¿Freno al crecimiento?

A escasos meses de que se haga efectiva su salida como gobernador del Banco de México, Agustín Carstens y el resto de la Junta de Gobierno del banco central se enfrentan a uno de los escenarios más complicados desde la Gran Recesión de 2009.

5.75%
es el nivel actual de la tasa de interés de referencia, el cual se ha incrementado en 275 puntos base desde diciembre del 2015
La trayectoria de las principales variables económicas en México para el presente año estarán determinadas por la incertidumbre generada por la administración estadounidense
El deterioro de las perspectivas de crecimiento comprometen las metas de consolidación fiscal del gobierno mexicano, el cual anunció la implementación de un programa de austeridad el año pasado 
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A escasos meses de que se haga efectiva su salida como gobernador del Banco de México, Agustín Carstens y el resto de la Junta de Gobierno del banco central se enfrentan a uno de los escenarios más complicados desde la Gran Recesión de 2009.

La economía mexicana se debate entre la agresividad de la administración de Donald Trump hacia México, el desplome de los indicadores de confianza empresarial y del consumidor, el riesgo de una rebaja a la calificación crediticia de los bonos de deuda soberana, el continuo deterioro de las expectativas de crecimiento y el aceleramiento de la inflación.

Éste es el contexto que definirá la decisión de política monetaria del banco central que será dada a conocer hoy a mediodía. El consenso de economistas espera que la tasa de interés de referencia alcance un nivel de 6.25 por ciento, un aumento de 50 puntos base respecto al nivel actual.

A finales de 2015, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos elevó su tasa de interés de referencia desde niveles cercanos a cero por primera vez en casi una década, Banco de México inició un ciclo de contracción monetaria, privilegiando el control de la inflación a costa del crecimiento económico.

Desde entonces, el banco central ha incrementado su tasa de interés de referencia en 275 puntos base.  La Junta de Gobierno ha argumentado que la incertidumbre generada por la administración de Donald Trump y el riesgo del traspaso de la depreciación del tipo de cambio al nivel de precios son los dos factores que explican el corte restrictivo de estas decisiones.

Sin embargo, la coyuntura actual escapa al dilema tradicional de Banco de México de mantener un balance entre la estabilidad de precios y el crecimiento económico. Hoy, ambos objetivos son altamente susceptibles.

El consenso de economistas sugiere que el  deterioro, tanto de la inflación como de la actividad económica podrían incidir en efectos de segundo orden que pongan en tela de juicio a la preciada estabilidad macroeconómica del país, uno de los objetivos prioritarios de la política económica mexicana de las últimas dos décadas.
 
Inflación y crecimiento: frentes abiertos
 
En la primera quincena de enero, la inflación anualizada registró una tasa de 4.78 por ciento, encima del margen de error de 4 por ciento considerado por Banco de México. La última encuesta de expectativas económicas que realizó el banco central a economistas del sector privado revela que el consenso de los pronósticos ubica a la inflación en un nivel de 5.24 por ciento para finales de año.

Joel Virgen, subdirector de Estudios Económicos en Citibanamex, argumenta que esto se debe al efecto transitorio del aumento en el precio de los combustibles. No obstante, sostiene que un aumento desordenado de la inflación podría contaminar al resto del proceso de formación de precios, lo que obligaría al Banco de México a intervenir de manera agresiva.

Esta posibilidad minaría aún más las débiles perspectivas de crecimiento de la economía mexicana. La última encuesta de CitiBanamex espera que el producto interno bruto (PIB) del país se expanda apenas 1.5 por ciento este año. La cifra se ha revisado a la baja de manera consistente.

La fragilidad de la actividad económica del país fue puesta de relieve el viernes pasado con la presentación del más reciente indicador de confianza del INEGI. Éste alcanzó un mínimo histórico.

Cuatro de los cinco componentes del indicador cayeron a niveles mínimos históricos, por debajo incluso de los niveles registrados en la Gran Recesión de 2009. Esto se suma al hecho de que el componente “situación económica futura del país” del indicador empresarial del INEGI también cayó a un nivel mínimo histórico.

Por otra parte, la expectativa del  mercado laboral también muestra signos de debilidad.  La encuesta de CitiBanamex espera que este año se generen 558 mil empleos formales, 24 por ciento menos que los empleos formales creados el año pasado, de acuerdo a cifras del IMSS.

Incumplimiento fiscal

El deterioro de las perspectivas de crecimiento comprometen las metas de consolidación fiscal del gobierno mexicano, el cual anunció la implementación de un programa de austeridad el año pasado.

Esta semana, la agencia Moody’s emitió una nota en la que advierte que la deuda mexicana podría perder su grado de inversión A3. En marzo del año pasado, la perspectiva de calificación de los bonos de renta fija del Estado mexicano fue revisada a la baja a una posición negativa.

La nota cita un desempeño fiscal peor al esperado, la debilidad económica y las crecientes tenciones con Estados Unidos como las razones por las que México no alcanzará los objetivos necesarios para mantener su nivel crediticio. Además, se agrega que el discurso de austeridad no se ha traducido en una reducción efectiva del déficit fiscal (2.8 por ciento del PIB) ni del creciente nivel de deuda pública.

Se espera que, en caso de que Banco de México intensifique su ciclo de contracción monetaria, se acentúe la caída de las expectativas de crecimiento de la economía mexicana y que el gobierno quedará corto de cumplir sus objetivos de consolidación fiscal.  El consenso de economistas espera que la tasa de interés de referencia supere el 7 por ciento a finales de 2017.

