TONALA, JALISCO, 03SEPTIEMBRE2018.- Esta mañana en las confluencias de los Circuitos Loma Dorada y Loma Sur en la colonia Loma Dorada, se registro un ataque a balazos en contra del Comisario de Agrupaciones Eduardo Plazola García y de tres de sus escoltas los cuales perdieron la vida en la agresión, al lugar arribaron elementos de la Policía Federal así como de Policías de otras dependencias municipales al igual que personal de la Fiscalía General del Estado y del instituto Jalisciense Ciencias Forenses mismos que se encargaron del levantamiento de la evidencias.
FOTO: FERNANDO CARRANZA GARCIA / CUARTOSCURO.COM

Uno de cada 10 policías jaliscienses no controla su agresividad

Una investigación del Departamento de Psicología de la UdeG revela los padecimientos psicológicos que presentan los policías activos en Jalisco; mismos que están asociados a las duras condiciones laborales que enfrentan

Uno de cada 10 policías activos en el estado de Jalisco no puede controlar su agresividad, según lo revela una investigación elaborada por el especialista en sicología de la Universidad de Guadalajara, Francisco Gutiérrez Rodríguez, y para la cual fueron entrevistados cinco mil 970  oficiales en la entidad.

El estudio que encabezó el también jefe del Departamento de Psicología Básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), señala que el “12 por ciento de los entrevistados reportó problemas en el manejo de sus impulsos agresivos”, y que los “problemas de ansiedad los reportaron 12 por ciento de la muestra”.

La precaria condición sicológica que presentan los miembros de las instituciones de seguridad de Jalisco, fue documentada en este estudio nombrado oficialmente: “Perfil psicosocial y laboral del oficial de policía en ZMG (Zona Metropolitana de Guadalajara) y el interior del estado”.

Otra proporción importante de los policías en el estado presentan una variedad de padecimientos sicológicos, pues: “entre 12 y 26 por ciento (mostró) más de un síntoma como agresividad, sentirse enojado durante la mayor parte del día, depresión por no poder sacar adelante a la familia; dolores de cabeza o cefaleas tensionales”.

El estudio de la UdeG confirmó, además, que hay policías que siguen activos pese a que psicológicamente no están aptos para desempeñarse como tales, por ejemplo: “había oficiales que tuvieron impactos de bala penetrantes en cráneo al participar en un enfrentamiento con arma de fuego; esto les acarreó una alteración en sus procesos psicológicos como atención y respuesta refleja, así como la percepción visual. Sin embargo, seguían en funciones”.

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Otro 15 por ciento de los uniformados reportó que sufre insomnio intermitente, padecimiento este que consiste en la interrupción constante del sueño, y sobre la cual la UdeG advierte: “La perturbación de los ciclos de sueño puede alterar procesos psicológicos como la atención, la memoria y la respuesta refleja, elementos necesarios para desempeñar con mayor eficiencia su trabajo”:

Una de las conclusiones del estudio es que el mal estado sicológico en que se hallan los policías jaliscienses se debe a las duras condiciones de trabajo que enfrentan, puesto que “algunos trabajan 24 horas por 24 de descanso, o 24 por 48; otros tienen un horario de ocho horas, pero en realidad laboran entre 10 y 12, ya que se ven obligados a salir tarde por las propias necesidades del servicio”.

De ahí que la investigación advierta que los resultados a los que llegó “están asociados con las situaciones estresantes en el trabajo, como jornadas extenuantes, falta de equipo adecuado, abusos de poder de los comandantes, accidentes laborales, que les pueden generar deterioro de sus procesos psicológicos, y los problemas familiares o de pareja”.

Por su parte, las mujeres policías –el 17 por ciento del universo estudiado- presentan una problemática particular, pues: “más de la mitad refirió haber sufrido acoso sexual de parte de los compañeros o de la ciudadanía. Una tercera parte reportó ser víctimas de violencia intrafamiliar, con maltrato físico y verbal”.

El investigador recomendó fortalecer el acompañamiento sicológico de los uniformados, aumentando el personal destinado a ello, y prestar tanto terapias individuales como grupales.

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