Reelección: ¿incentivo o secuestro?

¿A quién beneficiará el fin de la no reelección en los comicios del 2018? En este nuevo escenario la pregunta encontrará su respuesta hasta el 2024. Mientras tanto, existirá el riesgo de que nuestros representantes la usen para implementar proyectos de largo alcance a favor de la ciudadanía o para secuestrar cargos políticos
Imelda García Imelda García Publicado el
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La reelección. El que fue por 85 años el gran tema tabú de la vida política mexicana, se presenta en la elección del 2018 con una disyuntiva: ¿servirá para mejorar la calidad de nuestra representación o para que las cúpulas partidistas y sus grupos se perpetúen en el poder?

La del 2018 no solo será la elección más grande, más cara, más vigilada y más fiscalizada de la historia; será también el proceso en que la reelección será un factor determinante para cambiar el mapa electoral en los estados.

El próximo año, 27 estados podrán reelegir por primera vez a diputados locales, alcaldes o ambos.

Se trata de Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.

A nivel federal, los congresistas que sean electos el próximo año ya podrán ser considerados para la reelección en el 2021, en el caso de los diputados; y en el 2024, para los senadores.

En lo local, fue en 2017 cuando se dieron las primeras reelecciones en el país, a raíz de la reforma político electoral; 85 años después de que fue prohibida la reelección en México, en 1932, este año nuevamente hubo servidores reelectos de manera consecutiva.

Coahuila se convirtió este año en el primer estado donde se estrenó la reelección. De tres diputados locales del PRI que compitieron por la reelección, una lo logró.

La figura de la reelección fue incorporada nuevamente a la Constitución Política en la reforma político electoral del 2014 como un mecanismo que permitiría no solo la continuidad del trabajo de los servidores públicos –excepto el Presidente de la República y los gobernadores-, sino como un incentivo para mejorar su labor y su acercamiento a la ciudadanía.

Sin embargo, ¿puede convertirse en un camino para que determinados grupos de los partidos políticos permanezcan en el poder?

El candado establecido en la Constitución Política, por el que un servidor público solo puede ser promovido para la reelección por el partido político que lo postuló, podría convertirse en una trampa para secuestrar los cargos públicos.

Con ese esquema, será posible prolongar la estancia en los cargos de gente cercana a gobernadores o grupos de poder en los partidos, y excluir –no avalando para la reelección- a grupos disidentes o alejados de la cúpula.

La pugna por tener acceso a la reelección atizará los conflictos internos que enfrentarán los partidos políticos en los estados, ya de por sí complicados por la definición per se de las candidaturas.

Los expertos están divididos, pues hay quienes sí ven ese riesgo de secuestro de los cargos públicos y quienes opinan lo contrario, que es dinamita para las cúpulas partidistas.

La reelección será un reto no solo para los partidos políticos, sino para las autoridades y los tribunales electorales, que deberán resolver un gran número de controversias que, se prevé, serán presentadas por quienes quieran acceder a la reelección o quienes sean impedidos de participar por un cargo popular si su partido decide apoyar a quien está en el cargo.

A todo esto se suma el hecho de que el Congreso de la Unión aprobó la reforma constitucional, pero nunca trabajó la legislación secundaria, por lo que no hay reglas claras de cómo operará la reelección en el proceso electoral más grande en la historia del país.

¿Dardo envenenado?

El reto para los ciudadanos en un sistema democrático que permite la reelección es que los electores estén informados sobre quiénes son sus representantes y el trabajo que realizan.

Las opiniones están divididas sobre el riesgo de que los partidos políticos puedan desvirtuar el espíritu de la reelección en México.

Arturo Espinosa Silis, director de la consultoría Strategia Electoral, sostiene que aunque sí existe el riesgo de que las cúpulas partidistas promuevan a sus cercanos para buscar la reelección, será un reto para los propios electores evaluar la gestión de ese político para darle o no su voto.

“Sí existe el riesgo. El primer filtro que se impuso fue el de los partidos políticos; y eso lo que hace es que sean ellos quienes tienen el poder de decidir quién puede tener la posibilidad de continuar en el cargo o no.

“Pero aquí también el mensaje de los ciudadanos va a ser para la dirigencia: ‘Oye, ¿tú le permitiste reelegirse a un funcionario, presidente municipal o diputado, que no ha trabajado por nosotros? Pues vas a perder la elección, porque yo no le voy a dar el voto’. O: ‘¿No le permitiste la reelección a alguien que sí ha trabajado por nosotros, por una cuestión política? Tampoco te voy a dar el voto’. Ese es el poder que los ciudadanos tenemos que entender”, expuso Espinosa Silis en entrevista.

