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Cuidado con el dólar

La incertidumbre cambiaria se ha vuelto una de las cinco principales preocupaciones para los especialistas del sector privado encuestados cada mes por el Banco de México (Banxico). 

El peso perdió 17 por ciento de su valor frente al dólar en el 2015. No obstante, la incertidumbre cambiaria apenas fue mencionada como un factor de riesgo para el crecimiento económico de México durante el año pasado.

"Sin duda es una práctica sana que los corporativos cubran sus posiciones cambiarias. Lo importante es que esa disciplina, esa prudencia (...), continúe”
Luis Videgaray CasoSecretario de Hacienda y Crédito Público
Entre enero y febrero, el peso fue la divisa de volumen relevante que presentó la mayor caída frente al dólar

La incertidumbre cambiaria se ha vuelto una de las cinco principales preocupaciones para los especialistas del sector privado encuestados cada mes por el Banco de México (Banxico). 

El peso perdió 17 por ciento de su valor frente al dólar en el 2015. No obstante, la incertidumbre cambiaria apenas fue mencionada como un factor de riesgo para el crecimiento económico de México durante el año pasado.

En ese sentido, en el marco de la edición 79 de la convención anual de la Asociación de Bancos de México, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, lanzó una advertencia a las empresas mexicanas. El funcionario sugirió cubrir los pasivos en dólares de las empresas porque la volatilidad del tipo de cambio permanecerá como una constante en el mediano plazo.

Videgaray fue enfático al decir que las empresas no deberían de utilizar coberturas financieras con fines especulativos, si no que deberían de limitarse a generar certidumbre para sus operaciones. 

El secretario dijo que las empresas debían de abstenerse de la tentación de cancelar los contratos de las actuales coberturas para capitalizar la ganancia generada por la reciente recuperación del peso frente al dólar.

Dólar: Talón de Aquiles

La depreciación sostenida del peso frente al dólar se ha convertido en el talón de Aquiles de la política económica mexicana. Esta narrativa, que predominó en el 2015, se exacerbó en las primeras semanas del 2016, durante las cuales el tipo de cambio en ventanillas bancarias casi alcanzó los 20 pesos por dólar.

Entre mediados de enero y mediados de febrero de este año, el peso fue la divisa de volumen relevante que presentó la mayor caída frente al dólar. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público y Banxico encendieron las alarmas.

Ambas entidades lanzaron un ambicioso programa de política económica que pretendía quitarle presión al peso. Se suspendieron las subastas diarias de 400 millones de dólares, se optó por intervenciones directas y discrecionales en el mercado de divisas, se anunció un recorte al gasto público de 132 mil millones y se ejecutó un alza en la tasa de interés de referencia de 50 puntos base.

Durante todo el 2015, el discurso oficial expresó que la depreciación del peso no se estaba reflejando en mayores niveles de inflación. La transmisión de mayores costos de importación no fue transmitido hacia los consumidores.

Sin embargo, la turbulencia de inicios del 2016 generó preocupación entre los miembros de la Junta de Gobierno de Banxico de que la pérdida de valor de la moneda mexicana distorsionaría eventualmente las expectativas inflacionarias. La reacción de política monetaria ocurrió en calidad de emergencia: se convocó a una reunión extraordinaria de la Junta de Gobierno para tomar la decisión.

Desde el 16 de febrero, fecha en que se realizó el anuncio conjunto del  paquete de medidas de política económica, el peso ha ganado 6.3 por ciento de su valor frente al dólar.  

Esto obedece en parte al direccionamiento que le dio el gobierno al mercado mediante sus instrumentos de ajuste y en parte a una tendencia de apreciación de las monedas emergentes frente al dólar en este periodo.  El índice del dólar elaborado por Bloomberg, que mide el valor de la divisa estadounidense frente a una canasta de monedas, ha caído 2.2 por ciento en lo que va del año.

El argumento de que el peso está subvaluado y no refleja los fundamentales de la economía mexicana, hecho públicamente tanto por Videgaray como por el gobernador de Banxico, Agustín Carstens, está por ser comprobado. 

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