Tensión comercial

La relación comercial entre Estados Unidos y China se ha caracterizado por ser tirante, y es posible que suba de tono. Cualquiera que sea el ganador de un posible conflicto obtendría una victoria con poco margen.

Así lo alertó la correduría Goldman Sachs en un reporte que dirigió a sus inversionistas, en donde les dijo que se deben preparar para una confrontación comercial con China.

Desde la campaña, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos prometió un arancel de 45 por ciento para las importaciones de China.

5%
de arancel a los bienes chinos afectaría en 0.1 puntos porcentuales a la expansión del PIB del país asiático
"La economía consiste en saber gastar y el ahorro en saber guardar”
Orison Swett MardenEscritor estadounidense
"Las decisiones más probables en el corto plazo implican el anuncio de un proceso formal para determinar si China está “manipulando” su moneda”
Andrew TiltonEconomista en jefe para Asia-Pacífico de Goldman Sachs
Una disputa comercial entre Estados Unidos y China tendría un costo para la economía global, por ejemplo, un alza de 11 por ciento a la tarifa arancelaria impactaría al crecimiento de Estados Unidos en 0.7 puntos porcentuales

La relación comercial entre Estados Unidos y China se ha caracterizado por ser tirante, y es posible que suba de tono. Cualquiera que sea el ganador de un posible conflicto obtendría una victoria con poco margen.

Así lo alertó la correduría Goldman Sachs en un reporte que dirigió a sus inversionistas, en donde les dijo que se deben preparar para una confrontación comercial con China.

Desde la campaña, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos prometió un arancel de 45 por ciento para las importaciones de China.

“Trump ha criticado públicamente la política comercial estadounidense durante décadas, y lo ha convertido en un aspecto clave de su campaña”, indicaron los economistas de Goldman Sachs.

De esa forma es poco probable que el presidente de Estados Unidos incumpla con los compromisos adquiridos con sus electores, explicó en el reporte, Andrew Tilton, economista en jefe de Asia-Pacífico de Goldman Sachs, y Alec Phillips, economista político de Estados Unidos de la misma firma.

Los mercados globales reaccionaron el viernes ante los datos positivos de la balanza comercial de China, que fueron mejor a lo esperado con un superávit de 51.35 billones de dólares.

Dos pueden ser los escenarios que podría llevar a la relación de la administración de Donald Trump con China. Uno de ellos sería declarar al país asiático como manipulador de su moneda y otro es castigar con tarifas a las importaciones chinas.

“Las decisiones más probables en el corto plazo implican el anuncio de un proceso formal para determinar si China está “manipulando” su moneda”, sostuvo Andrew Tilton.

Al respecto, Deutsche Bank estimó que esta declaratoria podría ocurrir en cualquier momento de esta semana, debido a que Trump mantendría sus promesas de campaña.

Pero, en un contexto donde las autoridades financieras de China luchan para evitar la depreciación de la divisa, esa intimidación podría resultar inútil.

El yuan registró una caída cercana a 4.5 por ciento frente al dólar en los últimos 12 meses, mientras que las reservas monetarias de China registraron una contracción de 12.31 mil millones de dólares desde diciembre para alcanzar un nivel de 2.998 billones de dólares en enero, ubicándose por debajo de los tres billones de dólares por primera vez desde 2011.

Por otra parte, Trump podría ordenar recursos comerciales contra productos que sean de importancia doméstica y que se vean amenazados por las importaciones como por ejemplo el acero, electrodomésticos y maquinaria.

Costo a la economía

Una disputa comercial entre Estados Unidos y China tendría un costo para la economía global. Por ejemplo, un alza de 11 por ciento a la tarifa arancelaria impactaría al crecimiento de Estados Unidos en 0.7 puntos porcentuales, precisó Goldman Sachs.

De igual forma, un arancel de 5 por ciento a los bienes chinos afectaría en 0.1 puntos porcentuales a la expansión del producto interno bruto (PIB) del país asiático, según estimaciones de Morgan Stanley.

“Con la nueva administración estadounidense que tiene hace un par de semanas, es difícil estar seguro”, sentenció Tilton.

El presidente de Estados Unidos tiene la autoridad de imponer tarifas, y cabe recordar que apenas en diciembre pasado, el equipo de transición evaluaba un arancel a las importaciones de 10 por ciento, agregó.

Aunque en un tono optimista dijo que confía en que las dos mayores economías del mundo puedan alcanzar un entendimiento y evitar así un enfrentamiento.

Las empresas también están a la expectativa del posible enfrentamiento comercial de Estados Unidos con China, siendo una de ellas Maersk Line, una línea de transporte marítimo de contenedores.

El director de Maersk Line, Soren Skou, declaró recientemente que las acciones de Trump para renegociar o acabar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte no son una preocupación para la compañía. En cambio, dijo que cuando la amenaza sea la de un conflicto comercial con China, entonces esto tendría un efecto negativo para su negocio.

Contraataque

El economista en jefe de China de Merrill Lynch, Hellen Qiao, opinó que la administración estadounidense está más enfocada en cumplir la promesa de crear empleos que de reducir el déficit comercial con China.

De esa forma, adelantó que Trump dirigirá las medidas proteccionistas a industrias del giro metal mecánico, maquinaria y equipo y autopartes, en donde se ha registrado la mayor pérdida de empleos en Estados Unidos.

Algunas acciones de largo plazo implicarían una tarifa general para todas las importaciones chinas, pero debido al enorme daño, es probable que Trump use esa amenaza para presionar al país asiático para que ceda a sus exigencias.

Pero, en ese escenario no se esperaría que China se doblegue porque si “Estados Unidos actúan unilateralmente, los políticos chinos reaccionarían proporcionalmente”, expresó Tilton.

Es decir, que Beijing también puede tomar represalias de poner aranceles a las exportaciones de Estados Unidos o poner trabas a las empresa estadounidenses para hacer negocios en el país. Por otro lado, China es el segundo mayor tenedor de bonos del Tesoro, después de Japón, por lo que podría vender parte de su deuda para castigar a Trump.

Te puede interesar