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Transición de terciopelo

El tercer encuentro de Peña Nieto y López Obrador marca el inicio formal de la transición del actual gobierno con el nuevo, en un ambiente de cordialidad. Como nunca antes, los integrantes de ambos gabinetes se reunieron para iniciar el proceso de cambio de estafeta presidencial

El tercer encuentro entre el presidente Enrique Peña Nieto y el presidente electo Andrés Manuel López Obrador marcó el inicio formal de los trabajos de transición entre ambos gobiernos.

Como nunca antes, en un proceso inédito en el país, no solo el mandatario en funciones y el ganador de las elecciones presidenciales dan paso a este proceso. Desde ahora, a 3 meses y medio de la llegada del nuevo presidente, los miembros del gabinete se han reunido con quienes ocuparán sus carteras a partir del 1 de diciembre.

Nunca antes el presidente electo había presentado a su gabinete aun en campaña política, lo que provocó que cuando ganó la elección, ya cada uno de sus nominados comenzó a hacer trabajo en su área.

Esto le da una clara ventaja a López Obrador y su equipo para comenzar su mandato, el 1 de diciembre, ya con trabajo adelantado y con claros proyectos que arrancarán desde ese día.

Así lo reconoció ayer el presidente Enrique Peña Nieto, quien dijo que lo más importante en este proceso es otorgar toda la información al nuevo gobierno.

“Sin duda, se trata de un encuentro inédito, toda vez que no había ocurrido en el pasado reciente el tener a estas alturas de la transición ya definidos quienes serán los titulares de las dependencias gubernamentales de la Administración Pública Federal.

“Y he tenido la oportunidad de dialogar, en un clima de respeto, de cordialidad con el presidente electo sobre este proceso, a efecto de hacerlo muy eficiente; a efecto de que el próximo Gobierno tenga los elementos necesarios que permita al próximo Gobierno iniciar su gestión de manera exitosa y, sobre todo, con la mayor información que podamos nosotros allegarles”
Enrique Peña NietoPresidente de México

Andrés Manuel López Obrador también consideró como extraordinaria la manera en que el proceso de entrega-recepción se está dando, sobre todo por el ambiente de cordialidad y buen trato que, dijo, ha recibido del presidente Peña Nieto.

“Yo celebro el que estemos llevando a cabo esta transición institucional, con respeto y en coordinación plena. Es una transición institucional, porque surge, dimana de un proceso electoral democrático. Se está cumpliendo el mandato de nuestro pueblo, el soberano, el que manda en México. Por eso, es una transición institucional y, también, es una transición respetuosa, porque hemos recibido el apoyo sin condición del presidente constitucional, Enrique Peña Nieto.

“Nosotros también, en correspondencia, hemos reafirmado nuestra decisión de respetar al actual Gobierno hasta el último día de su mandato. Y, al mismo tiempo, que no es poco importante, esta transición se está dando en cooperación, con apoyo del gabinete actual, para que contemos con tiempo suficiente, con la información que se requiere”, reconoció López Obrador.

El presidente electo no escatimó en halagos hacia la actitud del mandatario en funciones, a quien reconoció nuevamente el respeto con el que se ha conducido.

“Yo le agradezco mucho al presidente Peña Nieto por su actitud. Y les diría que no sólo hemos recibido de él esta atención, a partir de que triunfó nuestro movimiento. El presidente Peña Nieto dio muestras, lo reconocí el día 1 de julio.

“El presidente Peña Nieto, a diferencia de otros, dio muestra de imparcialidad durante el proceso electoral. No se involucró en el proceso electoral, como nos consta ha sucedido en otras elecciones. Por eso, nuestro respeto al presidente Enrique Peña Nieto”, manifestó López Obrador.

Estas palabras sellaron el inicio del proceso de transición, a través del que todas las dependencias entregarán información a quienes serán sus nuevos titulares para que al tomar el cargo el 1 de diciembre próximo, la tarea gubernamental siga su marcha.

Visiones distintas

El arranque del proceso de transición no significó, sin embargo, que las diferencias de ambos gobiernos fueran sepultadas; al contrario, tanto Enrique Peña Nieto como Andrés Manuel López Obrador dejaron muy claro que tienen visiones en diferentes temas.

Uno de ellos es la Reforma Educativa. Mientras Peña Nieto defendió esta reforma, aprobada en su sexenio, López Obrador refrendó ayer nuevamente que será cancelada a la brevedad.

Pese a la cordialidad entre ambos equipos, tanto EPN como AMLO dejaron muy claro que tienen visiones distintas en temas como el Nuevo Aeropuerto y la Reforma Educativa

Otro tema áspero entre ambas administraciones es el del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), cuya construcción comenzó en este sexenio, y cuyo futuro será sometido a consulta por López Obrador.

Y aunque dicha consulta ha sido anunciada en el mes de octubre, cuando Peña Nieto todavía esté en funciones, éste ha ofrecido respeto total a lo que decida el nuevo gobierno; eso sí, las obras no pararán en lo que queda de su sexenio.

“Nosotros seguiremos trabajando, porque así se ha definido, en lo que hace a la contratación de obra, que ya se ha realizado y las empresas siguen ahí trabajando.

“Cualquier reorientación o redefinición que hubiese sobre el proyecto, evidentemente, creo que toda la ponderación y los elementos estarán a criterio y definición del próximo Gobierno”, lanzó Enrique Peña Nieto.

Estampas del encuentro

La reunión de Peña Nieto y López Obrador y sus equipos duró poco más de una hora, en la que hablaron de manera general sobre el arranque del proceso de transición.

El presidente electo llegó a Palacio Nacional a bordo de su automóvil Jetta y entró por la puerta central del recinto; el auto permaneció estacionado en el Patio Central, vigilado por los enormes arcos de la construcción.

Una de las imágenes que causó mayor polémica del encuentro fue la diferencia en la cantidad de mujeres que hay en ambos equipos de trabajo. Mientras que en el gabinete de López Obrador hay 8 mujeres; en el de Peña Nieto, solo tres

Una cuestión de protocolo hizo que, además, se notara más la presencia de las mujeres en el equipo del presidente electo.

Aunque en un principio se pensaba sentar a los miembros de los gabinetes en la primera fila de sillas destinadas para ellos, minutos antes del arribo de los mandatarios se decidió que estarían en el templete, por lo que los equipos de logística colocaron los nombres de los secretarios y futuros secretarios en el suelo, en el lugar que debían ocupar.

Es por eso que los hombres del equipo del presidente Peña Nieto taparon a las mujeres que, al tener menor estatura, desaparecieron de la imagen.

Mientras todo eso ocurría, afuera se montó un operativo de seguridad que incluyó a guardias del Estado Mayor Presidencial, así como a elementos de la Policía Federal y la Policía de la Ciudad de México.

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