“Ante el incremento de la incidencia delictiva y la nula actuación de la policía municipal para enfrentar el fenómeno”, el 25 de septiembre la Marina y la Policía Federal desarmaron a la Policía de Acapulco, tras detener al director de tránsito y a dos mandos policiacos municipales por tener presuntos nexos con la delincuencia organizada.
El jueves 27 de septiembre, Max Sedano Romano, secretario de Seguridad Pública de Acapulco renunció a su cargo alegando que lo presionaron para tomar esa decisión.
Esta tarde el Grupo de Coordinación Guerrero (GCG) informó que de las 1,771 armas de las que se tiene registro en el ayuntamiento, faltan 342. La Novena Región Militar en Acapulco, le dio 72 horas al alcalde Evodio Velázquez Aguirre para que explique la ausencia de dichas armas.
El GCG se deslindó de la designación que el alcalde hizo a Max Lorenzo Sedano Romano, como secretario de Seguridad Pública de Acapulco, asegurando que es una responsabilidad “única e irrenunciable del presidente municipal”.
El Grupo de Coordinación Guerrero indicó a través de un comunicado que notificaron dos veces al alcalde de Acapulco de que el contraalmirante Max Lorezno, había reprobado sus exámenes de control y confianza, sin embargo, no hizo nada.
En el mismo documento, el GCG indica que Evodio Velázquez está obligado a justificar o facilitar la devolución de las armas no encontradas en el depósito de la Policía Municipal de Acapulco.
