Ventas de artículos deportivos aniquiladas

El mundo del deporte en México sigue detenido y los comerciantes, formales e informales, que requerían de los eventos de todas las disciplinas pasan por un momento desesperante porque no obtienen recursos para vivir
Ricardo Resendi Ricardo Resendi Publicado el
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Desde el pasado 15 de marzo, tras el cese de las actividades económicas relacionadas con el deporte y artículos deportivos a causa del coronavirus, aquellos comerciantes de la vía pública, quienes de manera informal generaban ingresos para vivir, comenzaron a padecer los estragos de la pandemia.

Del universo callejero, donde se aglomeraban miles de lonas de plástico, esqueletos metálicos que albergaban grandes banquetes y playeras de interminables tonalidades que cubrían la acera, solamente queda la imagen irreconocible de un paisaje desolado.

En entrevista para Reporte Índigo, Isidro Flores, quien ha dedicado su vida al comercio de artículos deportivos en las calles olvidadas de la colonia Olivar del Conde, en Ciudad de México, reconoce la situación de extrema precariedad por la que están atravesando los vendedores ambulantes.

La situación nos está afectando bastante. Hay gente que lo está padeciendo bastante. Los que sacaban para comer ya se las están viendo negras. Aun así, los comerciantes somos movidos para sacar una lana. Los mexicanos no nos dejamos derrumbar
Isidro FloresVendedor ambulante

Gritos de ayuda de comerciantes de artículos deportivos

Frente a la crisis que afronta México, vendedores de alimentos, bebidas y artículos deportivos, que han presenciado el cierre de sus lugares de empleo, piden apoyo subsidiado por el Gobierno federal para mitigar la falta de ingresos y la dificultad para sobrevivir cada día.

“Somos vendedores de servicios, alimentos y bebidas en el Foro Sol, Palacio de los Deportes, Ciudad Universitaria, Plaza de Toros, y nos quedamos sin trabajo. Somos unos 250 padres de familia, madres solteras, mujeres embarazadas y nos cerraron nuestras fuentes de trabajo”, expresó Juan Alberto Calzada a las afueras del Palacio Nacional.

Los partidos han sido cancelados, los eventos culturales suspendidos y la actividad en los espacios públicos ha bajado sustancialmente. Aunque los vendedores informales han salido a la calle a buscar nuevos horizontes, la situación actual ha afectado significativamente sus bolsillos.

“No tenemos modo de trabajar, cada vez hay menos gente que nos viene a comprar. En mi caso la gente ahora ya no tiene lana para llevarse la playera de su equipo o comprar algún artículo de futbol”, menciona Isidro Flores para Reporte Índigo.

Aunque el semáforo de contagios en la Ciudad de México permanece en naranja, para los comerciantes ambulantes capitalinos permanecer confinados no solamente representa quedarse sin alimentos, sino también no poder proveer de medicamentos a sus familiares.

Son más de un millón de personas que laboran en las vías públicas, estadios deportivos y recintos culturales, quienes ante la pandemia del coronavirus han tenido que soportar el hambre. Sin embargo, las dirigentes de comerciantes ambulantes, Alejandra Barrios Richard y Diana Sánchez Barrios, han decidido acatar las indicaciones del Gobierno Federal.

“Esperaremos una semana más. Eso lo hacemos por nosotros, por nuestras familias y, sobre todo, por lo habitantes de esta gran metrópoli, de aquellos que nos favorecen con sus compras”, expresa Alejandra Barrios Richard.

Incertidumbre desgarradora

Pese a que han sido más de mil 500 despensas las que se han enviado a los diferentes vendedores informales en la Ciudad de México, la incertidumbre sigue embargando a los que se dedican al ambulantaje.

De acuerdo con los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre la economía informal en México, de cada 100 pesos generados del Producto Interno Bruto (PIB), casi 24 son producto de los trabajadores no formales, principalmente del comercio callejero.

En Ciudad de México, el subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, indicó que se espera que se pierdan 700 mil empleos formales; sin embargo, dicha cifra no incluye a todas las personas que laboran de manera informal, y que no podrán mantener sus oficios a flote debido a las medidas de contingencia que se ha prolongado por meses.

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