No sólo se trata de la falta de acceso a un empleo, la brecha laboral también tiene un profundo impacto en el salario que reciben las mujeres. Foto: Especial

Alarmante brecha laboral a nivel mundial, advierte la OIT

La disparidad laboral entre hombres y mujeres a nivel mundial es más preocupante de lo que se tenía medido, a través de un indicador más incluyente la OIT muestra estos amplios boquetes que afectan a las trabajadoras

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que la brecha laboral entre hombres y mujeres a nivel mundial es más sombría de lo que se observaba.

Una nueva medición en torno a los desequilibrios de género en el acceso al empleo y las condiciones de trabajo por parte de este organismo internacional, advierte que 15 por ciento de las mujeres en edad de trabajar desearían tener un empleo pero no lo tienen, frente al 10.5 por ciento de los hombres.

Esta diferencia es impulsada por “las responsabilidades personales y familiares, incluido el trabajo de cuidados no remunerado” que, generalmente recae sobre las mujeres, señala la OIT.

Este giro en la perspectiva que hay en torno a los desequilibrios de género en el acceso al empleo se explica por una nueva forma de medir este fenómeno a través de la brecha de empleo, un indicador elaborado por la OIT, que pone foco a las personas que quieren trabajar pero no tienen empleo. Tradicionalmente se utiliza la tasa de desempleo para evaluar la situación de las mujeres frente al trabajo que suelen ser muy similares, porque los criterios utilizados tienden a excluir de forma desproporcionada a las mujeres.

“Aunque la tasa de desempleo es una medida muy valiosa para el mercado laboral, también es un indicador muy restrictivo. Por esta razón, no podemos concluir a partir de las estimaciones de desempleo que las mujeres y los hombres enfrentan las mismas dificultades para encontrar trabajo. Para ser considerado desempleado no basta estar sin trabajo y tener interés en trabajar”, detalla la OIT en el “Enfoque de Estadísticas Laborales”, publicado ayer.

La organización señala que en 2022 la brecha mundial de empleo se situó en aproximadamente 473 millones de personas, más del doble de la tasa de desempleo que se ubica en 205 millones. Esto equivale a una tasa de brecha laboral de 12.3 por ciento, que representa parte de los que quisieran trabajo pero están desempleados, frente a la tasa de desempleo que alcanza 5.8 por ciento.

El reporte señala que la parte más “asombrosa” de los resultados de este indicador se nota con las estimaciones desagregadas y es que además de la variación tan amplia entre tasas de desempleo y brecha salarial, se puede observar que las brechas laborales más amplías afectan a las mujeres en países en desarrollo, en donde la proporción de mujeres que no pueden encontrar un empleo alcanza hasta el 24.9 por ciento.

Pero no sólo se trata de la falta de acceso a un empleo, la brecha laboral también tiene un profundo impacto en el salario que reciben las mujeres frente al de los hombres. La OIT señala que por cada dólar que gana un hombre, las mujeres únicamente alcanzan a percibir 51 centavos, en el caso de las trabajadoras de países de renta baja y media baja esta disparidad en ingresos se dispara, toda vez que las mujeres ganan 33 y 29 centavos por cada dólar que recibe un hombre.

Brecha laboral y nacional

Los datos publicados por la OIT presentan un panorama mundial, pero en México existen diversos estudios e indicadores que exploran los desequilibrios laborales entre hombres y mujeres.

Por ejemplo el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha señalado que en el país, las mujeres mexicanas representan el 52 por ciento de la población y aportan 40 por ciento de la fuerza laboral del país. Dicha cifra porcentual se ha mantenido prácticamente igual en los últimos 17 años, lo que contrasta con la participación laboral de los hombres, ubicada por encima del 70 por ciento, en el mismo periodo de tiempo.

Además de la subrepresentación en la fuerza laboral, las mujeres obtienen, en promedio, menores ingresos por su trabajo que los hombres.

En 2022, por cada 100 pesos que un hombre ocupado percibió en ingresos laborales, una mujer recibió 86 pesos, lo que implica un brecha de 14 por ciento. Esto significa que, a nivel nacional, si una mujer quisiera tener el mismo ingreso promedio al año que un hombre, tendría que trabajar 51 días más para obtenerlo, señala el IMCO a través del estudio  “Brecha salarial de género, un comparativo sectorial e internacional”.

En comparación con los datos de otros países de Latinoamérica, México presenta una brecha de ingresos por género menor que Chile (23.6 por ciento) y que Uruguay (21.1 por ciento).

El IMCO apunta directamente al mercado laboral por no procurar condiciones equitativas para las trabajadoras y su concentración en empleos de bajos salarios, pese a que éstas tienen cada vez más habilidades y la matrícula femenina en las universidades a nivel mundial se triplicó entre 1995 y 2018.

Otro elemento que exploró el IMCO es el del trabajo no remunerado y el subordinado toda vez que la población de trabajadoras tienden a presentar mayores índices que los trabajadores. El estudio señala que 3.3 por ciento de los hombres que forman parte de la población ocupada se encontraron en un trabajo no remunerado de enero a agosto de 2022, en el caso de mujeres la cifra fue de 6.4 por ciento.

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