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REVIEW Scorn

Scorn no es un juego perfecto pero definitivamente dejará una marca impresa difícilmente de quitar en cualquiera que lo pruebe. Una experiencia tanto inmersiva como grotesca abierta a la interpretación de cada quien.

El arte no necesariamente responde a cánones de belleza ni a convencionalismos. Aunque a veces las expresiones artísticas pueden cautivar a los espectadores a través de la estética, es fundamental siempre evocar una emoción, no importa si es desagradable. Justamente bajo ese principio se sustenta completamente el nuevo juego Scorn. El título desarrollado por el estudio serbio Ebb Software es un monumento a lo grotesco, en el mejor de los sentidos.

Una pesadilla interactiva

El estreno de Scorn es un verdadero milagro. El concepto del juego se concibió hace ocho años en 2014 y comenzó con una recaudación en Kickstarter. Desafortunadamente no se consiguió llegar a la meta. Aún así la idea de Ebb Software continuó con financiación privada. Además el juego pasó por varios cambios hasta convertirse en esta versión final. Originalmente, Scorn iba a ser una especie de experiencia dividida en capítulos que iban a lanzarse paulatinamente. Al final se optó por un juego completo con un solo lanzamiento y el resultado es espectacular.

Para empezar, es bastante difícil describir a Scorn en cualquier aspecto. Más que un juego, este título se siente como una experiencia interactiva. En palabras de los propios desarrolladores, Scorn ”arroja al jugador a su mundo” y nada más. Desde el principio del gameplay, el jugador recibirá casi nula guía. No hay indicaciones escritas, asistentes IA ni nada parecido. Únicamente hay un muy vago sistema intuitivo para todo. Solo el ingenio del jugador podrá ayudarlo a comprender cómo funciona el mundo de Scorn, sus armas y acertijos.

Dicho lo anterior, Scorn no sólo pondrá a prueba el temple de los jugadores, sino también su paciencia. Debido al estilo artístico del juego (del cual obviamente se hablará), es bastante fácil perderse entre sus niveles. No se puede jugar con distracciones cerca porque con un momento de no prestar atención, el jugador puede perder la percepción de dónde se ubica y comenzará a dar vueltas en círculos. Lo mismo se aplica a los acertijos. En algunas partes del juego hay puzzles muy ingeniosos pero también frustrantes. Más de un jugador se sentirá tentado a recurrir a guías externas pero no se recomienda en absoluto para no mermar la experiencia.

Ni siquiera el infierno es perfecto

Por otro lado, si bien Scorn definitivamente logra asombrar a cualquiera que lo vea, sus mecánicas son punto y aparte.  Se siente bastante obvia la inspiración de los juegos clásicos de terror. Existen armas para derrotar a los monstruos pero de ninguna manera se trata de un juego estilo shoooter. La munición y salud extra son extremadamente escasas para mantener al jugador en un constante estado de tensión. No obstante con los controles es un caso diferente. Hay ocasiones en donde las mecánicas del juego se sienten innecesariamente toscas y las interacciones del personaje son muy robotizadas.

Eso sí, vale la pena mencionar el ingenioso diseño del inventario del personaje. Los mecanismos de las armas, el almacenamiento de los distintos tipos de munición y salud e incluso un dispositivo para abrir cerraduras. No obstante justamente el diseño de los enemigos deja algo qué desear. Los diferentes monstruos repartidos por los niveles de Scorn contrastan y se ensombrecen mucho a lado de los mapas y las herramientas mencionadas. Hay algo en esos vástagos amorfos y reptantes que simplemente no convence. Los combates, a excepción de un jefe mayor, se sienten muy elementales. Detrás de impactantes visuales están enemigos con movimientos muy simples y predecibles.

Si tan sólo Giger y Beksiński vivieran…

Ahora sí, toca hablar del gran atractivo principal. El apartado visual de Scorn es una joya con una personalidad tan única nunca antes vista en los videojuegos. Son palabras mayores, pero en ningún momento exageraciones. Eso sí, sería una mentira decir que Scorn es el primer videojuego con un estilo grotesco. Sin embargo en otros casos como Agony (2018), en un intento por asombrar al espectador se cae en el morbo. Con Scorn no ocurre eso, al contrario, se logra un estilo muy auténtico.

Los visuales del juego están fuertemente inspirados en la obra de los dos grandes artistas H. R. Giger y Zdzisław Beksiński. El arte de Giger por ejemplo sirvió igualmente de inspiración para la popular saga de ciencia ficción y terror Alien. Sin embargo en Scorn todo se llevó a límites nunca alcanzados. El resultado son atmósferas completamente aplastantes y muy densas. Un festival mórbido y decadente.

Pero la mejor parte es que el estilo artístico de Scorn jamás deja de asombrar. En ningún momento los escenarios se vuelven habituales. Con cada nivel del juego el estilo se lleva más allá. Verdaderamente se logra un experiencia tan subjetiva que cada quien tendrá su propia interpretación. Páramos desolados, instalaciones abandonadas hace muchísimo tiempo con tecnología biomecánica, estructuras espectrales. Más que un juego, Scorn a veces hasta parece  como si fuera una obra de arte interactiva para contemplar.

Otro gran acierto del juego y no menos importante es el audio. El trabajo de diseño sonoro de Scorn es impecable y aporta enormemente a generar aquella experiencia inmersiva. El soundtrack con temas ambientales generan justamente la atmósfera sonora de un mundo totalmente diferente al conocido. Los efectos de sonido orgánicos le dan mucho contraste al apartado visual de Scorn.

Calificación: 9.0

Con una duración de entre 6 y 8 horas, Scorn fácilmente puede completarse en un fin de semana. No obstante la calidad no es para nada lo mismo a cantidad. La experiencia de Scorn no es para hacer un speedrun ni nada parecido. Cada jugador debe experimentar por cuenta propia este juego, especialmente los amantes del arte grotesco. La ambigüedad y subjetividad del título lo convierten en una experiencia onírica y cada quien le dará su propia interpretación. El juego podrá no contar con el gameplay más pulido pero eso es lo de menos. Como cualquier obra de arte, Scorn debería prestarse al debate entre quienes terminen de jugarlo. Una invitación a un mundo con reglas totalmente diferentes al nuestro. Scorn sumerge al espectador en un viaje a lo decadente, a lo fascinante y a lo desolador.

Scorn es un juego desarrollado por Ebb Software y distribuido por Kepler Interactive disponible para Xbox Series X|S y PC. La versión que se utilizó para esta reseña fue la de PC, la cual fue proporcionada por su distribuidor.

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