Existe el riesgo de que las presiones inflacionarias vuelvan a aumentar, sobre todo si los energéticos continúan encareciéndose. Foto: Especial

Constante aumento de precios ¿por qué esta volatilidad es la nueva normalidad?

La persistencia de las presiones inflacionarias en la economía global durante los último años plantea una nueva realidad donde la incertidumbre es una constante

El alza constante de los precios en bienes y servicios es ya un elemento característico de la década, misma que ha estado atravesada por incertidumbre económica internacional debido a, entre otros elementos, una emergencia sanitaria de escala global y más de un conflicto bélico.

El repunte en los precios del crudo a nivel internacional luego del ataque de Hamas a Israel es una muestra de cómo se han visto afectados los precios de diversas mercancías desde inicios del decenio, donde el resultado han sido presiones inflacionarias a la cuales se posterga su fin cada que una autoridad económica les realiza una revisión.

Los mercados y las economías del mundo aún se encuentran asimilando los choques recibidos luego de la pandemia y el conflicto bélico ruso ucraniano, normalizando la volatilidad de los precios, explica Janneth Quiroz, directora de Análisis de grupo financiero Monex a Reporte Índigo.

“Las economías están resintiendo efectos de segundo orden que tienen que ver con la pandemia y la apertura económica posterior, también con el incremento en los precios de algunas materias primas, además de la guerra en Ucrania; y lo que seguimos viendo son las consecuencias, de manera sostenida, sobre la inflación, habrá que ver qué efecto genera el conflicto geopolítico en Israel”, comenta Quiroz.

Dichos efectos explican por qué a pesar de que la inflación en el mundo va cediendo mes con mes, al menos durante este año, el componente subyacente, que concentra los bienes y servicios cuyas variaciones de precios responden principalmente a condiciones de mercado, muestra un rezago considerable en su disminución, según el último análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el tema.

“Este ‘nuevo’ entorno de mucha volatilidad dentro de los mercados financieros lleva bastante tiempo, es decir, quizá un par de años; esa cuestión obliga a que analistas, participantes del mercado, incluso quienes llevan a cabo las decisiones de política monetaria tengan que cambiar el escenario base con el que analizan la realidad ya que las relaciones que se observan no corresponden a lo que veía en el pasado”, señala Jessica Roldán, economista en jefe de casa de bolsa Finamex.

Roldán plantea que la complejidad del panorama económico actual impide descifrar si los índices de inflación que hoy enfrentan desde el Banco Central Europeo (BCE), hasta el Banco de México (Banxico) son transitorios o forman parte de una nueva normalidad caracterizada por la elevada volatilidad de los mercados, y por ende, de los precios, elemento que podría clarificarse a largo plazo, comenta.

Al respecto, BlackRock, la administradora de fondos más grande del mundo, plantea como su nuevo escenario base un régimen económico en el que el crecimiento constante de las economías y los bajos índices de inflación han terminado, para dar paso una realidad donde la volatilidad es una constante.

“El nuevo régimen económico, más volátil, ofrece oportunidades de inversión diferentes, pero abundantes, las persistentes restricciones de producción obligan a los bancos centrales a mantener altas las tasas de interés”, explica el fondo de inversión en su último informe de perspectivas económicas.

Presiones inflacionarias en México

El último registro del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) ubica la inflación general anual en 4.45 por ciento, con un componente subyacente en 5.76 por ciento, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); aunque ambos indicadores muestran una franca desaceleración desde que inició el año, aún se encuentran fuera del rango objetivo de Banxico.

Lo anterior tiene una implicación fundamental en el hecho de que el banco central mexicano conserve su tasa de referencia en el nivel más elevado de las últimas décadas y podría modificarse hasta el próximo año, de acuerdo a las autoridades de Banxico.

“La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y de sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios. Opinó que, si bien se ha avanzado en el proceso desinflacionario, el panorama continúa siendo muy complejo”, explica la junta de gobierno del banco central mexicano sobre su última decisión de política monetaria.

Por su parte, las analistas consultadas por este medio coinciden en que el ritmo de reducción en la inflación ha venido disminuyendo en los últimos meses, por lo cual incluso consideran que, a corto plazo, existe el riesgo de que las presiones inflacionarias vuelvan a aumentar, sobre todo si los energéticos continúan encareciéndose, como se observa en la última actualización del INPC.

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