En Apatzingán, “El Padre Goyo” trabaja en su albergue “El Buen Samaritano, una luz de esperanza”

Una luz entre la violencia de Apatzingán

En el corazón de la Tierra Caliente de Michoacán, en Apatzingán, “El Padre Goyo” trabaja en su albergue “El Buen Samaritano, una luz de esperanza” para brindar ayuda integral a niños y adultos que corren el riesgo de caer en las manos del crimen organizado o que ya formaron parte de un cártel y buscan reintegrarse a la sociedad

Apatzingán es una tierra donde todos se conocen.

Hace siete años los pobladores se levantaron en armas para defenderse de la delincuencia organizada ante la inacción del gobierno y hoy pasa lo mismo.

La región está al borde del colapso. Sin embargo, en el mero corazón de aquella región tan rica en plantaciones de pepino, mango, limón y melón, entre otras, surge la figura de Gregorio López Jerónimo “El Padre Goyo”, vicario de la Diócesis de Apatzingán, quien estableció un albergue para el rescate de todos aquellos que están en riesgo de caer en las manos de los cárteles de la droga o que ya colaboraron con ellos como “cocineros” de metanfetamina y ahora buscan una nueva oportunidad.

Las autoridades de todos los niveles de gobierno han desatendido la producción de los productos del campo en Apatzingán ante la llegada del crimen organizado

“El Padre Goyo” es conocido porque llegó a oficiar misa con chaleco antibalas en la Tierra Caliente. Y hoy alza la voz para dar a conocer que su albergue “El Buen Samaritano, una luz de esperanza” busca dar un apoyo integral -con ayuda de varios niveles- para las personas en Apatzingán.

No se trata solo de darles comida, hay que reenfocarlos para convertirlos en personas de bien y que ayuden a la comunidad.

El presbítero habla de cómo ese punto de la geografía michoacana se ha convertido en “un basurero humano”, cuando hace dos décadas tuvo un auge de progreso muy importante, algo que el crimen organizado echó para abajo.

“Había apoyos para el campo, apoyos en serio, había tractores para trabajar, había fuentes de trabajo y no había indigencia. Hoy que no hay fuentes de trabajo, el campo está muy golpeado, está abandonado, hay gente que anda mendigando por 100 pesos todo el día y con eso no la libra con siete chiquillos”, cuenta el sacerdote.

Ya es insuficiente con darles casa, comida y sustento, ahora se requiere terapia psicológica, contra las adicciones, de prevención del delito, familiar y ocupacional. Así las personas pasan de ser “inútiles a nivel social” a ser personas con empleo, relata “El Padre Goyo”.

En el trabajo del albergue participan la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) del gobierno del estado de Michoacán, que busca otorgarles maquinaria para hacer talleres de calzado.

La capacitación la otorgaría el Instituto de Capacitación para el Trabajo de Michoacán (ICATMI) y se busca que también aprendan pintura para hacer algunos murales y electrónica para reparar motonetas.

“Aquí, por la cuestión de la droga, a Apatzingán lo han convertido en un basurero humano, todos los cárteles que han usado a los chicos los han empleado como “cocineros” y una vez que ya no les sirven los desechan y nos hemos dado a la tarea de juntar a todos los que andan por ahí en condición de calle, hombres y mujeres; nuestro objetivo es darles comida, vestido y sustento”, comenta el sacerdote.

Carencia de identidad de los jóvenes de Apatzingán

El vicario de la Diócesis de Apatzingán describe que estos jóvenes y adultos que está recogiendo para ofrecerles su ayuda se encontraban en total abandono en las calles de Apatzingán, por ello solicitó apoyo a la Presidencia de la República para que les facilitaran el reconocimiento.

“La mayoría no estaban registrados en el Registro Civil, andaban sin un acta de nacimiento, no tienen INE, no tienen nada. Yo decía, me los llevo con el juez o con la Asociación Ganadera, ¿a dónde los llevo?”, dice en tono de broma el sacerdote católico.

“Si no tienen acta de nacimiento menos algún beneficio, alguna beca. El primer trabajo fue registrarlos y sacarles acta de nacimiento, CURP y ahorita están metiéndolos a todos en el INE.”

Tierra Caliente, desaprovechada

Las autoridades de todos los niveles de gobierno, ante la llegada del crimen organizado, han desatendido la producción de los productos del campo.

Por ejemplo, con el limón que se siembra en este sitio y que se exporta a Estados Unidos y Europa, se podrían realizar al menos 75 subproductos de limpieza como cloro o aceites que en esta temporada de Covid-19 serían de uso esencial para la población.

“No hay nada, aquí no se fabrica nada, todo tienes que mandarlo a Europa. Y si uno no le invierte a este pueblo, el pueblo sigue siendo miserable y vamos a seguir organizado autodefensas”, considera “El Padre Goyo”.

El eclesiástico alerta que en caso de un levantamiento armado, éste no será contra los delincuentes, sino contra el gobierno que tiene la responsabilidad de ir contra los grupos delictivos y no la ha cumplido.

“El Padre Goyo” es conocido porque llegó a oficiar misa con chaleco antibalas en la Tierra Caliente. Hoy busca dar un apoyo integral a las personas en Apatzingán

“Van a haber pueblos que se levanten porque están hasta la madre de los levantones, del hambre, pero el pueblo no va a ir contra delincuentes, contra cárteles, va a ir contra el gobierno, va a tomar la Presidencia de la República, va a haber un golpe si el gobierno no ocupa ese puesto de ver y velar por los derechos de los pueblos”, afirma Gregorio López Jerónimo.

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