El reto para los ciudadanos en un sistema democrático que permite la reelección, consideró el experto, es que los electores estén informados sobre quiénes son sus representantes y el trabajo que realizan, pues solo así podrá evaluarse si un servidor público merece o no continuar en el puesto.

“Yo creo que el reto de la reelección es hacer consciente a la ciudadanía del poder que implica poder reelegir a un servidor público que ha hecho bien su trabajo. Hacer que con un voto plenamente consciente, mejoren su trabajo y su acercamiento con la ciudadanía; y si no lo hacen, a pesar de que el partido haya apoyado la reelección, se va a cambiar de opción”, afirmó el especialista.

Fernando Dworak Camargo, catedrático del ITAM y consultor político, sostuvo que la reelección es venenosa para los grupos de poder en los partidos, pues los obligará a promover a sus mejores cuadros y no a sus personas más cercanas.

“La reelección es veneno puro para las cúpulas partidistas (…) La reelección llevará a la reconfiguración de las fuerzas políticas. Entiendo que hay argumentos contra la reelección; pero el 99.99 por ciento son sólo propaganda para cuestionarla”, advirtió Dworak en entrevista.

El académico asegura que, una vez que se desterró la reelección del país, en 1933, el modelo político sirvió para que los grupos y personajes de poder centralizaran la definición de las candidaturas, que recayó directamente en el Presidente de la República y, más recientemente, en los líderes partidistas.

La reelección, asegura Dworak, fue lo que permitió el dominio del PRI durante décadas, porque nadie formaba sus bases y todos los servidores públicos “le debían” el cargo a quienes garantizaran la continuación de su carrera política. El poder de los líderes políticos no lo determinaban sus dotes de ser un buen funcionario o tener una base sólida, sino tener el poder para dar o no candidaturas.

“Ahora, en cuanto empiece a haber personas con una base fuerte, van a empezar a chantajear al partido: ‘Ah, ¿no me quieres seleccionar, no me quieres promover para la reelección? De acuerdo. Me voy con mis bases a otro partido a competir por otro cargo’. Eso va a obligar a los partidos a adoptar estructuras más horizontales o a tener rompimientos que lo lleven a la desintegración”, comentó el especialista.

Para Dworak, partidos como el PRI, el PRD o Morena, que tienen un alto nivel de corporativismo, pueden fracasar con el esquema de reelección, pues cada uno de los grupos siempre exige tener acceso al poder.

El que está más preparado para este escenario es el PAN, mencionó, pues se trata de un partido no de corporaciones, sino de individuos, lo que quita presión a que se designen candidaturas por cuotas de grupos, como sucede en los otros partidos.

Ambos especialistas coincidieron en que el reto principal de la reelección en el 2018 será la falta de reglas claras para su implementación, por lo que será el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) quien tenga que resolver una a una las controversias que se presenten en el proceso electoral.

A nivel federal los diputados que sean electos en 2018 podrán ser considerados para la reelección en el 2021 y, en el 2024, los senadores

El regreso de la reelección

La reelección fue introducida nuevamente en la Constitución Política en la reforma político electoral que se discutió en 2013 y fue aprobada en febrero del 2014.
Formó parte de un paquete de otros nuevos elementos en beneficio de los ciudadanos que serían aplicables en los procesos electorales por venir: las candidaturas independientes, la consulta popular o la iniciativa ciudadana.

Entre los argumentos principales a favor de la reelección estaban la posibilidad de dar continuidad al trabajo de los servidores públicos, la profesionalización de su labor y dar poder a los ciudadanos para premiar o castigar a un político o a un partido.

“Yo creo que el reto de la reelección es hacer consciente a la ciudadanía del poder que implica poder reelegir a un servidor público que ha hecho bien su trabajo”
Arturo Espinosa Silis Director de la consultoría Strategia Electoral

Permanecer más de un periodo en un cargo público garantiza que una persona elimine la curva de aprendizaje, tenga mayor experiencia y trabaje en proyectos de más largo alcance.

Hacer un buen trabajo en un cargo público podría garantizar que la ciudadanía dé nuevamente su confianza al político en turno; no hacerlo, llevará a su rechazo y, por ende, el partido que lo postuló perdería la elección.
Fue así que se decidió dar muerte a la máxima que rigió a la política mexicana por más de 8 décadas.

Quedó establecido en la Constitución Política que los diputados federales podrán reelegirse hasta por 4 periodos consecutivos (12 años) y los senadores por 2 periodos (12 años). Serán quienes sean electos en 2018 los que tengan posibilidad de buscar la reelección para un mandato sucesivo.

En el caso de los diputados locales y alcaldes, cada una de las entidades estableció en sus constituciones los periodos para los que podrán ser reelectos quienes ocupen estos cargos.

