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Eurozona al borde de una recesión y con un panorama lleno de incertidumbre a futuro

El núcleo económico del viejo continente se ha enfriado a un grado tal, que diversas voces ya lo han posicionado en un escenario recesivo, gracias al impacto negativo de las presiones inflacionarias, una política monetaria restrictiva y el descontento social

El estado actual de la economía integrada por las naciones que tienen por común denominador al Euro ha reflejado una condición particular de vulnerabilidad ante un nulo crecimiento ocasionado por factores como las presiones inflacionarias persistentes y su contención a partir de una postura monetaria restrictiva agresiva, además del creciente descontento social.

La región europea estuvo a punto de caer en recesión, ya que durante el cuarto trimestre de 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) de la Eurozona registró un avance de 0.1 por ciento comparado con el mismo periodo pero del año anterior, de acuerdo con el último dato disponible dado a conocer por la La Oficina Europea de Estadística(Eurostat).

Que el núcleo económico del viejo continente haya arrojado resultados tan poco alentadores ha derivado de los efectos provocados por las sanciones comerciales que se tomaron al estallar la guerra entre Rusia y Ucrania, las presiones inflacionarias y las tasas de interés que se han establecido para intentar frenarlas, cuestión que hasta el momento no ha reflejado el éxito esperado.

En contraste, los efectos de las penalizaciones impuestas a funcionarios y empresas rusas “han regresado como búmeran” a las naciones de la Eurozona con el incremento sostenido en el precio de los energéticos que desencadenó un aumento en la inflación al grado de registrar máximos históricos, lo que a su vez desaceleró el consumo y provocó que el Banco Central Europeo(BCE) tuviera que adoptar una política monetaria restrictiva, explicó en entrevista para Reporte Índigo Gabriela Siller, Directora de Análisis Económico de Banco Base.

La especialista también advirtió que conforme se desenvuelva el año “vamos seguir viendo un bajo crecimiento económico para la Eurozona, y es que realmente sí están en recesión, aunque no es algo que se haya dicho de manera oficial, pero el bajo avance que está manifestando la región es una muestra clara de recesión”.

Al respecto, parte del impacto negativo a la región se ha generado gracias al magro desempeño de los considerados “pilares europeos”; el caso de Alemania ha sido ilustrativo, ya que la economía más grande de Europa cerró el año con una caída de 0.3 por ciento en el último trimestre del año pasado, lo que consolidó un escenario recesivo para la nación teutona, según los datos de la Oficina Federal de Estadística de Alemania.

Riesgos para la economía europea en 2024

El panorama para la Eurozona no prevé un escenario positivo, ya que la postura del BCE seguirá siendo restrictiva, lo que podría generar que la reacción de algunos países sea presionarlo para relajar la postura monetaria, sin embargo, resulta complejo por los efectos que podría generar un cambio de tendencia en las tasas de interés de referencia, porque podría generarse un repunte más agresivo de las presiones inflacionarias, explicó a este medio, Humberto Calzada, economista en Jefe de Rankia Latam.

Calzada agregó que las condiciones políticas, comerciales y bélicas externas pueden causar un desequilibrio mayor durante este año, ya que el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos representa una amenaza para la economía global, sobre todo por la promesa de nuevos aranceles, pero no solo a China, si no al resto del mundo en general; además de las tensiones en Medio Oriente y el conflicto ruso ucraniano.

Huelga de agricultores, el gran riesgo para la Eurozona

Más allá del panorama complejo que la economía europea enfrentará a futuro, las presiones que han sumado miles de agricultores a partir de las protestas que se han llevado a cabo en las principales ciudades de Alemania, Francia, Bélgica, Polonia y Países Bajos, por mencionar, con el fin de presionar a los gobiernos para que intervengan ante los efectos causados por la guerra entre Rusia y Ucrania, la inflación y algunas políticas medioambientales, figuran como un riesgo trascendental a corto plazo.

En particular, la lucha del sector agrícola ha crecido de manera importante, ya que las movilizaciones que comenzaron en 2019, pero que han alcanzado a una cantidad cada vez mayor de las naciones que integran la región, han tomado fuerza por las demoras en los pagos de subsidios, el estado actual del comercio regional y los precios de los energéticos, un factor que de acuerdo con los agricultores afectados, podrían llevarlos a la quiebra.

Además, el riesgo de que las movilizaciones puedan llegar a extenderse a otros países que han conservado ritmos de crecimiento positivos ha ido en aumento, por lo que Christiane Lambert, Presidenta del Comité de Organizaciones Agrícolas de Europa, ha pronosticado que la crisis económica en la Eurozona, y el resto del continente, podría profundizarse en el corto plazo, siendo los tractores y las palas, los principales catalizadores de un hipotético escenario recesivo.

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