIEP.