Aunque los países con las tasas más altas de pobreza crónica en la región son Honduras, Guatemala y Nicaragua, México cuenta con una de las mayores concentraciones de personas en la miseria en la región, según el informe “Los olvidados: pobreza crónica en Latinoamérica y el Caribe”, publicado ayer por el Banco Mundial.
En el país, el número de pobres crónicos urbanos supera el de los rurales.
Mil millones de personas en el mundo viven en pobreza extrema, pero esta cifra no desanima al presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim.
El líder presentó ayer la campaña “¿Estás listo para poner fin a la pobreza en 2030?”, pues el organismo confía en que dentro de 16 años la cifra se reducirá a cero.
Y es que, según afirma efusivamente en un video, esta generación tiene potencial para cumplir con la misión, ya que cuenta con herramientas que hace años no se tenían, como el Internet.
La misión de Global Poverty Project es aumentar “la eficacia” de las personas que emprenden acciones para poner fin a la pobreza extrema.
Entre sus proyectos está el llamado “Live Below the Line” (o “Vive bajo la línea”), con el objetivo de que los voluntarios se pongan “en los zapatos” de aquellos que viven con menos de dos dólares al día.
El reto consiste en comer y beber con 1.50 dólares diarios durante cinco días.
Con esto se busca crear conciencia y recaudar fondos para apoyar a diversas organizaciones que apoyan a personas de bajos recursos.
El Banco Mundial (BM) aseguró que en 2010 se alcanzó el primero de los Ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas. Cinco años antes de lo previsto, la meta de “Erradicar la Pobreza Extrema” (reducirla a la mitad entre 1990 y 2015) se cumplió gracias a la inversión en redes de protección social.
El presidente del BM, Jim Yong Kim, alentó a que se incrementen los ingresos del 40 por ciento de la población –de cada país– que vive en condiciones de pobreza extrema (aquellos que sobreviven con menos de 1.25 dólares por día).
Las cifras hablan por sí solas. A pesar de que aumentó el número de programas sociales puestos en marcha por este gobierno, la reducción de la pobreza no se logró.
Además, hay 52 millones de mexicanos con algún grado de pobreza, 3 millones más que en evaluaciones anteriores.
Pese a los anuncios de Felipe Calderón, la pobreza extrema se estancó en 11.7 millones de personas que carecen de acceso a la educación y la salud, con ingresos menores al valor a la canasta alimentaria.
