De telenovela

Ni el guión del mejor melodrama televisivo escribiría un final como el que aconteció con Lobos de la BUAP y Rafael Puente del Río.

Al silbatazo final el pasado sábado en Culiacán, tras ganar la final de ascenso a Dorados, el entrenador de 38 años y quien fuera actor de Televisa, exjugador profesional y analista deportivo y directivo de las Chivas de Guadalajara, corrió del área técnica hacia la tribuna para abrazarse con su padre, Rafael Puente Suárez, emblemático portero mexicano de la década de los 70.

Lobos BUAP se convirtió en la sexta franquicia de una Universidad en jugar en la Primera División nacional

Ni el guión del mejor melodrama televisivo escribiría un final como el que aconteció con Lobos de la BUAP y Rafael Puente del Río.

Al silbatazo final el pasado sábado en Culiacán, tras ganar la final de ascenso a Dorados, el entrenador de 38 años y quien fuera actor de Televisa, exjugador profesional y analista deportivo y directivo de las Chivas de Guadalajara, corrió del área técnica hacia la tribuna para abrazarse con su padre, Rafael Puente Suárez, emblemático portero mexicano de la década de los 70.

El hecho fue tan sólo la culminación de una carrera paralela entre club y director técnico, cuyos caminos se entrelazaron apenas el pasado semestre, como si se tratara de una telenovela de la afamada “fábrica de sueños”.

Después de 26 torneos en la división de plata, en la que aparecieron por vez primera en 1999, Lobos logró un ascenso que se antojaba inimaginable, como cuando en septiembre decidieron prescindir del técnico Miguel de Jesús Fuentes tras caer por 3-0 ante Zacatepec en la undécima jornada del Apertura 2016.

Fue entonces cuando la directiva decidió cortar por lo sano y ofrecerle el puesto a un imberbe Puente del Río, quien probaría suerte en los banquillos tras haber incursionado en otras facetas.

La recta final del torneo donde entró de relevo no fue buena, al ganar sólo uno de los últimos seis partidos del Apertura 2016 y, por consiguiente, quedarse fuera de la Liguilla.

Cuando se pensaba que el cambio no daría para más, la directiva de la BUAP decidió darle un voto de confianza, como al principio del torneo Clausura 2016, en donde sólo ganó uno de los primeros siete partidos. Puente recompuso el camino de Lobos y le alcanzó para clasificar en sexto lugar general con 27 puntos.

En Cuartos de Final echó a Alebrijes de Oaxaca y en semifinales a Mineros de Zacatecas, al que le ganó los dos partidos de la serie y era uno de los favoritos.

El equipo poblano logró el primer título en Liga de Ascenso tras derrotar en la final a Bravos de Juárez y la inercia le permitió lograr el sueño de Primera en la final por el ascenso ante Dorados.

Ahora una nueva franquicia aparece entre los 18 equipos y un técnico perseverante y multifacético de ideas, de futbol atractivo, renovará la baraja de técnicos de la Primera División.

“Por supuesto (agradezco) a mi familia, a mi mujer, mis papás, siempre apoyándome y a la directiva que confió en mí”, aseguro Rafael Puente.

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En entrevista para ESPN, William Palacios negó golpear a su esposa o a una mujer en un bar y confirmó que tuvo una riña en su hogar con su excompañero de Lobos BUAP, Julián Quiñones.

“Empezamos a pelear aquí en mi casa, le pegué un puño (a Quiñones)  y lo lastimé. Fue y buscó su cuchillo, vino, me lastimó en la cabeza y después de eso, él mismo se cortó los dedos. Pero no fue como dice la gente, que por defenderme agarré un cuchillo”, aseguró.

LOBOSBUAP Un equipo de cuidado

Apenas han vivido sus primeros tres partidos en el Máximo Circuito, mismos en los que han “devorado” las estadísticas.

Lobos BUAP es el mejor “benjamín” de los últimos tiempos al sumar siete puntos de nueve posibles en el arranque de su primer torneo en la Primera División.

Con el triunfo ante Pachuca por 3-2, el equipo de Rafael Puente ha superado las seis unidades que León sumaba en ese lapso, en su regreso a la división de honor en el Apertura 2012.