Palizada, Pueblo Mágico de Campeche, encuentro con la historia y la naturaleza

El municipio oferta paseos turísticos ecológicos y la observación de especies como cocodrilo moreletti, manatíes, tortugas y especies de aves

Palizada, en el estado de Campeche, es un Pueblo Mágico que ha resguardado y protegido su riqueza histórica y cultural desde su nombramiento el 24 de febrero de 2011.

Sus habitantes y gobierno han trabajado notablemente por la conservación de sus características arquitectónicas, la preservación de sus paisajes naturales y el cuidado de sus monumentos, tradiciones y costumbres más representativos para refirmar su estatus y trascendencia turística.

Con una extensión de dos mil 71 kilómetros cuadrados, Palizada es también cabecera del municipio del mismo nombre, ubicado al suroeste del estado de Campeche en la denominada Región de los Ríos, cercano a la Laguna de Términos.

Lo anterior, hace de sus paisajes naturales una parte ineludible de los atractivos que ofrece a los turistas nacionales e internacionales que año con año visitan esta localidad cada vez en mayor número.

Palo de Tinte

Durante años, el llamado Palo de Tinte fue uno de los recursos más explotados en la región para ser exportado al mercado europeo donde tenía enorme demanda; esto originó que primero fuera nombrado San Joaquín de la Palotada, después San Ignacio de la Empalizada y finalmente Palizada.

Al estar situado a las orillas del río de igual nombre, Palizada oferta paseos turísticos para presumir su ecología y la observación de especies tan singulares como el cocodrilo moreletti, manatíes, distintas variedades de tortugas y numerosas especies de aves.

Cuando se habla de la influencia europea en la arquitectura de los paliceños, ésta se remonta al intercambio comercial con países como España, Francia e Inglaterra, que llegaban por el palo de tinte y dejaban las tejas marsellesas que usaban como lastre en los navíos mercantes, pero que los locales aprovecharon para construir los tejados de sus hogares.

Viviendas antiguas

Es así como todavía pueden observarse en muy buen estado decenas de antiguas viviendas con los techos rojos y blancas paredes que le dan su característica personalidad al Centro Histórico de Palizada.

Al recorrer sus calles es posible apreciar la actividad comercial en el marcado principal y los tianguis atendidos por gente amable y jovial, además de que esfácil hallar talleres y tiendas de artesanías con creativas tallas en madera mientras se avanza por los barrios tradicionales.

El mercado municipal es una estructura porfiriana con bellos arcos donde se concentra una intensa actividad, con diversos puestos de productos cultivados o pescados por los propios pobladores y que convierten a este sitio en el punto de encuentro de la comunidad.

La vendimia

Afuera se instalan más expendedores ofreciendo tilapias, mojarras y pejelagartos; las mujeres venden tamales colados y atole de maíz nuevo. Dentro espera un ordenado mundo de frutas y puestos de comida, donde la cochinita pibil, las empanadas y panuchos son los protagonistas.

El Parque Benito Juárez, nombrado así por la escultura a la memoria del presidente y prócer mexicano, se encuentra rodeado por palmeras y jardineras, y es uno de los sitios de reunión más concurridos por la población, en torno al cual podemos encontrar el Teatro Morón y el café Los Portales, y donde confluyen todas las calles que conducen a los barrios típicos.

Al mediodía, bajo los pórticos que rodean el parque suena la marimba y las bandas de música local y en las horas cuando el sol se mira en todo su esplendor solo hay lugar para probar los helados de la “Perla de los Ríos”.

Visita a El malecón

Al caer la noche, se convierte en un lugar mágico. El malecón está cálidamente iluminado por los faros del pueblo, y se puede admirar la réplica la Estatua de la Libertad, monumento estadounidense que también fue adoptado por el espíritu liberal de los paliceños desde 1949.

En Palizada el tiempo parece haberse detenido, sus edificaciones con techos de teja de Marsella, su exuberante naturaleza y los paliceños, conviven en una armonía que encanta. Antiguo puerto ribereño donde el intercambio comercial con Europa, de maderas como el Palo de Tinte por tejas francesas, le dieron al lugar las características que hoy podemos apreciar. El último intercambio registrado fue en el año de 1932.

Arquitectura religiosa

La parroquia de San Joaquín es el monumento arquitectónico religioso más sobresaliente de la Plaza Principal de la ciudad. Su edificación data de 1773, es una sobria construcción de techo de teja a dos aguas con fachada de puerta en arco de medio punto y ventana coral, rematada con un antiguo reloj que posee una sola torre en donde se encuentra el campanario y al que se llega por una escalera de caracol.

Las delicias

Para comer, nada como un rico pejelagarto asado, los tostones (plátano verde machacado y frito), los plátanos rellenos de carne, el caldo de pavo, el chocolomo (caldo de carne), la hueva de topota igual llamado el caviar paliceño y las empanadas de queso con azúcar, que forman parte de la gastronomía local. Y quienes ofrecen estos productos, son los restaurantes Grillo Marino y Mi Viejo Palizada.

A 12 kilómetros se halla la granja de lagartos que vale la pena visitar. Cuenta con tres cabañas y el pequeño muelle sobre un lago. También ahí se crían tortugas.

Entre sus festividades, destacan el Carnaval, en enero; y en agosto la Feria del santo patrono, Señor de San Joaquín, celebración que inicia con la “Elección de la Flor del Mango”.

Entre las actividades también destacan la exposición agrícola y ganadera, bailes populares, vaquerías, concursos deportivos, eventos acuáticos como las carreras de cayucos y el concurso de pesca ribereña, así como el lanzamiento de globos aerostáticos hechos de papel china de variados colores y los tradicionales juegos mecánicos y el palo encebado.