Las conductoras de Uber tienen que lidiar con todo tipo de situaciones en su día a día, desde personas borrachas hasta hombres y mujeres que son groseros y tratan de desquitarse con ellas. Foto: Especial

Mujeres a bordo de Uber, acosadas y con miedo

A pesar de los protocolos establecidos y de las diversas campañas de prevención, las agresiones en contra de las usuarias y conductoras de esta aplicación continúan. La app afirma que ha endurecido las medidas para garantizar la seguridad de sus pasajeras, sin embargo, proliferan las denuncias y quejas de todo tipo

Muchas mujeres administran su salario para tomar Uber durante la semana y evitar ser acosadas en el transporte público o en la calle; sin embargo, a bordo de estas unidades de taxi privado, enfrentan agresiones y comentarios inapropiados por parte de los conductores, quienes rara vez son sancionados o dados de baja.

En redes sociales se viralizan las quejas por el servicio que brindan los trabajadores de Uber. Incluso se han señalado casos de agresión sexual y diversos robos.

Las pasajeras afirman que la impunidad prevalece en todas estas situaciones pese a levantar reportes y quejas ante la plataforma.

La falta de certidumbre por parte de la empresa para sancionar estas prácticas y los casos que salen a la luz pública han cimbrado miedo en cientos de mujeres que usan este servicio de forma constante.

“En Uber México su conductor me agredió y me asaltó. Les mandé un chingo de mensajes por mi cuenta de Uber y jamás me dieron respuesta. Su conductor sigue en las calles después de haberme asaltado y agredido” refirió la usuaria Tulita, quien denunció a un conductor de Uber en marzo de 2021.

Otro caso similar se registró con la usuaria de Twitter “La Cobra Gay”, quien interpuso una queja en la aplicación por el robo de un paquete que envió a través de la app, el cual nunca entregó el conductor.

“¿Qué pedo @Uber_MEX por qué tienes un servicio de paquetería si tus conductores roban? ayuda”, sostuvo la usuaria que tampoco obtuvo una respuesta favorable sobre esta situación.

La víctima confirmó a Reporte Índigo que la app nunca se hizo responsable de este robo y la queja nunca prosperó, aún cuando trató de comunicarse en repetidas ocasiones con el corporativo.

“Se sienten impunes y con toda la libertad de decirte cosas de tu cuerpo”, relató Lorna González, quien durante su etapa universitaria utilizó de forma recurrente el servicio de Uber para trasladarse en la Ciudad de México.

Durante estos años, la pasajera menciona haber vivido dos experiencias malas en los trayectos que realizó.

Detalla que la primera vez fue cuando solicitó un taxi en la aplicación de noche y al abordarlo el conductor la miró inapropiadamente y en todo momento buscó interrogarla. “Se ve que te divertiste, ¿verdad?”.

“Pensé que me iba a violar por la forma en que me miró o incluso a secuestrar porque el chofer estuvo en comunicación directa con otra persona dando santo y seña de donde iba pasando. Me dio mucho miedo porque además la distancia del trayecto era de más de 45 minutos”.

En marzo de este año, al usar la plataforma de Uber, Lorna refiere que el conductor de esta unidad comenzó a acelerar para ganarle el paso a otro coche, por lo que le solicitó detener la unidad, pues viajaba junto a su hijo.

“Iba con mi bebé y me dio miedo tener un accidente por la velocidad en la que iba; le pedí al conductor que se frenara en una calle y lo hizo de mala manera, pero al final se detuvo”, precisó la pasajera.

El acoso sexual también es una de las conductas que más cometen los choferes.

Mara García Juárez, trabajadora en el sector de comercio exterior utiliza esta app de 15 a 17 veces al mes y compartió que se ha llevado experiencias amargas al usar estos taxis privados.

“Tomé un viaje de Coyoacán a Lindavista en la Ciudad de México y el conductor primero tomó una ruta diferente, después, a la altura del Monumento a la Revolución, me exigió que me bajara del vehículo porque no le quedaba la ruta”, precisó.

Mara tardó una hora en realizar la reclamación correspondiente por la cancelación del viaje en donde no obtuvo ninguna respuesta por parte del corporativo.

Víctimas de todo

Denominadas por contrato como “socias”, las mujeres que se han enrolado como conductoras de la empresa privada de Uber enfrentan a diario agresiones verbales e incluso son hostigadas por los pasajeros que atienden.

A pesar de los mecanismos de seguridad que ofrece el corporativo ante situaciones de emergencia, las choferes enfrentan situaciones de todo tipo durante las horas que se emplean.

En los últimos tres años, la cifra de mujeres al volante en esta aplicación aumentó significativamente, a la par también se registró un alza en agresiones y situaciones de acoso, por lo que varias socias han creado grupos de Whatsapp o habilitado canales de  comunicación por medio de Walkie-talkie para reportar cualquier incidente en los trayectos.

