Dodgers, a revertir el daño

Dos es el número clave para los Medias Rojas de Boston para conquistar su cuarta Serie Mundial en este siglo. Del mismo modo, esa cifra es la mágica de los Dodgers de Los Angeles para volver a la vida en el Clásico de Otoño.

Este fin de semana los Dodgers tendrán la ventaja de que jugarán en casa y eso representa que Boston pierda uno de sus bateadores para incluir al pitcher en el orden al bat, además que los Medias Rojas recurrirán a sus lanzadores derechos.

Por estrategia, el manager angelino, Dave Roberts, prescindió de sus mejores toleteros en los dos primeros juegos en Fenway Park porque Boston fue con sus ases zurdos, Chris Sale y David Price, lo cual fue criticado ya que sus bateadores izquierdos (Max Muncy, Cody Bellinger, Joc Pederson y Yasmani Grandal) pegaron 90 home runs en la temporada.

“Es difícil tenerlos en la banca, pero es algo que hemos hecho varias veces en septiembre y durante esta Postemporada, algo que nos ha dado éxito”, dijo Roberts.

Darle la responsabilidad de abrir el Juego 3 al novato Walker Buehler parece una locura; sin embargo, el lanzador derecho ha respondido en Playoffs y desde el Juego Sin Hit combinado en Monterrey, en marzo, mostró que es el as de la rotación a futuro de los Dodgers.

Sacar el out ‘mortal’

Los Medias Rojas consiguieron 10 de las 12 carreras que han marcado en la Serie Mundial con dos outs en la cuenta, por lo que los lanzadores de Dodgers deberán ser letales para conseguir el final de los innings, ya que irse abajo con tres derrotas obligará a que Clayton Kershaw salga el sábado con la espada sobre el cuello.

En 41 de 51 veces que se han jugado series 2-3-2, el equipo que gana los dos primeros juegos como locales han salido victoriosos. En los últimos 10 años ha sido campeón el que aventajó en los primeros dos juegos de la serie.

De ganar Los Angeles este viernes, el manager de Boston, Alex Cora, podría adelantar su rotación para que regresen antes los zurdos y Roberts vuelva a su estrategia de sentar a los poderosos.