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¿Vuelve la dependencia al Petróleo?

Los gobiernos de De la Madrid y Salinas de Gortari trataron de alejar al país de la dependencia del petróleo, pero en el sexenio actual esa ruta ha vuelto con la Reforma Energética, así lo indican informes que marcan el desarrollo nacional en la explotación de hidrocarburos

México podría estar de nueva cuenta en la ruta del crecimiento económico fincado en la actividad petrolera, de la que intentó alejarse entre 1982 y 1994, durante los sexenios de los presidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, cuando los planes de desarrollo económico voltearon hacia el impulso de otros sectores de la economía nacional.

La posibilidad del retorno del país a la economía dependiente del hidrocarburo no sólo es observable en la Reforma Energética impulsada en 2013 durante la administración del mandatario Enrique Peña Nieto, sino en las expectativas de crecimiento que sobre ese sector mantienen las compañías de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi).

En la presentación de su “Agenda 2040”, las empresas del sector petrolero observan las expectativas de desarrollo en la explotación petrolera, al considerar que el nuevo modelo económico mexicano “sea un catalizador de múltiples rutas de crecimiento y bienestar para el México del futuro”.

Esta visión se fortalece junto al análisis de la calificadora HR Ratings, que revela que la actividad industrial registra una desaceleración notable en el inicio de 2018, con relación a la observada en diciembre del 2017, en donde los sectores más aletargados son la construcción y la minería.

Según un análisis emitido por la agencia, “la actividad industrial inició el 2018 con caídas anuales y con una desaceleración respecto a su desempeño de diciembre pasado”, lo que se debe en gran medida “al mal desempeño que ha tenido la manufactura, que es su componente más grande”.

El análisis indica que la desaceleración “podría impactar de manera fuerte y negativa al Producto Interno Bruto (PIB) durante el primer trimestre del 2018, el cual no parece que vaya a tener un fuerte crecimiento debido a que el sector terciario de la economía también está experimentando cierta desaceleración”.

Un informe de la Amexhi y previsiones de la calificadora HR Ratings indican que la desaceleración de otros sectores económicos harán que la industria energética recobre importancia

Por eso la expectativa de que la economía de México mejore en función de la actividad extractiva, pues el histórico de la balanza comercial refiere que en el 2016 del total de ingresos por exportaciones, que fue de 373 mil 939 millones de dólares, sólo el 5 por ciento correspondió a exportaciones petroleras, en tanto que el 95 por ciento fue generado por exportaciones de otro tipo, no petroleras.

El balance económico de nuestro país en 2016 cobra dimensión al observar que en 1982 de los 21 mil 229 millones de dólares que se obtuvieron por exportaciones, el 22 por ciento de esos ingresosfueron por ventas al extranjero de productos no petroleros, y en cambio el 78 por ciento correspondió a exportaciones petroleras, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Hidrocarburos, un sector esencial

Desde la entrada en vigor del TLCAN, refiere la “Agenda 2040”, “la demanda de petroquímicos -esenciales para la industria manufacturera- se había multiplicado por tres, sin embargo, la producción nacional se mantenía sin cambio”, lo que lleva a estas empresas a considerar que una economía nacional sustentada en sectores que demandan de la industria petrolera, sin fortalecer a esta, “es una gran paradoja”.

Este hecho se refleja claramente en el estadístico que ofrece la Asociación Mexicana de la Industria Química, la que revela que de 1994 al 2016 las importaciones de productos petroquímicos, para el sostenimiento de la industria manufacturera, han venido en aumento, pasando de compras por 5 mil millones de dólares a más de 25 mil millones de dólares.

25
mil millones de dólares fue la cifra de importaciones de productos petroquímicos en 2016

Por eso la Amexhi, tras reconocer la relevancia de la Reforma Energética que ofrecerá “energéticos confiables y competitivos a su industria”, considera de la labor extractiva de hidrocarburos a mediano y largo plazo, es la mejor forma de impulsar el desarrollo económico nacional.

Y señala que “un país, para poder crecer, debe tener políticas que aseguren la disponibilidad de energía, sin importar su origen, pues la disponibilidad de energía es clave y la mejor forma de asegurarla es con una multiplicidad de actores confluyendo e interactuando unos con otros”.

Desaceleración Industrial

El nuevo modelo energético, que retorna al país a las expectativas de desarrollo fincadas en la explotación de los mantos petrolíferos, cobra dimensión al considerar lo que refiere HR Ratings, en donde se señala que al mes de diciembre, la producción industrial se desaceleró, pasando de una tasa de crecimiento de 0.98 por ciento una de 0.04 por ciento en enero.

“La pérdida de dinamismo de la actividad industrial fue consecuencia de la caída de 0.46 por ciento del sector manufacturero, derivado en buena parte por el descenso de 1.16 por ciento del sector de transportes, y por la fuerte desaceleración de la construcción. A pesar de que la construcción avanzó 0.47 por ciento en enero, esta se ubica todavía por debajo del crecimiento de 4.81 por ciento de diciembre”, se indica en el informe.

Durante el actual sexenio de Enrique Peña Nieto se ha impulsado desde el 2013 la Reforma Energética, la cual estuvo acompañada de un conjunto de leyes que pretenden darle mayor respaldo

En el inicio de 2018, la desaceleración de la construcción y del transporte ha impactado las expectativas de cimiento para el primer trimestre del 2018, pese a que “el sector minero y eléctrico mejoraron fuertemente frente a diciembre, creciendo 1.59 por ciento y 1.96 por ciento respectivamente en enero”.

De acuerdo a HR Ratings, en el informe elaborado sobre “Actividad Industrial en Enero de 2018”, se señala que “a pesar de su débil evolución mensual, la actividad industrial repuntó frente al trimestre terminado en octubre, creciendo 2.06 por ciento anualizado en el trimestre de enero gracias a las fuertes mejoras en la construcción, minería y electricidad”.

Se estima que el avance de la construcción durante el último trimestre del 2017 “puede estar siendo impulsado por las labores de reconstrucción que se empezaron a llevar a cabo a inicios de octubre, tras el sismo de septiembre, y que aún no terminan. Por su parte, el sector minero se ha recuperado gracias a la mejora vista en los precios del petróleo, es por eso que logró avanzar 5.85 por ciento en enero, tras caer 20.32 por ciento en octubre”.

Nuevo modelo energético

El nuevo modelo energético que se abre en el plano del desarrollo de la economía mexicana, fincado en la industria extractiva del petróleo, desde la óptica de la Amexhi se observa sólido al ser respaldado por una serie de medidas legislativas, y no fincarse solamente en los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo de un sexenio.

“El Nuevo Modelo Energético Mexicano no solo implicó reformar tres artículos constitucionales, sino también 12 leyes existentes y nueve nuevas, para un total de 21 leyes que articulan el sector. Este proceso se concluyó aproximadamente seis meses después de la reforma del marco constitucional”, dice la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos.

21
leyes son las que acompañan al nuevo modelo energético de la economía mexicana

Entre las leyes de nueva creación que sostienen la propuesta de desarrollo nacional con base en el petróleo, se encuentran la Hidrocarburos, la Ley de la Industria Eléctrica, la Ley de Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética, la Ley de Petróleos Mexicanos, la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, la Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, la Ley de Energía Geotérmica, entre otras.

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