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PRI: la cobija que no alcanza

Mañana el PRI aprobará su lista de plurinominales en la que dar o no un espacio a líderes regionales, podría ocasionar que retiren el apoyo a su candidato presidencial, José Antonio Meade

En el PRI se viven momentos de tensión por la designación de candidatos plurinominales al Congreso de la Unión.

Son muchos los sectores y personajes interesados en tener acceso a los primeros lugares de las listas de candidatos, lo que ha encarecido la negociación.

La cobija es muy pequeña y no alcanzará a tapar a todos los que buscan un acceso a alguna de las Cámaras de manera automática.

La tensión es tal que en días pasados se filtró una lista con los nombres de los supuestos candidatos.

Esta lista avivó la inconformidad de algunos políticos que no vieron sus nombres en los listados; por ello, el PRI se apresuró a desmentirla.

El partido ha tratado de retrasar lo más posible estas designaciones, para mantener el apoyo regional y sectorial, sobre todo, a la candidatura presidencial de José Antonio Meade.

Dar o no un espacio en esas listas puede representar el apoyo o el abandono a su abanderado. Saben que habrá algunos que, decepcionados, buscarán el cobijo de otro partido político que sí les ofrezca una candidatura.

La fecha límite para registrar las candidaturas ante el INE es el próximo domingo 18 de marzo; el PRI tiene hasta ese día para culminar una negociación que ya saca chispas al interior del tricolor.

Compromisos y riesgos

En la cúpula del PRI hay un solo tema que ocupa las conversaciones de las comidas y las reuniones: ¿quiénes serán los elegidos para estar en las listas de candidatos plurinominales al Congreso de la Unión?

La decisión no se encuentra en manos de la Comisión de Procesos Internos, que dirige el duranguense Rubén Escajeda; los políticos que tendrán un pase automático al Congreso se decidirán por el Comité Ejecutivo Nacional, cuyo presidente es Enrique Ochoa, y de la Comisión Política Permanente.

Ambos órganos debaten ya la conformación de esas listas, que se componen también con el visto bueno del presidente Enrique Peña Nieto.

Consultados sobre el proceso, priistas aseguran que el tricolor tiene que cubrir varios frentes en aras de mantener la unidad a su interior.

Por un lado, deberán dar fuero a varios servidores públicos que han sido cuestionados o involucrados en escándalos de corrupción para protegerlos de una posible acción de la justicia en caso de que gane un candidato opositor.

La lista de plurinominales del PRI será en algunos casos el pago de favores; en otros, el amarre de ciertos compromisos; o la acción del control de riesgos que pueda provocar el menor daño posible al partido, al candidato y al presidente de la República

“La batalla está en que, o les dan fuero, u operan contra otros; es ya una amenaza, es como decir ‘si caigo yo, caes tú también’”, comentó un priista cercano al CEN tricolor.

Esto empeoró a raíz de la amenaza de Ricardo Anaya de que, si gana la elección, perseguirá a quienes hayan cometido actos de corrupción. Temen que haya una cacería de brujas si el PRI pierde la elección.

Sin embargo, tal posibilidad de dar fuero a quienes han sido involucrados en este tipo de escándalos empaña la bandera anticorrupción que ondea el candidato presidencial, José Antonio Meade.

Los priistas están en la disyuntiva de mostrar congruencia entre su discurso contra la corrupción y las designaciones plurinominales.

“Dar una curul a (Carlos) Romero Deschamps o algún otro sindicalista cuestionado puede ser más dañino que nunca”, dice el priista, “pero por otro lado, también es peligroso dejarlos fuera y poner en riesgo su apoyo al candidato y al presidente. Están entre la espada y la pared”.

Este tipo de designaciones pueden representar una pesada carga para Meade y los otros candidatos a los gobiernos estatales.

Otro de los retos que enfrentan los priistas en la designación de los candidatos plurinominales es mantener a los grandes sectores —campesino, obrero y popular— alineados con el partido y su candidato.

Esta negociación en particular se ha encarecido porque José Antonio Meade no es un priista afiliado, por lo que a cambio del apoyo público y de estructura, han pedido espacios en los primeros lugares de las listas de congresistas de representación proporcional.

No hacerlo, es un riesgo para la propia candidatura de Meade, que requiere de las estructuras en tierra de la Confederación Nacional Campesina (CNC), la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

En el mismo caso están también los liderazgos regionales y estatales. Personajes de los estados, cercanos a gobernadores o exgobernadores, así como presidentes estatales de los partidos también esperan tener un lugar en esas listas.

En las últimas semanas esto ha ocurrido con las candidaturas de mayoría relativa que fueron otorgadas a personajes que se decidieron en el centro del país. En varios estados, priistas con una estructura de apoyo han dejado las filas del partido porque no se les otorgó la candidatura; la mayoría han sido “rescatados” por Morena.

Al igual que ocurre con los sectores, dejarlos fuera podría significar hacer una “campaña de brazos caídos” —advierte otro priista consultado— en donde no trabajarían en favor de Meade sino que operarían a favor de otro; o, simplemente, no harían nada para favorecer al tricolor o procurar el voto el día de la elección.

Y por si esto fuera poco, el PRI también debe garantizar espacios para los personajes más cercanos a José Antonio Meade y su campaña, pues en caso de no ganar la elección presidencial, tendrán ya asegurado un espacio en la siguiente Legislatura.

Este es un reto para el tricolor porque se trata, en varios casos, de personas que no están afiliados al partido, por lo que serán considerados candidatos ciudadanos o simpatizantes, lo que puede provocar fisuras con los militantes, que preferirían ver ahí a algún priista.

Así, la lista de plurinominales del tricolor será en algunos casos el pago de favores; en otros, el amarre de ciertos compromisos; o la acción del control de riesgos que pueda provocar el menor daño posible al partido, al candidato y al presidente de la República.

Congreso de generales

Aunque no se conoce todavía la lista oficial de los candidatos plurinominales del PRI al Congreso, algunos movimientos dentro del partido y de la campa ña de José Antonio Meade han dado pistas sobre quiénes podrían integrar estas listas.

Lo que sí es un hecho es que las bancadas del PRI en la 64 Legislatura estarán conformadas por políticos conocidos por tener amplias redes de poder, lo que podría provocar un choque de trenes por el control del tricolor en el Congreso.

En el Senado, por ejemplo, Claudia Ruiz Massieu, Secretaria General del CEN del PRI encabezaría la lista plurinominal.

Por otra parte, Miguel Ángel Osorio Chong tiene asegurado su pase; pero otros miembros del gabinete también podrían llegar a la Cámara alta.

Entre ellos suenan los secretarios de Agricultura, José Calzada; de Turismo, Enrique de la Madrid; y de Salud, José Narro.

En el caso de los diputados, la lista de los encargados de las 5 circunscripciones que nombró el candidato José Antonio Meade habla sobre quiénes podrían llegar a San Lázaro a partir del próximo 1 de septiembre.

Como encargado de la primera circunscripción está Manlio Fabio Beltrones; en la segunda, Carolina Viggiano; en la tercera, Beatriz Paredes; en la cuarta, René Juárez; y en la quinta, Mariano González Zarur.