¿Es a prueba de fugas la nueva prisión de “El Chapo”?

Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narcotraficante que logró fugarse dos veces de distintos penales de máxima seguridad en México, ha sido trasladado al Centro Correccional de Manhattan, considerado más estricto que Guantanamo, pero del cual se han podido fugar un par de reos.

Uno de los intentos de fuga más espectaculares que se presentaron en esa prisión fue en 1981, cuando un prisionero casi logra fugarse desde el techo de la cárcel en un helicóptero secuestrado por dos cómplices, relata Joseph Goldstein, periodista de The New York Times.

El objetivo era un narcotraficante, quien junto a otras 20 personas mantenían como rehén a uno de los guardias durante un motín. El criminal estuvo apunto de escapar, pero sus compañeros no lograron cortar la malla metálica que cubre el techo de la prisión.

Minutos después, sus cómplices desistieron de la misión, no sin antes lanzar un arma a su compañero para luego darse a la fuga a toda velocidad, aterrizar el helicóptero y huir en un auto que ya los esperaba.

Quines ha logrado fugarse lo han hecho de una manera menos vistosa, pero más efectiva. En 1990 dos presos desaparecieron por una ventana del segundo piso tras bajar usando el cable de una maquina utilizada para lustrar los pisos, sólo uno de ellos fue recapturado.

En pleno 2009 y por la puerta principal, salió Anthony Boyd, uno de los asaltantes de bancos más peligrosos de la historia reciente de Estados Unidos. En aquella ocasión más que fuga, se trató de un error administrativo que liberó a Boyd por equivocación.

De acuerdo a The New York Times, es poco probable que El Chapo se pueda fugar, pues los prisioneros de alta peligrosidad son puestos en celdas en confinamiento solitario, en las cuales tienen prohibido dirigirse la palabra entre ellos.

Las ventanas de las celdas son esmeriladas, por lo que no tiene vista de adentro hacia afuera, y los reos no saben en que momento están siendo vigilados por los guardias de seguridad, señaló Uzair Paracha, quien estuvo dos años preso allí por su relación con Al Qaeda.

El ex convicto describió en un libro su experiencia dentro de esa cárcel y señaló que las luces de las celdas permanecen encendidas 23 de las 24 horas del día, por lo que calificó esta prisión neoyorkina mucho más inhumana que Guantanamo.

Mientras que David Patton, director ejecutivo de la Oficina de los Defensores Federales de Nueva York ha dicho que las celdas de aislamiento son horripilantemente inhumanas, pues es un lugar que parece diseñado para volver loca a la gente.

Aún se desconoce si El Chapo permanecerá en la prisión neoyorkina, una vez que finalice el juicio en su contra, en el cual es juzgado por cargos de narcotráfico, lavado de dinero y homicidio como autor intelectual.

Con información de The New York Times