Listos de niños, bebedores de adultos

Los niños que desarrollan capacidades intelectuales a una edad más temprana que la del promedio no solo consumen más alcohol y drogas en la adultez, también lo hacen con mayor frecuencia. 

Así lo demostraron investigadores de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, luego de seguir a un total de 3 mil gemelos finlandeses durante la niñez, la adolescencia y la edad adulta. 

Los niños que desarrollan capacidades intelectuales a una edad más temprana que la del promedio no solo consumen más alcohol y drogas en la adultez, también lo hacen con mayor frecuencia. 

Así lo demostraron investigadores de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, luego de seguir a un total de 3 mil gemelos finlandeses durante la niñez, la adolescencia y la edad adulta. 

Los científicos compararon los patrones de consumo de alcohol de los participantes adultos que desarrollaron la habilidad de lenguaje a una edad temprana con aquellos que lo hicieron de forma tardía. 

En el estudio, publicado en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research, se encontró que los gemelos precoces que adquirieron antes su capacidad de habla o de lectura, eran dos veces más propensos que sus hermanos gemelos a beber alcohol a los 18 años. 

También tendían a embriagarse cuatro veces más seguido –al menos una vez al mes– que sus gemelos.  

Incluso se encontró los que “despertaron” a una edad más temprana solían tener más amigos que consumían alcohol. 

También reportaron niveles más altos de un rasgo de personalidad conocido como “búsqueda de la novedad”. 

Esta tendencia que tienen los más intelectuales a querer explorar el mundo y sumar nuevas experiencias, aunado a la influencia social, podría explicar las diferencias en las conductas en relación a la bebida. 

Antti Latvala, autora del estudio, dijo a la revista TIME que beber socialmente y el consumo de alcohol que no involucra riesgos, es más frecuente entre las personas con un nivel de educación superior. 

De hecho, los investigadores aclaran que se ha demostrado que gozar de mejores habilidades verbales e intelectuales sirve de escudo contra el desarrollo de problemas graves con el alcohol y otras sustancias en la edad adulta. 

Y otro estudio, realizado por la Escuela de Economía de Londres en el año 2010, reveló que las mujeres con mayores niveles de educación tendían a consumir mayores cantidades de alcohol, además de hacerlo con más frecuencia que su contraparte con menor preparación. Y tenían un riesgo mayor de desarrollar un problema de adicción a la bebida. 

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