Aún cuando las mujeres que manejan un vehículo para Uber cuentan con esta opción de exclusividad, otras socias no tienen de otra más que aceptar traslados de todo tipo para salir al día. Foto: Especial
Aún cuando las mujeres que manejan un vehículo para Uber cuentan una opción de exclusividad, otras socias no tienen de otra más que aceptar traslados de todo tipo para salir al día. Foto: Especial

En 2020, Uber anunció el lanzamiento de “Ellas”, función que permite a las conductoras aceptar viajes únicamente de mujeres.

Dos años después, las cifras confirman el éxito que tuvo este proyecto al contabilizar más de 17 millones de viajes completos en toda la región de América Latina, de acuerdo con datos de la plataforma.

Aún cuando las mujeres que manejan un vehículo para Uber cuentan con esta opción de exclusividad, otras socias no tienen de otra mas que aceptar traslados de todo tipo para salir al día.

Peligro constante

Conductoras entrevistadas por Reporte Índigo confirman que las agresiones verbales, acoso y violencia son una constante por parte de los usuarios que les toca atender durante las horas que se encuentran activas a través de la plataforma.

María Ivonne López tiene 54 años y es conductora de Uber en la Ciudad de México. En entrevista con este diario califica como de claroscuros su experiencia en esta app, pues ha presenciado desde peleas al interior del vehículo que maneja y actitudes violentas, hasta personas que vienen con copas de más y son groseros.

“Me han tocado pasajeros que vienen tomados y se han querido pasar de listos, personas prepotentes y groseras. Otros que vienen enfiestados me invitan a tomar alcohol durante los viajes y así varias situaciones incómodas”, relata.

La socia conductora trata de cumplir con 12 horas de trabajo al día “para que sea redituable” y detalla que justo cuando le toca ofrecer un servicio a una mujer es cuando más se siente en confianza, aunque es la menor cantidad de viajes que realiza.

Mientras tanto, Lidia González se autoempleó como socia conductora desde hace cuatro años y asegura que vio una oportunidad de trabajo luego de estar inactiva laboralmente por mucho tiempo.

Esta actividad, presume la automovilista, le ha permitido conocer actrices, youtubers y hasta diplomáticos.

También están los malos momentos, ya que se ha enfrentado a viajes incómodos como cuando un hombre la trató de forma despectiva, por lo que se vio en la necesidad de cancelar el servicio a medio camino.

“En ese viaje en particular recuerdo que el pasajero me empezó a gritar y a tratar muy mal. Siempre traté de guardar la calma y manejar la situación. De ahí en adelante me han tocado también mujeres que son groseras o hasta que se quieren desquitar contigo por tener un mal día”, describe la socia.

Lidia tiene como ruta de transporte el sur de la Ciudad de México y reseña que lidiar a diario con pasajeros alcoholizados que piden el servicio de taxi es parte de la jornada laboral, principalmente los fines de semana.

“Tenía ganas de trabajar y salir adelante. Interactúo con personas de todas las clases sociales. Siempre he tratado de ayudar a gente que se sube al auto y es de origen humilde”, dice la conductora.

Los retos

Pese a los proyectos aplicados para incentivar a las mujeres a darse de alta para ser socias conductoras de Uber, la participación de los hombres es predominante en este sector.

Respecto a las situaciones de riesgo que enfrentan tanto usuarias como conductoras, el área de comunicación de Uber precisó que se han reforzado los esquemas de seguridad para cada viaje.

Uber expone que mantienen procesos de verificación en la activación de todos los socios conductores como lo es la validación de documentos, revisión de antecedentes y la certificación psicométrica.

“Incluso después del proceso de activación, Uber realiza revisiones periódicas de seguridad, incluyendo la tecnología de reconocimiento facial, que solicita de forma aleatoria una selfie para proteger las cuentas.

La organización civil Simetría A.C. realizó un estudio para Uber y confirmó que en el país existen barreras culturales que impactan al momento en que las mujeres aprenden a manejar, así como estereotipos de género asociados a la conducción como una vía para generar ganancias. Foto: Especial
La organización civil Simetría A.C. realizó un estudio para Uber y confirmó que en el país existen barreras culturales que impactan al momento en que las mujeres aprenden a manejar, así como estereotipos de género asociados a la conducción como una vía para generar ganancias. Foto: Especial

“De no aprobar estos filtros, el socio conductor no puede seguir utilizando su cuenta para realizar viajes”, precisa el corporativo.

La empresa sostiene que busca garantizar siempre la seguridad de sus socias y la de las mujeres que utilizan esta plataforma, por lo que han trabajado de la mano con organizaciones civiles y  autoridades cuando se presenta una denuncia.

La app pone como ejemplo los tres mil viajes que se realizaron en conjunto con la Red Nacional de Refugios para el traslado seguro de mujeres en situación de riesgo para recibir atención adecuada.

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