Amenaza asiática

Un nuevo riesgo se apila en la lista de adversidades económicas de México. Los países del Sudeste Asiático, que se convertirán en uno de los principales rivales manufactureros de México si se aprueba el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), han iniciado una carrera de fondo para reducir su impuesto corporativo.

 

5.1%
es la tasa de crecimiento esperada por el FMI para los países del Sudeste Asiático en 2017, superior a la tasa de crecimiento de largo plazo de México de 2.3 por ciento
La nueva política de recorte de impuestos de los países del Sudeste Asiático complementa su entrada al mercado estadounidense
Después de cometer el error de sufrir un infortunio, el hombre talentoso siempre se recupera” 
Napoleón BonaparteEstadista francés

Un nuevo riesgo se apila en la lista de adversidades económicas de México. Los países del Sudeste Asiático, que se convertirán en uno de los principales rivales manufactureros de México si se aprueba el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), han iniciado una carrera de fondo para reducir su impuesto corporativo.

 

Mientras que México se encuentra en medio de un programa de austeridad fiscal, países como Vietnam, Tailandia y Filipinas buscan acelerar su proceso de industrialización con un marco fiscal atractivo para la inversión extranjera.

 

Los promotores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) auguran que México, Estados Unidos y Canadá conforman la región más competitiva del mundo. La creación de sinergias en la cadena productiva, la cercanía geográfica, los bajos precios de los energéticos y las bajas barreras arancelarias son citadas como las principales ventajas competitivas de estos tres países.

 

Sin embargo, analistas advierten que la nueva estrategia fiscal de las economías del Sudeste Asiático, conjugado con la potencial aprobación del TPP, ponen a México en desventaja.

 

TPP: la entrada a Estados Unidos

 

El TPP, que incluye al 40 por ciento de la economía global, ya ha sido firmado por sus doce países miembro. Sin embargo, el tratado aún debe ser ratificado por el poder legislativo de cada jurisdicción. 

 

El acuerdo enfrenta una significativa resistencia política, particularmente en Estados Unidos, donde 

los dos candidatos punteros a la presidencia han manifestado públicamente su rechazo al tratado.

 

No obstante, el gobierno estadounidense actual mantiene el discurso de que el TPP será aprobado antes de que termine la administración del presidente Barack Obama.

 

Pese a las oportunidades ofrecidas por el tratado, grupos empresariales en México han expresado preocupación respecto al involucramiento de países como Vietnam en el TPP. La industria textil mexicana se ha notado sensible en este respecto.

 

El año pasado, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, criticó abiertamente el tratado bilateral que realizaron Estados Unidos  y Vietnam en el marco del TPP. El funcionario señaló que afectaría a la industria textil y de vestido en México: “Ya estábamos bien arreglados en todo, cuando de repente nos sorprenden con un acuerdo de intercambio entre Vietnam y Estados Unidos que todavía no tenemos con claridad a dónde va a aterrizar”.

 

El modelo de crecimiento mexicano depende en gran medida de la atracción de inversión extranjera abocada a la exportación de manufacturas a Estados Unidos, el mayor mercado global. El 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se destinan a ese país.

 

El derribo de barreras arancelarias estipuladas en el TPP abre la puerta a que los países del Sudeste Asiático compitan en un mercado en el que México tenía acceso privilegiado.

 

Ahora, la nueva política de recorte de impuestos de los países del Sudeste Asiático complementa su entrada al mercado estadounidense. A pesar de que sólo Vietnam, Malasia, Birmania y Singapur forman parte del TPP; la región completa obtiene ganancias de competitividad con estas medidas. 

 

Filipinas propondrá una baja del impuesto corporativo del 30 por ciento al 25 por ciento como parte de una amplia reforma fiscal que espera ser aprobada para el 2017.

 

Vietnam reducirá la tasa impositiva de pequeñas y medianas empresas desde un 20 por ciento a tasas de 15 por ciento y 17 por ciento que incluso pueden bajar hasta 10 por ciento en algunas ciudades.

 

Asimismo, en marzo, Tailandia recortó la tasa de impuesto corporativo de 30 por ciento a 20 por ciento.

 

Analistas consideran que, conforme se acelera la carrera por ofrecer el marco fiscal más atractivo, otros países de la región se verán obligados a modificar el nivel de sus tasas impositivas.

 

El Sudeste Asiático es la región de mayor crecimiento en el mundo. El Fondo Monetario Internacional estima que las economías de Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam se expandirán en promedio a una tasa de 4.8 por ciento este año y 5.1 por ciento en 2017.

 

La cifra contrasta con la tasa de crecimiento de largo plazo de 2.3 por ciento de la economía mexicana.

 

México atado de manos

 

México está imposibilitado para entrar a la carrera de reducción de impuestos en la que se han internado las economías del Sudeste Asiático. El país enfrenta un proceso de consolidación fiscal que busca recuperar la confianza de los mercados y las firmas calificadoras mediante la reducción de la deuda pública como proporción del producto interno bruto.

 

El Paquete Económico de 2017 propuesto por la Secretaría de Hacienda estipula un recorte al gasto público de casi 240 mil millones de pesos.

 

De acuerdo a la firma KPMG, México cuenta con un impuesto corporativo efectivo de 30 por ciento, superior al promedio de las economías asiáticas en ocho puntos porcentuales.

 

A pesar de ello, cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos muestran que los ingresos fiscales totales del país son de apenas 19.5 por ciento, la proporción más baja entre los países miembro del llamado “club de los países ricos”.

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