Adicionalmente, el tipo de cambio continúa siendo un foco de alerta para las autoridades monetarias. Si el peso vuelve a entrar en una dinámica de depreciación frente al dólar, es altamente probable que Banco de México intervendrá con alzas adicionales a los tipos de interés.

Aunque la moneda mexicana se ha apreciado casi 7 por ciento desde el 20 de enero, ésta ha probado ser altamente susceptible a cambios del entorno.

>Variables Clave

Trump tumba confianza consumidor

El índice de confianza del consumidor en enero de este año se ubicó en 68.49 puntos, la caída más pronunciada desde abril de 2004, que inició esa serie por el Inegi.

Antes de este nivel, el mínimo era de 76.95 puntos, en octubre de 2009, cuando la gran recesión estaba en pleno auge, indicó Banco Base.

Por su parte, el Indicador de Confianza del Consumidor se ubicó en 28.7 puntos en enero, un retroceso mensual de 6.1 puntos.

La caída mensual de este índice, en relación a diciembre de 2016 fue de 15.09 puntos, la mayor disminución en registro.

El deterioro en la confianza del consumidor está directamente relacionada con la presidencia de Donald Trump y sus amenazas hacia México, aunque también se ve afectada por presiones inflacionarias que se hicieron más evidentes al inicio del año, en particular por el alza en los precios de gasolinas, que llevaron a la inflación de la primera quincena de enero a 4.78 por ciento, por arriba del objetivo de Banxico del tres por ciento, y la parte alta del rango de oscilación de cuatro por ciento.

Pero también la percepción de los hogares sobre la condición del país tuvo un nuevo mínimo, a un nivel de 55.86 puntos, nunca visto.

Tropiezo económico

Las expectativas económicas siguen ajustándose a la baja para 2017 ya que las amenazas de Trump de frenar el comercio con México hizo que se pospongan los planes de inversión y golpearon la confianza del consumidor.

Los analistas consultados por Banco de México bajaron la previsión para la economía mexicana a 1.49 por ciento, respecto al 1.6 por ciento de la encuesta anterior de diciembre de 2016.

Por su parte, la encuesta Citibanamex de expectativas para el crecimiento del PIB en 2017 fue de 1.5 por ciento.

La perspectiva para la actividad local fue obscurecida por la administración Trump con respecto a la relación bilateral, lo que generó incertidumbre sobre si estas condiciones se mantendrán hacia delante.

La revisión a los pronósticos que han realizado especialistas y organismos internacionales para la economía de México en el 2017 refleja un ambiente más retador para el sector externo y la inversión, mientras que el mercado local también enfrentará varios obstáculos, destacó Citibanamex.

En lo que corresponde a la actividad económica, el sector externo determinará en última instancia el desempeño general para el presente año.

En el comportamiento del sector externo, los motores tradicionales para la cuenta corriente se mantendrán operando, mientras que en el caso de la cuenta de capital, un impacto más inmediato es de esperarse.

Tasa de interés

El peso se recuperó ayer debido a que los mercados anticipan que Banco de México incrementará la tasa de referencia en 50 puntos base a 6.25 por ciento, respecto a 5.75 por ciento anterior.

Para que la depreciación del peso frente al dólar no se traslade a un incremento en precios al consumidor, el Banco de México ha elevado las tasas de interés.

De esa forma,  durante 2016 el banco central incrementó en 250 puntos base la tasa de interés interbancaria a un día, actuando de manera preventiva frente al entorno externo que se ha tornado cada vez más adverso.

Según la encuesta Citibanamex de expectativas, el consenso confirmó un incremento de 50 puntos base por parte de Banxico en el mes en curso.

El pronóstico para el cierre de año para la tasa de fondeo fue reiterada en siete por ciento, según la encuesta.

“El consenso es robusto alrededor de la expectativa de incremento de 50 puntos base este mismo mes, cerca del 90 por ciento de los participantes que esperan un cambio en la tasa de fondeo este mes anticipan tal magnitud”, reveló el sondeo.

El Banco de México elevó el 15 de diciembre de 2016 en 50 puntos base la tasa de interés, por arriba del incremento de la Reserva Federal que fue de 25 puntos base.

Batalla perdida

También hoy se conocerá la inflación en México para el mes de enero, que se espera avance por arriba de un máximo de cuatro años, mientras que la economía sufriría un tropiezo.
 
En la primer quincena de enero, la inflación  registró un aumento de 1.51 por ciento, con presiones por el alza en gasolinas.  

Pese a que los funcionarios ven un aumento temporal de precios en México, las expectativas de los economistas del sector privado siguen creciendo por encima de lo que el Banco de México podría incrementar la tasa de interés referencial.

Para algunos expertos, la inflación alcanzaría un incremento anual en enero de 4.74 por ciento, para terminar el año en 5.25 por ciento, por arriba de 3.42 por ciento de hace un año, según la encuesta de Banxico que se publicó el 1 de febrero.

El alza en tasas de interés se convirtió en la respuesta a la incremento de la inflación; pero el peso tampoco ha ayudado a mantener a raya el incremento en precios en el país, ya que la moneda mexicana se ha depreciado cerca de 13 por ciento desde que Trump ganó la presidencia de Estados Unidos.

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