El costoso recall de Samsung

El 2 de septiembre, Samsung tomó la decisión de hacer un llamado a revisión global por riesgo de explosión de los 2.5 millones de teléfonos inteligentes Galaxy Note 7 que están en manos de los consumidores.

 

1,000
millones de dólares es el costo estimado del reemplazo de los 2.5 millones de celulares que han sido llamados a revisión

El 2 de septiembre, Samsung tomó la decisión de hacer un llamado a revisión global por riesgo de explosión de los 2.5 millones de teléfonos inteligentes Galaxy Note 7 que están en manos de los consumidores.

 

Después de que se reportaron más de 35 casos en los que el dispositivo se incendiaba al ser recargado, la compañía coreana recomendó a sus clientes dejar de usar el teléfono de inmediato.

 

Estimaciones de Credit Suisse, Daishin Securities y Pelham Smithers Associates calculan que el costo total del reemplazo de estos teléfonos rondará los mil millones de dólares, equivalente al 5 por ciento de los ingresos anuales de Samsung proyectados para 2016.

 

Sin embargo, la crisis de Samsung se extiende más allá de los costos previsibles por el reemplazo de dispositivos. Entre el viernes y el lunes, las acciones de Samsung cayeron 11 por ciento, el mayor retroceso de dos días desde octubre del 2008.

 

En las últimas dos jornadas bursátiles, el valor de capitalización de mercado de la compañía se redujo en 22 mil millones de dólares. 

 

Samsung se encuentra haciendo un control de daños. La firma comunicó que ha suspendido la compra de baterías de su proveedor actual y que los Galaxy Note 7 con nuevas baterías estarán disponibles el 19 de septiembre.

 

Los reguladores estadounidenses ya han emitido una serie de recomendaciones que se encuentran en línea con las advertencias lanzadas por Samsung. 

 

Además, se ha prohibido de manera temporal la portación de teléfonos Galaxy Note 7 durante vuelos, tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos.

 

Bryan Ma, vicepresidente de investigación de teléfonos inteligentes en la firma de consultoría IDC, dijo al portal Bloomberg que la “pesadilla de Samsung se está volviendo cada vez peor”. 

 

Además del desgaste de la marca, se advierte que la acción de los reguladores podría arrastrar a toda la línea de productos Samsung hacia el mismo estatus que el Galaxy Note 7, el cual es percibido como un riesgo de seguridad por los consumidores.

 

Se acabó el rally

 

Este dispositivo de alta gama emergió como un producto competitivo alternativo al iPhone de Apple. 

 

A la expectativa y al éxito inicial del Galaxy Note 7 se le atribuye que las utilidades de Samsung hayan alcanzado un máximo en el último trimestre, así como a que las acciones de la firma tocaran su nivel más alto en la historia el mes pasado.

 

Analistas de Credit Suisse estiman que por cada Galaxy Note 7 que vende Samsung, la compañía registra 600 dólares en ingresos y un margen operativo de 108 dólares. Asimismo, proyectaban envíos de este dispositivo del orden de entre 12 y 14 millones de unidades para este trimestre y el siguiente.

 

En medio de la crisis, Lee Jae-yong, hijo del presidente de la compañía, fue postulado para ser miembro del consejo de administración.

 

Aunque Samsung comunicó que este movimiento corporativo es independiente de la coyuntura que enfrenta la firma, personas allegadas a la compañía dijeron a la prensa coreana que Lee Jae-yong tomará  la batuta en las operaciones de control de daños. 

 

Esto se ha interpretado como el primer paso para consolidar el plan de sucesión de Samsung.

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