Septiembre en la mira

El discurso de política monetaria de los miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el banco central más influyente del mundo, ha enviado señales mixtas al mercado que podrían derivar en un nuevo episodio de incertidumbre.

 

21%
es la probabilidad asignada por el mercado necesaria para que la Fed realice el alza a los tipos de interés en septiembre
Si queremos asegurarnos de que seguiremos en la ruta del pleno empleo, el endurecimiento gradual (de la política monetaria) probablemente sea lo apropiado”
Eric RosengrenGobernador de la Reserva Federal
Quien no se resuelve al hábito de pensar, se pierde el mayor placer de la vida”
Thomas Alva EdisonInventor y empresario estadounidense
La nueva normalidad de hoy (del mercado) nos aconseja que hay que tener prudencia en el retiro de la política acomodaticia. El caso para endurecer la política (monetaria) es menos concluyente”
Lael BrainardGobernadora de la Reserva Federal
Nadie ha estado comprando en función de los fundamentales (económicos), sino en función de las condiciones técnicas (de mercado). En este momento las condiciones técnicas dominantes son los bancos centrales que compran activos de manera masiva” 
Mark DowdingCodirector de inversión de BlueBay Asset Management

El discurso de política monetaria de los miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el banco central más influyente del mundo, ha enviado señales mixtas al mercado que podrían derivar en un nuevo episodio de incertidumbre.

 

Las intervenciones públicas  recientes de Janet Yellen, presidenta de la Fed; John Williams, gobernador de la Fed de San Francisco; Eric Rosengren, gobernador de la Fed de Boston, y Stanley Fischer, vicepresidente de la Fed, dejaron claro que una parte significativa del Comité de Mercado 

 

Abierto del banco central se posicionaba a favor de un alza de tasas en la reunión de septiembre.

 

El mercado respondió de manera ambigua. Por un lado, el escepticismo de que la Fed realizará su segundo incremento en la tasa de interés de referencia en una década quedó patente en el mercado de futuros de la tasa de fondos federales, el cual mide las probabilidades de los movimientos de política monetaria. 

 

Hacia el mediodía de ayer, el mercado asignaba una probabilidad de 21 por ciento para un alza de 25 puntos base en la tasa de interés de referencia en septiembre.

 

Por otra parte, el viernes, los mercados de bonos y acciones tuvieron su peor desempeño desde que el sistema financiero fue sacudido por la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

 

Dos de las voces más influyentes de Wall Street refirieron el evento como el fin de la complacencia. Jeffrey Gundlach, director de inversión de DoubleLine, un fondo de inversión que administra 100 mil millones de dólares en activos, dijo que el sentimiento alcista en el mercado de bonos había llegado a su fin.

 

En la misma línea, Jamie Dimon, presidente y director general de JP Morgan, dijo que había llegado el tiempo de elevar la tasa de interés de referencia.

 

Economistas del banco Goldman Sachs coincidieron: “Dada la reciente comunicación de los funcionarios de la Fed, quienes han empezado a señalar que un incremento en la tasa de interés es apropiada en el corto plazo, creemos que el mercado se ha vuelto demasiado complaciente”.

 

Divergencia de expectativas

 

La divergencia entre las expectativas del mercado y el discurso de la Fed es referido por el consenso de analistas como un riesgo incipiente que podría detonar el mayor shock en los mercados desde que Yellen fue designada presidenta del banco central.

 

Las condiciones actuales son reminiscentes de la venta masiva de activos de mediados del 2013, cuando la Fed señaló que pondría fin a su programa de estímulo de relajamiento cuantitativo(Quantitive Easing en inglés).  

 

El efecto inmediato de esta comunicación fue un incremento en los niveles de volatilidad, la pérdida de valor de los índices accionarios y una salida generalizada de las posiciones de inversionistas en activos de mercados emergentes.

 

A partir de ese momento, la Fed corrigió el rumbo y privilegió una comunicación clara de sus decisiones para evitar un rompimiento de expectativas que pudiera generar volatilidad en el mercado.

 

Cuando se decidió elevar la tasa de interés de referencia en diciembre de 2015, la primera vez desde que ésta fue llevada a mínimos históricos cercanos a cero en el 2008, el mercado respondió sin sobresaltos. 

 

Al momento de la decisión, la probabilidad de un alza asignada por las posiciones de inversionistas en el mercado de futuros de la tasa de fondos federales rebasaba el 80 por ciento.

 

Esta coyuntura, en conjugación con la postura de política monetaria extremadamente laxa del Banco de Japón y el Banco Central Europeo, dio lugar a un nuevo sentimiento alcista en el mercado cuyo fundamento sigue siendo altamente cuestionado.

 

¿Fin de la complacencia?

 

En efecto, las acciones y discurso de los bancos centrales se convirtieron en las principales directrices para la trayectoria de los activos financieros. La injerencia de la política monetaria se tradujo en fenómenos sin precedentes para el mercado.

 

Los activos de renta fija cuyas tasas de interés se encuentran en terreno negativo suman 13 mil millones de dólares en valor de mercado. 

 

La semana pasada, dos firmas europeas, Henkel y Sanofi, emitieron deuda con tasas negativas, lo cual quiere decir que los inversionistas tendrán que pagar dinero para poder financiar a las compañías, contradiciendo la lógica económica tradicional.

 

Asimismo, la política monetaria ha distorsionado la manera en que se percibe el riesgo. 

Recientemente, una oferta de emisión de bonos de Ghana de 750 millones de dólares registró una sobredemanda de órdenes que sumaba 4.5 mil millones de dólares.

 

Mark Dowding, codirector de inversión de BlueBay Asset Management, dijo al diario Wall Street Journal: “Nadie ha estado comprando en función de los fundamentales (económicos), sino en función de las condiciones técnicas (de mercado). En este momento las condiciones técnicas dominantes son los bancos centrales que compran activos de manera masiva”.

 

El consenso de analistas argumenta que, pese a que la debilidad de los datos económicos de 

Estados Unidos no ha podido convencer al mercado, un alza de tasas de interés se ha puesto sobre la mesa debido a preocupaciones de los miembros de la Fed en relación a la inestabilidad financiera.

 

Gundlach refirió que si las probabilidades que asigna el mercado a un alza de tasas superan el 40 por ciento, la Fed procederá a endurecer su política monetaria. En ese sentido, se señaló al discurso de la funcionaria de la Fed Lael Brainard como la última oportunidad para convencer al mercado de que se actuará en septiembre.

 

Sin embargo, la intervención de Brainard, la última de un miembro de la Fed antes de la reunión del banco central, se situó en una posición que favorece la continuación del status quo, fortaleciendo a un escenario de señales mixtas.

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