Pobreza: “mito genial”

Hace más de dos décadas, Pedro Aspe, secretario de Hacienda en  la administración de Carlos Salinas de Gortari, declaró que en México la pobreza “es un mito genial”. La frase quedó grabada en los anaqueles de la historia como un sinónimo de insensibilidad política.

 

Si le haces una pregunta a cinco economistas, conseguirás cinco respuestas diferentes. Seis, si uno de ellos fue a Harvard”
Edgar FiedlerEconomista estadounidense
Es sobresaliente el hecho que los países continúen reduciendo la pobreza e impulsando la prosperidad compartida en un momento en el que el desempeño de la economía global es menor a lo esperado” 
Jim Yong KimPresidente del Banco Mundial

Hace más de dos décadas, Pedro Aspe, secretario de Hacienda en  la administración de Carlos Salinas de Gortari, declaró que en México la pobreza “es un mito genial”. La frase quedó grabada en los anaqueles de la historia como un sinónimo de insensibilidad política.

 

Sin embargo, en una escala global, las declaraciones de Aspe podrían convertirse en realidad en un futuro no muy lejano.

 

Previo a su Reunión Anual en Washington D.C. que se llevará a cabo este fin de semana, el Banco Mundial publicó la primera edición de un nuevo reporte anual titulado  “Pobreza y Prosperidad Compartida”. La investigación hace un recuento de la evolución de la pobreza y la desigualdad a partir de la década de los noventa.

 

La conclusión es evidente: la pobreza extrema se ha reducido dramáticamente alrededor del mundo, incluso en el periodo posterior a la crisis financiera global de 2008. Entre el 2012 y el 2013, más de 114 millones de personas salieron de la pobreza extrema, cuya línea se ubica en un ingreso diario de 1.90 dólares.

 

Aunque la economía global no ha retornado a las tasas de crecimiento de los años previos a la crisis, la tendencia descendente de la pobreza extrema ha sido continua. El Banco Mundial estima que a partir de 1990, más de 1.1 mil millones de personas han salido de esta condición.

 

“Es sobresaliente el hecho que los países continúen reduciendo la pobreza e impulsando la prosperidad compartida en un momento en el que el desempeño de la economía global es menor a lo esperado”, señaló Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial.

 

Entre el 2008 y el 2013, periodo en el que la economía mundial se recomponía de la peor recesión de la posguerra, en promedio, alrededor de 88 millones de personas superaban la frontera de pobreza extrema cada año.

 

Proyecciones mesuradas

 

El organismo multilateral espera que la proporción de la población que se encuentra debajo de la línea de pobreza extrema sea de alrededor de 3 por ciento para el 2030. Actualmente, la cifra se ubica ligeramente debajo del 11 por ciento. Esto representa una avance significativo respecto al 35 por ciento registrado en 1990.

 

En caso de que el ritmo de reducción de pobreza se mantenga, el objetivo del Banco Mundial sería asequible para la siguiente década.

 

No obstante, este escenario luce poco probable. Gran parte de la reducción de pobreza deriva de las altas tasas de crecimiento económico del Este de Asia. En 1990, el 60 por ciento de la región se encontraba debajo de la línea de pobreza extrema. Hoy, únicamente el 3.5 por ciento de la población se encuentra en esta condición. El logro no tiene precedentes, considerando que la pobreza extrema prácticamente se erradicó en el transcurso de una sola generación.

 

Cerca del 70 por ciento de los más de 100 millones de personas que cruzaron el umbral de pobreza extrema entre el 2012 y el 2013 corresponden a habitantes del Este de Asia,  especialmente en China e Indonesia.

 

El avance de esta región en materia de combate a la pobreza contrasta con el estancamiento del ingreso de la población más pobre de la África Sub-Sahariana. El 41 por ciento de los habitantes de los países del subcontinente ganan menos de 1.90 dólares al día.

 

De los 766 millones de personas que viven en esta condición, 650 millones viven en el Sur de Asia y en la África Sub-Sahariana.  Conforme el nivel de pobreza en el Este de Asia se acerca a cero y el estancamiento persiste en otras regiones, el objetivo de erradicación de pobreza del Banco Mundial se aleja de las proyecciones actuales.

 

El reto de la desigualdad

 

El reporte del Banco Mundial hace énfasis en el papel que juega la desigualdad en el combate a la pobreza. Se refiere de manera insistente que la reducción de la desigualdad es una condición necesaria para alcanzar los objetivos deseados de prosperidad en los estratos de menor ingreso en el mundo.

 

“A menos de que podamos resumir las altas tasas de crecimiento y reducir la desigualdad,  el objetivo del Banco Mundial de acabar con la pobreza extrema para 2030 estará en riesgo”, señaló Yong Kim en el comunicado en el que se presenta la investigación de “Pobreza y Prosperidad Compartida”.

 

El presidente del organismo multilateral argumenta que es necesario un crecimiento inclusivo para sobrellevar los retos actuales de la economía global.

 

“El mensaje es claro: para acabar con la pobreza, necesitamos que el crecimiento trabaje a favor de los más pobres, y una de las maneras más seguras de hacer esto es mediante la reducción de altos niveles de desigualdad, especialmente en estos países donde viven los más pobres”.

 

Las proyecciones de pobreza del Banco Mundial cambian drásticamente bajo diferentes escenarios de combate a la desigualdad. En ese respecto, el organismo es categórico al referir que, hasta la fecha, ningún país ha logrado transitar exitosamente más allá de un estatus de ingreso medio en un contexto de altos niveles de desigualdad.

 

A pesar de ello, el reporte del Banco Mundial muestra que la desigualdad, tanto entre países como entre habitantes de una misma nación, se ha reducido consistentemente desde 1990, incluyendo el periodo poscrisis.

 

Francisco Ferreira, quien dirige las investigaciones de pobreza en el Banco Mundial, considera que 

este fenómeno “rompe mitos”. “Pese a que la atención en el mundo se ha enfocado en el incremento de la desigualdad, ha habido un proceso silencioso de reducción de desigualdad que no ha sido observado”.

 

En los últimos 30 años, un periodo de apertura y globalización, la desigualdad entre países presentó su mayor reducción desde la Revolución Industrial.

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