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Van por chatarra en escuelas

Diputados de izquierda pidieron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que comience un programa para retirar la chatarra de las escuelas.

Y no se refieren propiamente a la comida chatarra. Hablan, más bien, de comenzar un programa que retire mobiliario y objetos en desuso para liberar espacios en las escuelas.

Maricela Contreras Julián, diputada federal por el PRD, presentó un punto de acuerdo para que la SEP mejore las condiciones en que operan las escuelas del país.

En la Secundaria Técnica 40 ‘Virgilio Camacho’, se retiraron alrededor de 12 toneladas de mobiliario
"El deterioro de la infraestructura y mobiliario escolar, la precariedad de los servicios básicos (...) incluso, la falta de higiene en las instalaciones sanitarias son factores que afectan el aprendizaje de los alumnos”
Maricela ContrerasDiputada del PRD

Diputados de izquierda pidieron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que comience un programa para retirar la chatarra de las escuelas.

Y no se refieren propiamente a la comida chatarra. Hablan, más bien, de comenzar un programa que retire mobiliario y objetos en desuso para liberar espacios en las escuelas.

Maricela Contreras Julián, diputada federal por el PRD, presentó un punto de acuerdo para que la SEP mejore las condiciones en que operan las escuelas del país.

La forma en que se encuentran las escuelas, señala la congresista, afecta directamente el desarrollo de los menores y la forma en que aprovechan los conocimientos.

“El deterioro de la infraestructura y mobiliario escolar, la precariedad de los servicios básicos, la carencia de áreas verdes y los patios pequeños para los recreos e, incluso, la falta de higiene en las instalaciones sanitarias son factores que afectan el aprendizaje de los alumnos de primarias y secundarias públicas del país”, expone la congresista.

Liberar a los planteles escolares de chatarra inservible servirá no solo para tener más espacio libre, sino para garantizar mejores condiciones de seguridad para los menores.

Las carencias de la educación

Las carencias en las escuelas son notorias, sobre todo, en las zonas marginadas del país.

De acuerdo con cifras del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial, realizado en el 2013 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México existen 232 mil 648 planteles donde estudian 26 millones 283 mil 775 de alumnos.

De ellas, 127 mil 871 son públicos; 20 mil 86 son privados; y el resto son del Consejo Nacional de Fomento Educativo.

Del total de escuelas, 152 mil 863 cuentan con bardeado o cerco completo y 18 mil 391 carecen de él.

El 80 por ciento de las escuelas tiene techo de cemento; el 17 por ciento, de lámina –de asbesto o cartón-.

Lo más grave es la falta de acceso a servicios básicos. De todas las escuelas del país, el 9 por ciento –casi 21 mil escuelas- no cuentan con servicios sanitarios. El 5 por ciento –más de 11 mil planteles- no tienen energía eléctrica.

Más de 94 mil escuelas públicas tienen acceso a la red pública de agua; 4 mil 803 reciben el agua por medio de pipas; 13 mil 676 por pozos o norias; 7 mil 45 deben acarrear el líquido desde una toma pública; y 2 mil 773 carecen totalmente del acceso a este recurso.

Muchas veces, la falta de recursos económicos es lo que impide que las escuelas puedan subsanar sus necesidades; en otras, es el entorno en el que se encuentran el que dificulta el acceso a los servicios básicos.

Para tratar de mejorar los planteles, el gobierno federal lanzó la emisión de Certificados de Infraestructura Escolar Nacional como parte del programa #EscuelasAlCien.

Con este programa, se podrían obtener hasta 50 mil millones de pesos entre el 2015 y el 2018, para reparar 30 mil escuelas en 2 mil municipios.

A limpiar las salones

Otro de los problemas que enfrentan los planteles de educación básica es que en sus instalaciones hay mobiliario en desuso que ocupa espacio y recursos de las escuelas.

Maricela Contreras propone a la SEP crear un programa de deschatarrización a nivel nacional para retirar bancas, pupitres, pizarrones, libreros y todo el mobiliario que ya no les sirva.

Del mismo modo, propone que los aparatos electrónicos inutilizados, como televisores o computadoras inservibles, sean retirados de las escuelas.

Todo esto en un programa que fomente el manejo sustentable de los desechos.

“Dentro de las mayoría de las escuelas públicas existe mobiliario arrumbado, almacenado, el cual ha sido sustituido por nuevo.

“La acumulación de estos enseres representa un riesgo permanente para la salud de los estudiantes, ya que en algunos casos se ha convertido en un nido de diversas especies nocivas, cuando en esos espacios pudiesen realizar los estudiantes actividades deportivas, artísticas lúdicas, etcétera que mejoren sus capacidades físicas o su desarrollo personal”, argumenta Contreras.

Este esfuerzo ya ha sido realizado en otras ocasiones.

En el 2004, la SEP y el Papalote Museo del Niño llevaron a cabo el programa de Desalojo de Bienes de Desuso en Escuelas Básicas y Normal del Distrito Federal.

Ese programa tenía como propósito vaciar las bodegas o salones en las escuelas que estuvieran ocupados por mobiliario inservible. El material que se recabó fue vendido por el Museo y los recursos que se obtuvieron fueron destinados para que las escuelas tuvieran boletos gratis para el Papalote.

Este año, la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo puso en marcha el Programa de Recolección y Acopio de Bienes Muebles en Desuso. El nombre del proyecto fue “Limpia tu Escuela”.

En dicho programa participaron 6 mil 700 escuelas de diferentes partes de la entidad.

Ahí se demostró que las escuelas no mantienen en sus instalaciones el mobiliario en desuso porque sí.

Cada pieza está inventariada y pertenece a la SEP, a las secretarías estatales de Educación o a las direcciones de recursos materiales de las entidades, por lo que deshacerse de él así sin más, es ilegal.

Para sacar el mobiliario, la Secretaría de Educación y la Secretaría de Finanzas de Hidalgo, tuvieron que darlo de baja del inventario para poder disponer de él.

En octubre del 2014, la propia Maricela Contreras encabezó un esfuerzo de este tipo cuando era jefa delegacional en Tlalpan, por lo que se emprendió un programa piloto para descharratizar las escuelas de su demarcación.

En una sola escuela, la Secundaria Técnica 40 “Virgilio Camacho”, se retiraron alrededor de 12 toneladas de mobiliario y material de desecho, con lo que se liberaron más de 100 metros cuadrados del patio del plantel.

“También por cuestiones de prevención de accidentes y riesgos, es imprescindible liberar a todas las escuelas del material en desuso, ya que los especialistas en Protección Civil han alertado del riesgo que el mobiliario chatarra representa para las niñas, niños y adolescentes”, señaló la legisladora.

 

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