Nadie hubiera imaginado hace doce años que aquel hombre que ascendía al poder de nombre Vladimir Putin dominaría por completo la escena política rusa.
Sin embargo, la actual plataforma de gobierno se enfrenta a una galopante oposición que sacude los cimientos sobre los que se sostiene.
Un caso es el perpetrado por la banda Pussy Riot, grupo punk femenil que se manifestó el 21 de febrero de este año en la catedral de Cristo Salvador en Moscú, gritando el estribillo de una de sus canciones: “Ave María, líbranos de Putin”.
Jorge Mireles