Descubre que hay detrás de las paredes en Toc, Toc, Toc: El Sonido del mal
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Toc, Toc,Toc: El Sonido del Mal no da miedo

El primer largometraje del director de la aclamada serie de terror Marianne, ¿logra llevar esa misma magia a la pantalla grande?

De poco más de un año a la fecha, los fanáticos del terror hemos podido presenciar el nacimiento de nuevos creadores que forman parte de lo que se podría llamar “la nueva ola” del cine de terror. Algunos han entregado obras que se han convertido en clásicos instantáneos y otros tantos solo se han quedado en buenas intenciones. En medio de todos esos nuevos creadores llega Samuel Bodin y Toc, Toc, Toc: El Sonido del mal. Este director ya era conocido por la serie de Marianne en Neflix, pero ahora llega con su primer largometraje ¿Cumplió con nuestras expectativas?

Arte oficial de Toc, Toc, Toc: El Sonido del mal

ENTRE MIEDOS Y PAREDES

Un acierto de esta cinta es ir directo a la acción. Sin mayor preámbulo nos encontramos con Peter (Interpretado por Woody Norman), un niño tímido, solitario y atormentado por sus bullies en la escuela. Nuestro protagonista forma parte de una familia particularmente extraña en dónde sus padres Carol (Lizzy Caplan) y Mark (Anthony Starr) ejercen una sobreprotección algo tenebrosa.

A unos días de llegar Halloween, sus padres le prohíben a Peter formar parte de los festejos y el pequeño comienza a escuchar ruidos en las paredes de su habitación. Mismos que son ignorados por parte de sus padres. Estos sonidos pronto se convertirán en una voz que hablará con Peter y poco a poco este pequeño irá develando secretos y horrores acerca de su familia y la casa en la que viven.

BUENAS INTENCIONES, MALA EJECUCIÓN

 En concepto, sabemos que este filme suena como algo entretenido y tenebroso. El problema llega a la hora del desarrollo. Esta producción está consciente de su corto alcance y es muy directa y rápida a la hora de plantear los hechos y escenarios, pero esta misma inmediatez hace que se pierda todo interés y empatía por los personajes. Por otro lado, Lizzy Caplan y Anthony Starr entregan mucho y se nota su esfuerzo al hacer sus interpretaciones, pero se sienten poco o nada respaldados por su guion, con diálogos huecos y francamente aburridos. Por su parte, la criatura que aparece al final de esta cinta se queda en una amarga mediocridad. Ya que, el potencial que tenía era enorme debido a la relación que construye con el protagonista y sus razones para cometer las atrocidades que comete; pero de nuevo, la película se queda a medio camino y en su lugar, decide caer en todos los clichés que ya conocemos del cine de terror.

Visualmente, la película cumple. Y se agradece que hayan decidido aplicar efectos prácticos la mayor parte del tiempo. Eso si, algunas partes de CGI o movimientos del monstruo son tan malas que incluso puede sacar una que otra risa involuntaria.

 En general, Toc, Toc, Toc: El Sonido del mal se queda como un cumulo de buenas ideas que se quedan en solo eso. Consideramos que como primer ejercicio para su director no está mal, pero definitivamente preferimos quedarnos con la serie que desarrolló para Netflix y fingir que esta cinta no sucedió.

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