El Fonden fue creado por el Gobierno de México en 1996 para  asignar el 0.4 por ciento del presupuesto federal anual. Foto: Especial

Un México desprotegido ante los desastres naturales

El Fonden que fue eliminado por el Gobierno de López Obrador fue suplido por mecanismos que resultan ‘insuficientes’ y con recursos ‘escasos’, advierte las Naciones Unidas

Con la extinción del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el Gobierno de México vio disminuida su capacidad financiera para atender los impactos de este tipo de fenómenos, además de que perdió un mecanismo que tenía procedimientos “transparentes”, y que brindaba “certeza” sobre la disponibilidad de recursos con ese objetivo específico.

Lo anterior lo afirma el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su informe “El Sistema de Seguros y el Financiamiento de Riesgos en México: Retos y Oportunidades para la Inclusión Financiera y el Desarrollo Sostenible“, que publicó este año.

Contrario a lo que ha afirmado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que la extinción del Fonden no ha traído ninguna afectación para el Gobierno de México, el informe del PNUD asevera que esa determinación sí repercutió de forma negativa en las capacidades de las autoridades para responder ante un desastre natural.

“En cuanto a las limitaciones del sector público (en financiamiento de riesgos), existen tanto en el ámbito federal como en el subnacional. En el federal, la desaparición del Fonden ha sido una limitación importante, pues actualmente no existe como tal un programa presupuestario que asigne recursos preventivos para la atención de desastres de cualquier tipo”.

Sin la bolsa presupuestal que representaba el Fonden, lista para utilizarse ante la llegada de un desastre natural, el Gobierno de México se quedó sin algún mecanismo que le provea de recursos suficientes y de forma expedita para reaccionar adecuadamente en una situación de esa índole.

“En caso de ocurrir un siniestro que conlleve un riesgo en la alimentación, pérdidas económicas de la población, de la industria, de los empleos, de la salud, o que implique requerir apoyos para la reconstrucción, la remoción de escombros, la aplicación de protocolos sanitarios, el traslado y destino final de todos los desechos, así como la rehabilitación de las vías de comunicación y las obras requeridas para retomar la normalidad, los mecanismos actuales (seguro de daños, bonos catastróficos y programa de Agroasemex) son insuficientes, ya que asignan recursos extraordinarios para la atención de desastres, y el recurso se considera escaso para atender las consecuencias de los desastres naturales”.

Además de que los sistemas actuales —a diferencia de los anteriores—no brindan claridad del mecanismo de operación y el alcance de sus coberturas hacia las personas en caso de siniestro.

Certeza y transparencia

En su informe, el PNUD destaca varios aspectos del Fonden que, asegura, resultaban positivos para México ante el reto que representan los  desastres naturales; por ejemplo, el hecho de que daba certeza en todos los niveles de gobierno sobre la disponibilidad de recursos para dichos fines.

El fideicomiso del Fonden fue creado por el Gobierno de México en 1996 para  asignar recursos (0.4 por ciento del presupuesto federal anual) preventivos en dicho ámbito, y por lo cual, mientras existió se evitó la problemática gubernamental de tener que reorientar recursos públicos asignados a otros fines con el propósito de atender este tipo de fenómenos.

El análisis que hace el PNUD del Fonden contrasta con la postura que sostiene el presidente, López Obrador, sobre dicho fondo, pues mientras este asevera que el mismo era utilizado para cometer actos de corrupción, la instancia internacional destaca que su funcionamiento estaba regido por la transparencia.

“Con procedimientos de actuación claros y transparentes, sentó las bases para el desarrollo de una cultura de administración y, sobre todo, de financiamiento público de los riesgos, y evolucionó hacia un sistema de protección integral. No obstante, el 27 de julio de 2021, se abrogó la norma que dio origen a la creación del Fonden como fideicomiso público”.

Desde 1980, dice el documento, ha habido 20 desastres naturales de gran magnitud en México, que tuvieron en promedio 443.2 decesos anuales de 1980 a 1999, y 190 decesos anuales de 2000 a 2018, así como pérdidas económicas por 455.3 millones de dólares de 1980 a 1999, y 2 mil 357 millones de dólares de 2000 a 2018.

El Fonden ya acumulaba decenas de miles de millones de pesos que estaban a disposición de las autoridades, considerando que México es un país expuesto y vulnerable al cambio climático; pese a ello, en el segundo semestre de 2021 el Gobierno federal decidió extinguir el Fonden y así desapareció este instrumento financiero.

Los fondos de dicho instrumento (26 mil 519 millones de pesos) fueron regresados a la SHCP en agosto de ese mismo año.

Caja chica

En su conferencia del 7 de octubre de 2020, poco antes de que se concretara la extinción del Fonden, el presidente, López Obrador, habló sobre sus motivos para desaparecer ese y otros fideicomisos.

“¿Por qué vamos a desaparecer el Fonden? Porque hay elementos suficientes para sostener que era una especie de caja chica, bueno, ni tan chica, para funcionarios que compraban de todo aprovechando que había una emergencia sin licitar. Miles de millones de pesos en catres, en láminas de zinc, en todo, a precios elevadísimos. Hay gente que vivía de venderle a Gobernación, de venderle al Fonden, que hacía jugosos negocios”.

Casi un año después, el 8 de septiembre de 2021, el presidente, López Obrador, volvería a hablar sobre el Fonden, entonces ya extinto.

“Existían estos organismos como el Fonden, que era un barril sin fondo, porque se utilizaba, que había una emergencia como ahora lo de Tula, entonces había un grupo de proveedores cercanos a la Secretaría de Gobernación, esos proveedores vendían —sin licitación— despensas, catres, cobijas, palas, carretillas, todo, todo, todo a precios elevadísimos; entonces, se gastaba muchísimo dinero. El Fonden era un barril sin fondo, en cada emergencia se robaban mil, dos mil, tres mil, cinco mil millones de pesos”.