Para la elección de diputados locales, por ejemplo, la mayoría de las entidades aprobó que fuera de hasta cuatro periodos, aunque algunas lo dejaron en solo dos; para las alcaldías, en la mayoría de los estados la permanencia en el cargo puede ser de hasta dos periodos, pero algunos decidieron que no se permitiera la reelección consecutiva.

La reelección permanece prohibida para el poder Ejecutivo federal –Presidente de la República- y para los gobernadores.

Tanto a nivel federal como local, los legisladores no trabajaron en la ley reglamentaria que impusiera normas y formas a la reelección.

Algunos partidos políticos han buscado establecer reglas para la reelección. Un ejemplo es el PRI, quien en su Asamblea Nacional, celebrada hace unas semanas, se aprobó que quienes ocupaban un cargo por la vía plurinominal no pudieran ser reelectos; la medida fue aprobada por el INE.

“La reelección es veneno puro para las cúpulas partidistas (…) La reelección llevará a la reconfiguración de las fuerzas políticas”
Fernando Dworak CamargoCatedrático del ITAM y consultor político
El PRI, en su Asamblea Nacional, aprobó que quienes ocupaban un cargo por la vía plurinominal no pudieran ser reelectos; la medida fue aprobada por el INE

Terminan más de 80 años de no reelección

En Nayarit y Coahuila la opción de reelegirse aplicó desde este año, sin embargo, en Coahuila llamó la atención que sólo 3 de 25 legisladores quisieron continuar con sus labores legislativas

El estado de Coahuila fue el primero en reinaugurar la figura de la reelección consecutiva de diputados locales.

En la elección del 2017 fueron dos mujeres y un hombre del PRI, diputados locales, que consiguieron que su partido los postulara para reelegirse en el cargo.

La Constitución Política de Coahuila establece en su artículo 30 que los diputados del Congreso del Estado podrán ser electos hasta por cuatro periodos consecutivos, y contiene el mismo candado que existe a nivel federal.

Para Fernando Dworak, el PAN es el más preparado para la reelección, pues se trata de un partido de individuos, lo que quita presión a que se designen candidaturas por cuotas de grupos

“La postulación solo podrá ser realizada por el mismo partido o por cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que los hubieran postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato”, señala la Carta Magna de Coahuila.

Tres de los 25 diputados locales decidieron iniciar el trámite para reelegirse. Se trató de los priistas Georgina Cano, Javier Díaz y Lilia Isabel Gutiérrez Burciaga. Sólo esta última consiguió ganar en las urnas.

Gutiérrez Burciaga se convirtió así en la primer legisladora reelecta en México en el siglo XXI.

Eric Magar, politólogo y catedrático del ITAM, ha llevado a cabo una tarea en los últimos meses: documentar la entrada en vigor de la reelección en México.

En su sitio de internet (ericmagar.com), el académico ha recopilado voces de especialistas y actores políticos, además de reflexionar sobre la trascendencia de que en México pueda reelegirse o no a un servidor público.

Además, Magar ha documentado los primeros pasos que esta figura ha dado nuevamente en el país. Su esfuerzo más reciente se enfocó en el proceso electoral del 2017, donde en los estados de Nayarit y Coahuila ya se podía reelegir a los servidores públicos.

En el caso de Coahuila, el experto llamó la atención sobre la falta de interés de los legisladores por reelegirse, pues sólo tres de 25 quisieron continuar con sus tareas legislativas, mientras que cinco compitieron por una presidencia municipal.

“La falta de interés podría responder a la inercia. Los políticos, acostumbrados a migrar a otros puestos al concluir el período, optaron por hacer lo que siempre han hecho. Ya se verá si esto cambia para el proceso electoral de 2018 y los subsecuentes, como ocurrió en los años 1920”, comenta en uno de sus artículos.

En Nayarit –documentó Sofía de la Mora en el sitio de Eric Magar-, el alcalde del municipio de Ahuacatlán, José de Jesús Bernal Lamas, se amparó contra un acuerdo del Instituto Electoral del Estado de Nayarit que impedía que los alcaldes en funciones –que tomaron protesta en septiembre del 2014- pudieran reelegirse en el 2017.

El TEPJF dio la razón no solo a Bernal Lamas, sino que determinó que todos los alcaldes salientes de la entidad podían buscar la reelección en junio pasado.

Sin embargo, Bernal Lamas decidió no competir por la reelección a pesar de que ya había pedido licencia y tenía el amparo de la justicia.

En Coahuila, de 25 legisladores sólo tres quisieron continuar con sus tareas legislativas, mientras que cinco compitieron por una presidencia municipal este año
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