El gran reto del sucesor del presidente López Obrador, si es emanado de Morena, será desmarcarse de la forma en la que gobierna y crearse una identidad propia. Foto: Especial

Populismo en la izquierda y la derecha de México

A pesar de las acusaciones en contra de la actual administración de ser “populista”, la oposición no se salva de incurrir en las mismas prácticas, incluso, el populismo de derecha llega a ser más excluyente

Con el arranque del proceso electoral 2023-2024 en el que se renovará la Presidencia de la República, la principal crítica de la oposición contra el primer mandatario, Andrés Manuel López Obrador, es que encabeza un proyecto “populista”, pero el populismo en México no solo es de izquierda.

“Cuando hablamos del fenómeno del populismo, no es nada más del populismo de ‘izquierda’, en el caso mexicano, sino también hay programas, liderazgos y partidos populistas de derecha.

“En el caso de la oposición mexicana, es que no han asumido, hasta ahora, una actitud abiertamente populista”, explica Israel Covarrubias, maestro en sociología política por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.

Sin embargo, detalla que la diferencia entre el populismo de izquierda y el populismo de derecha es la manera en la que los políticos se refieren a las masas que movilizan social y políticamente. Un ejemplo cercano, apunta, fue el mandato del expresidente Vicente Fox Quesada.

“En general, los populismos de derechas son muy excluyentes, exacerban, sobre todo, la jerarquización de las clases sociales, están convencidos de que las personas pueden salir adelante por sus propias capacidades.

“Hacen ‘tabula rasa’ de que los factores estructurales no cuentan a la hora de que alguien que vive en pobreza o pobreza extrema va a lograr volverse, por ejemplo, un pequeño empresario”, expresa.

Dimensión moral

Israel Covarrubias, también autor del libro “La fascinación del populismo” (Debate, 2023), habla sobre la “dimensión moral” que existe en los discursos populistas.

Un ejemplo de esto es la postura que ha defendido la senadora Lilly Téllez, quien todavía no descarta competir por la silla presidencial aunque no sea de la mano de la alianza Va por México, conformada por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).

Cabe mencionar que el miércoles 28 de junio, la legisladora por el PAN anunció que no participará en la contienda interna del recién integrado Frente Amplio por México para ser la candidata de la oposición y suceder a López Obrador, debido a inconformidades con el proceso de selección.

Téllez García declaró a principios de mayo que su estrategia de cara a los comicios de 2024 se centraría en la defensa de la “derecha moderna”.

Uno de los ejemplos del discurso político populista de derecha sería el de Lilly Téllez. Foto: Especial
Uno de los ejemplos del discurso político populista de derecha sería el de Lilly Téllez. Foto: Especial

“La derecha moderna quiere ayudarte a romper las cadenas de la pobreza, primero que nada, con seguridad, con buenos servicios de salud, de educación y de transporte y con oportunidades de trabajo para que puedas salir adelante con tu propio esfuerzo, sin que el Gobierno te limite. A la izquierda le molesta que aspires a más”, acusó la senadora en un video difundido en sus redes sociales.

Además, en declaraciones a medios, Lilly Téllez aseguró que la “derecha moderna” está basada en una derecha europea, que pone a la familia en el centro de todo el desarrollo y en la que el Estado se hace más pequeño “y no estorba a la creación de la riqueza”.

Sobre esto, Covarrubias afirma que esta postura no es solo una muestra de populismo, sino una propuesta de derecha radical.

Tiempo perdido

Pese a lo anterior, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, ha sido uno de los partidarios en manifestar que el populismo es una amenaza “seria y creciente” para México y para el mundo.

En la 41 Reunión Plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina, el 2 de junio, Cortés advirtió que ni siquiera los Estados Unidos se han salvado de este fenómeno político, en referencia al expresidente Donald Trump.

“¿Cómo llega el populismo? Por la vía democrática. López Obrador llegó por la vía democrática, con votos, pero posteriormente busca controlar el poder”, acusó.

No obstante, el especialista señala que, en lo que va de este sexenio, la oposición ha perdido mucho tiempo y energía mirando lo que hace el presidente de la República, así como respondiéndole las provocaciones que lanza recurrentemente en su conferencia matutina.

“Perdieron tanto así que, al día de hoy, no sabemos a ciencia cierta quién podría perfilarse como candidato o candidata del bloque opositor, quien pudiera a la carrera, con posibilidades reales, de ganar la Presidencia, esto es lo verdaderamente grave.

“Me parece que Andrés Manuel ha hecho suficientemente trabajo político, es un político de oficio, de la vieja escuela mexicana, como para borrar todo vestigio y toda posibilidad de tener un bloque opositor fuerte y con la suficiente fuerza social a lo largo del país como para que le puedan competir el próximo año”, comenta.

Advierte que, de seguir esta tendencia, Morena podría estar preparando el terreno para una hegemonía política.

Populismo en la 4T

Respecto al proyecto de la “Cuarta Transformación” implementado desde Palacio Nacional, Israel Covarrubias afirma que es una gestión que abiertamente es definible como un gobierno populista, así como la formación partidista en el cual está sostenido, Morena.

Para ejemplificarlo, indica que, en los cinco años que lleva el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se han desarrollado una serie de controversias por el estilo que tiene el presidente para responder a sus críticos y a sus partidarios.

“Este estilo que, lo podría definir como un estilo retórico populista, se queda siempre en el campo de la opinión pública y, sobre todo, con esta estrategia comunicativa de ‘las mañaneras’ que marca la pauta para el recurso de la vida pública y de la vida en común de México”, puntualiza.

De este modo, dice que el jefe del Ejecutivo federal ha implementado una nueva forma de hacer política dentro del proceso democrático nacional al advertir, con ello, la implementación de lo que se define como “legalismo discriminatorio”.

“Es decir, todo este conjunto de reformas constitucionales de gran calado que, de algún modo, no solo socavan los cimientos del Estado de Derecho democrático, sino que se hace un uso faccioso del orden constitucional para favorecer a las mayorías que soportan y legitiman la administración de López Obrador”, menciona.

Sobre la posible continuidad de la 4T mediante el triunfo de alguno de los aspirantes del partido guinda el 2 de junio de 2024, Covarrubias opina que ninguno de los aspirantes a la candidatura ha logrado construir una personalidad política auténtica, que tenga carisma propio y una capacidad discursiva que mueva masas.

Agrega que tanto Claudia Sheinbaum como Marcelo Ebrard y Adán Augusto López Hernández, principalmente, tienen la sombra del Presidente, lo que se convierte en un problema, pues el gran desafío será si logrará marcar una diferencia respecto a López Obrador.

“Lo que puede volverse alarmante es que la campaña resulte una extensión de lo que dice el presidente de la República, que al final muestre candidatos vacíos que no propongan una plataforma política propia”, concluye.

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