Para muchas mujeres la maternidad significa sacrificio y tener un papel secundario en su propia vida. Foto: João Paulo de Souza Oliveira / Pexels

Maternidad, ¿destino o decisión?: “Mi plan de vida estaba muy alejado de ser madre”

El número de mujeres que no quiere tener hijos va aumento; la maternidad no es un “hecho natural”, sino una construcción cultural multideterminada, por las normas y necesidades de un grupo social específico

Jennifer Aniston, Cameron Diaz, Helen Mirren y Oprah tienen algo en común, y es que además de ser mujeres muy exitosas, también han decidido no ser madres.

Desde hace décadas algunas mujeres por deseo o convicción decidieron no ser madres, pero pese a ésta determinación personal, no cesa la presión social para convertirse en algo que no quieren.

En pleno 2023 predominan los discursos y los estereotipos contra las mujeres que deciden no ser madres, y se usan adjetivos peyorativos contra ellas como: “incompletas”, “egoístas”, “frías” o “inmaduras”.

Pero este pensamiento poco a poco se está desmitificando; ahora, muchas mujeres tienen la libertad de expresar que para ellas la maternidad representa sacrificio, responsabilidad y que la ven como una profesión mal pagada.

El romanticismo que había en torno a la maternidad comienza a desaparecer y cada vez se habla más de la realidad en torno a maternar a otro ser humano y todas las consecuencias que conlleva esta decisión.

“Desde pequeña decidí no ser madre”

Ana Paulina Flores, quien desarrolla proyectos con impacto social, decidió desde hace varios años no convertirse en madre.

“No me gustaba cuando jugaba con Barbies y cosas así o con bebés (…) En los primeros años de la secundaria yo ya sabía que no quería ser madre”, reveló en entrevista a Reporte Indigo.

“No me creo capaz de desempeñar ese papel, pero además no quiero”, puntualizó.

La decisión de no tener hijos puede estar condicionada por diferentes factores, como la infertilidad o problemas de salud.

En otros casos, la decisión de no ser madre es consciente y simplemente obedece a un plan de vida, las metas de las mujeres están enfocadas en otros aspectos; por ejemplo, buscar el éxito profesional.

“Yo siempre me vi profesionalmente trabajando en temas de conflicto armado, en guerras y cosas así como auxiliar humanitario. Esto significa que en cualquier momento mi vida puede estar en juego”, explica Paulina, como uno de los motivos principales por los que decidió no ser madre.

Ahora a sus 28 años tiene muy claro que quiere operarse para no tener hijos; sin embargo, Paulina se sigue enfrentado un sin fin de críticas que descalifican su decisión, incluso en su entorno más cercano.

“Lo que siempre escuché fue: Estás muy chica. Ahorita no puedes tomar esas decisiones porque no sabes, vas a querer más adelante. Está súper chavita, todavía puedes cambiar de opinión o lo dices porque tal vez no estás enamorada”.

Al respecto, Margarita Mantilla, quien es socióloga y maestra en Estudios de la Mujer, señaló que las mujeres que deciden no ser madres se enfrentan a un rechazo social.

“Hay inmediatamente un rechazo por no cumplir el mandato social patriarcal de ser mujer”.

“Las mujeres se enfrentan a un rechazo social e incluso hasta un repudio social al verse como mujeres abyectas (…) es un poco como llevarlas a una categoría de no mujeres”, explicó la experta.

Y es que, aún existen prácticas patriarcales y paternalistas que impiden a las mujeres tener control sobre sus cuerpos y sus vidas porque están regidas por la opinión masculina.

“Va ser muy fácil violentar a una mujer desde una práctica patriarcal”.

“Llevo 5 años intentado hacerme la salpingoplastia sin éxito”

Pese a que desde los 23 años, Paulina decidió que no quiere ser madre, lleva 5 años intentando practicarse una salpingoplastia o oclusión tubaria bilateral.

“Tengo 28 años, no me puedo operar nadie me quiere operar”, relató.

Incluso fue violentada por un doctor, quien le dijo que primero le debían realizar un estudio psiquiátrico para corroborar que está bien de sus facultades mentales para tomar esa decisión.

“Mi lógica sería que entonces alguien que decide ser padre o madre también le deberían hacer ese estudio”, expone al señalar que ésta práctica nunca se realiza, aun cuando se trate de embarazos adolescentes.

Paulina también ha recibido comentarios relacionados con la estética, le han hecho ver que su decisión hará que envejezca más rápido y que su nivel hormonal se volverá un desastre.

En la norma mexicana, NOM 005-SSA2-1993, de los Servicios de planificación familiar se establece que la oclusión tubaria bilateral sólo se recomienda para mujeres que ya tuvieron hijos y no quieren más, que tienen retardo mental o por razones médicas.

Pese a que es un método altamente efectivo, con una eficacia del 99 por ciento y el riesgo de fracaso en general estimado es de 1 en 200, no se recomienda en mujeres fértiles sanas.

En las clases sobre sexualidad, este procedimiento ni siquiera se menciona como un método para prevenir embarazos, pese a que su efectividad anticonceptiva es inmediata, no tiene efectos secundarios a la salud de las mujeres y tiene un efecto protector contra el cáncer de ovario.

Al respecto, Margarita explicó que el ámbito de la salud no se salva de prácticas machistas y aclaró que es un sesgo pensar que el patriarcado sólo es palpable en personas que no tienen preparación.

Ambas coinciden en que las mujeres no se definen por el hecho de ser madres.

“Para mí sí es importante denunciarlo porque… ¿qué pasa con las chicas que vienen de comunidades indígenas o con mujeres más jóvenes que ya no quieren tener hijos?”, se cuestiona Paulina.

Para finalizar puntualizó la importancia de cambiar los patrones de violencia: “Hoy en día estamos en un momento importantísimo para cambiar estos patrones y violencias que durante mucho tiempo han permanecido no nombrados e incluso invisibles”, finaliza.

Lo más importante es: ¿Tú qué opinas sobre la maternidad?

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