La también activista explica, emocionada, que la recepción de su libro fue muy favorable, no así la participación de quienes buscan y ostentan un cargo de elección popular. Foto: Especial

‘¿Qué sigue?’, la pregunta de Denise Dresser que busca la construcción de una ciudadanía consciente

Conocedora de la importancia que representa el proceso electoral 2023-2024 en México, la politóloga, escritora y activista toca la llaga de la polarización con el libro ‘¿Qué sigue?’, una obra que busca abonar al debate gestado en la antesala de los comicios del 2 de junio

La politóloga Denise Dresser afila su pluma crítica sobre la política mexicana en la publicación “¿Qué sigue?” (Aguilar, 2023) con la finalidad de incitar a la reflexión del electorado sobre el rumbo de la democracia en México y los proyectos de nación que están en juego a seis meses de que se renueve la Presidencia de la República.

Mediante 20 lecciones que llevan, entre otros títulos, “No te vuelvas porrista”, “A terminar con el Tlatoani (o la Tlatoani)” y “Di no al ‘vieeejo’ régimen”, la escritora pone la lupa en eventos que han marcado la administración federal actual y el movimiento del que emana su representante para cuestionar el pasado, el presente y el futuro del país.

Lo anterior, pone también sobre la mesa las posibilidades que se avecinan en el territorio nacional de concretarse la continuidad que promete la precandidata presidencial de Morena y sus partidos aliados, Claudia Sheinbaum Pardo, o si se cristaliza el cambio anunciado por la abanderada de la oposición, Xóchitl Gálvez, de llegar al poder.

“Espero que el libro llegue en buen momento, porque hay tanto en juego en la próxima elección, más allá de quién gane, sino ¿sobrevivirá la democracia?, ¿bajo qué condiciones?, ¿qué tipo de país queremos? o ¿queremos regresar al pasado a través de partidos desacreditados? Hay una multiplicidad de platos y nos toca, como ciudadanos, saborearlos todos y optar de manera deliberativa, constructiva y, sobre todo, argumentativa”, afirma Dresser en entrevista exclusiva con Reporte Índigo.

Un repaso por la FIL 2023

Al hacer un recuento de su experiencia en la edición de 2023 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, cuyo plató ha alojado momentos clave de exposición, directa o indirecta, de los políticos en México en años previos, la también activista explica, emocionada, que la recepción de su libro fue muy favorable, no así la participación de quienes buscan y ostentan un cargo de elección popular, lo que demuestra la falta de debate que impera en la actualidad.

“Eso se vio en el contexto de la feria del libro, porque el presidente Andrés Manuel López Obrador no asistió, desacreditó a la feria, que ha sido un lugar plural en donde se han presentado, desde hace muchos años, múltiples puntos de vista.

“Había, incluso, mesas específicas sobre los intelectuales orgánicos de la Cuarta Transformación (4T), así que no podría haber dicho, de manera legítima, que era una feria armada en su contra, al contrario. Lástima que Claudia Sheinbaum reprodujera el mismo sentido de ese discurso descalificador”, afirma.

“A pesar de lo que dice el presidente, no soy ni panista ni conservadora, ni traidora a la patria, al contrario, he tratado a lo largo de mi vida profesional de ser una demócrata congruente”
Denise DresserPolitóloga, escritora y activista

Sobre la asistencia de la precandidata de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática y Revolucionaria Institucional (PRI) a la FIL, quien acudió a presentar un libro sobre su biografía y, durante el evento, olvidó el nombre de la obra, Denise Dresser menciona que no tuvo oportunidad de atender la presentación, debido a los compromisos que abundaban en su agenda.

“No la vi en realidad, estaba en otros temas como Ucrania, presentando el libro de Bernardine Evaristo (escritora británica), participando en una mesa sobre la feminización de la política. Y creo que los personajes menos interesantes en la feria siempre son los políticos porque es predecible lo que van a decir, no van a ir a debatir, van a predicar y yo me rehuso a formar parte de la iglesia de cualquier político, no soy una feligresa, soy una ciudadana”, subraya.

De la premisa expuesta detalla que su postura entraña una autonomía intelectual que implica no “comprar” el discurso de nadie sin cuestionarlo o someterlo, por lo menos, a una tela de juicio.

Es así que asegura que ¿Qué sigue? no es un libro en contra de López Obrador, de Sheinbaum o a en defensa social de Gálvez, sino que trasciende a los tres y tiene que ver con los problemas estructurales del país, los vicios añejos arrastrados desde las épocas del PRI, perpetuados por el PAN y exacerbados por la 4T.

“A pesar de lo que dice el presidente, no soy ni panista ni conservadora, ni traidora a la patria, al contrario, he tratado a lo largo de mi vida profesional de ser una demócrata congruente”, advierte.

Paridad de género, ¿un logro?

Respecto a la posibilidad de que las elecciones del 2 de junio dejen al frente del Poder Ejecutivo federal a una mujer, la especialista indica que el hecho de tener exigencias constitucionales de paridad de género es un avance producto del feminismo.

“Hace 20 años me declaraba feminista, pero con cierto temor porque no era muy popular ser feminista. Recuerdo cuando marchaba con Marta Lamas y otras mujeres pidiendo la despenalización del aborto en Reforma, nos aventaban cosas, nos gritaban desde los carros.

“Bueno, hoy ya podemos decir que hay conquistas significativas, incluyendo esos puestos de poder. Tener dos candidatas presidenciales manda una imagen para las generaciones que vienen de lo que es posible hacer como mujer y que tienes derecho a estar en la mesa, en el debate, en la conversación y en el poder”, puntualiza.

No obstante, aclara que no se debe equiparar paridad de género con agenda de género o a favor de los derechos para las mujeres, y ejemplifica esta observación con las acciones tomadas en la administración actual, la cual se autodenominó “el gobierno más feminista de la historia”.

“Han sido cinco años tóxicos para las mujeres de este país, habrá paridad de género en el gabinete, pero no paridad en términos de política pública o en términos de la atención gubernamental a las causas de las mujeres. Es la primera vez que como feminista marcho y me enfrento a las vallas de metal enormes detrás de las cuales está parado un señor que descalifica el movimiento feminista porque le reclama la pandemia de feminicidios que padece el país”, expresa.

El caso Andrea Chávez

Este tema se extiende al hablar de la polémica en la que estuvo envuelta Denise Dresser respecto a las declaraciones emitidas en torno a la campaña que llevó a cabo el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, en su intento por ser el abanderado del oficialismo para la elección presidencial, y a la diputada federal Andrea Chávez, quien denunció a la politóloga ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por presunta violencia política en razón de género al criticar su gestión como vocera del exfuncionario.

Dresser responde con una referencia a su libro, en particular al capítulo “Instituciones sí, imposiciones no”, en el que habla del fenómeno de la creación del “AMLOñol”, un lenguaje, dice, acuñado por el primer mandatario que distorsiona el sentido de las palabras para que signifiquen otra cosa.

“Para muchas mujeres de la 4T significa que las cuestionen por el ejercicio de su función pública no por un tema de género y, lo que yo he argumentado, en el caso de la sanción que se me impuso y que estoy impugnando ante la sala superior del TEPJF, es que Ricardo Salinas Pliego, quien ha ejercido una violencia sistemática contra Citlali Hernandez; sin embargo, las autoridades se declararon incompetentes de imponerle una sanción.

“En cambio a mí se me imponen las sanciones más grandes y absurdas como pagar una multa de 20 mil pesos o estar en el Registro Nacional de Violentadores Políticos de Género. Espero que la Sala Superior reconozca de qué se trata esto”, advierte.

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