Los Carneros de Los Angeles llegan a la Semana 5 de la temporada después de haber sufrido una pesadilla ante los Bucaneros de Tampa Bay, a los que poco les importó meterse a la casa de los californianos y aplastarlos por 55-40, en la que ha sido la peor derrota del coach Sean McVay en su corta historia al frente de la franquicia.
Y la mala racha para los subcampeones del año pasado puede extenderse, ya que su rival de esta noche, los Halcones Marinos de Seattle se han visto más equilibrados hasta el momento.
Aunque la serie histórica favorece a Seattle por 23-19, en los últimos 10 enfrentamientos siete han sido victorias para los Carneros. Si los dirigidos por Pete Carroll quieren sumar su cuarto ganado del calendario deberán jugar una defensa casi perfecta, pues las últimas dos veces que le ganaron a Los Angeles, en 2016 y 2017, les permitieron solo 10 y 3 puntos.
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Dos son los principales problemas que han mostrado los Carneros al inicio de la campaña, aunque han ganado tres veces, su ofensiva no camina como el año pasado cuando le disputaron el Super Bowl a los Patriotas de Nueva Inglaterra. Por un lado, Jared Goff no anda fino y eso quedó demostrado con las tres intercepciones y un balón suelto ante Tampa, además que el corredor Todd Gurley parece que no se ha recuperado al cien de una lesión en la rodilla y su participación en los juegos ha sido discreta con apenas tres anotaciones.
Por otra parte la defensa, comandada por Aaron Donald, quien suma 10.5 capturas en 10 juegos contra Seattle, dejó mucho qué desear al permitir 464 yardas a la ofensiva de los Bucaneros.
En cambio, los Halcones Marinos se muestran cada vez más en carrera para ocupar los primeros planos de la NFL. Parte del éxito se debe al cambio de estrategia ofensiva, ya que ahora Russell Wilson tiene menos presión de que todo dependa de él, pues tiene un gran apoyo con el corredor Chris Carson y arriesga menos el balón por aire.
Defensivamente los Halcones Marinos ya no tienen a la Legión del Boom, pero aún cuentan con elementos con la capacidad suficiente para poner a sufrir a Jared Goff, además de contar con el plus de jugar en casa.
