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Detección a una nariz de distancia

La detección de ciertos tipos de cáncer puede ser complicada e insegura, con una alta incidencia de falsos positivos, pero estudios recientes sugieren que un método más efectivo está muy cerca: el olfato de los perros.

Es el caso de los cánceres de próstata y de ovario, que pueden ser identificados por estos animales con una precisión del 90 por ciento, aún en etapas tempranas de la enfermedad.

La detección de ciertos tipos de cáncer puede ser complicada e insegura, con una alta incidencia de falsos positivos, pero estudios recientes sugieren que un método más efectivo está muy cerca: el olfato de los perros.

Es el caso de los cánceres de próstata y de ovario, que pueden ser identificados por estos animales con una precisión del 90 por ciento, aún en etapas tempranas de la enfermedad.

Sin embargo, como usar perros para esta detección puede ser problemático –ya que requiere cientos de horas de entrenamiento, así como la identificación del tipo de químicos que están olfateando– investigadores finlandeses desarrollaron una “nariz electrónica”, que revela la presencia en la orina de compuestos orgánicos relacionados con el cáncer de próstata.

“Vemos moléculas en las etapas en las que el tumor todavía es muy pequeño. También encontramos si es agresivo o benigno, para determinar el curso de acción necesario”, aseguró el doctor Niku Oksala, de la Universidad de Tampere.

Además, el experto explicó que encontraron que los tumores tienen más de 30 compuestos moleculares que tienen olores fuertes y son fácilmente detectables.

Y señaló  que tienen esperanza de que este método pueda ser usado para identificar todo tipo de cáncer.

Hasta el momento, este dispositivo tiene un 78 por ciento de eficacia en la detección, y una especificidad –es decir, la probabilidad de que la prueba sea negativa cuando no hay cáncer– de 67 por ciento.

Estas cifras ponen su margen de error por debajo del de las pruebas de sangre tradicionales, que ha sido fuertemente criticado por arrojar “falsos positivos” que después son comprobados a través de una biopsia, proceso que puede hacer daño a los pacientes y, que en muchos de los casos, refuta los resultados del examen sanguíneo.

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