Castigar a los agresores no es suficiente para combatir la violencia sexual, es necesario prevenir

Prevenir la violencia sexual es la clave del cambio

Castigar a los agresores no es suficiente para combatir las agresiones sexuales, para lograr un verdadero cambio lo que se necesita es evitar que se den este tipo de comportamientos

Protocolos de atención a la violencia sexual, acoso y hostigamiento de universidades de otros países analizados por Unión Mujer, se encuentran primordialmente enfocados a la prevención, apostando a fortalecer el sentido de responsabilidad y comunidad.

Contrariamente, los protocolos existentes en México se centran en el aspecto punitivo contra el agresor.

Los lineamientos para abordar este tipo de problemas en los planteles de educación superior no cuentan con estrategias para evitar estas agresiones desde la prevención.

Al respecto, la coordinadora de Unión Mujer, Paulina Amozurrutia, asegura que esta problemática debe abordarse desde la investigación científica propositiva e integral para comprender las diferentes aristas, contextos, enfoques y herramientas que se encuentran a nuestro alcance para lograr una verdadera cultura de la prevención en entornos educativos.

“Además de que 49 por ciento de las instituciones no cuentan con protocolos contra la violencia sexual, acoso y hostigamiento, quienes sí cuentan con ellos se tratan de protocolos sumamente reactivos, no hay un diseño estratégico integral que hable de diagnósticos cuantitativos y cualitativos, que haga evaluaciones periódicas, análisis más allá de la sanción”, mencions Amozurrutia.

Según la coordinadora, son pocos los protocolos nacionales que buscan intervenir antes de que sucedan las agresiones, mientras que hay algunos, la mayoría extranjeros, que integran visiones de justicia restaurativa, mediación y reparación del daño.

“Las universidades no pueden concentrarse en terminar con crisis que ya tienen enfrente”, afirma Paulina.

Unión Mujer analizó los protocolos de cinco universidades privadas y 10 públicas de todo el país, las cuales, aunque permitieron la realización del estudio y colaboraron activamente, solicitaron que no se revelaran los nombres de las instituciones.

Respecto al trabajo que realiza la organización que lidera, Amozurrutia dice que después de darse a la tarea de analizar los protocolos de otros países y compararlos con los que existen en universidades públicas y privadas de México durante el 2022, el próximo año aplicarán encuestas a estudiantes, administrativos y maestros de toda la comunidad para generar protocolos técnicos propositivos que ayuden a que no se genere violencia de este tipo en las universidades.

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