Las madres que buscan entre la tierra a sus hijos; sus tesoros

Con palas, incluso con sus propias uñas, Las Rastreadoras buscan entre la tierra a sus tesoros, restos que reviven la esperanza de hallar a sus familiares
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Desde hace cinco años, Las Rastreadoras del Fuerte –un grupo de madres, hermanas y esposas– decidieron hacer el trabajo que los gobiernos dejaron de realizar: buscar a sus desaparecidos. Con palas, incluso con sus propias uñas, las mujeres quitan la tierra de su camino para hallar a sus “tesoros“, restos que reviven la esperanza de hallar a sus familiares.

El próximo 12 de septiembre, este grupo conformado en su mayoría por mujeres cumplirá seis años de desenterrar la violencia del país; ver a los ojos a la corrupción; inspirar a otras personas.

Todo comenzó con Mirna Nereida Medina Quiñónez, una madre que perdió a su hijo Roberto Corrales Medina, el 14 de julio de 2014.

Lo último que se supo de él fue que subió a una camioneta Explorer color negro, junto a una gasolinera en El Fuerte, Sinaloa.

Desde entonces, cada año realizan una Marcha del Silencio que parte de ese expendio, en memoria de Roberto y todos los desaparecidos que se han unido en el camino.

Las rastreadoras recorren montes, campos y cerros, con un único objetivo: hallar a los suyos.

En una entrevista que otorgó a Noroeste, Mirna asegura que en su cabeza aún retumban las palabras que el comandante de la Policía Municipal de El Fuerte le dijo cuando le pidió ayuda a encontrar a su hijo: “nosotros no buscamos”.

El impulso por volver a ver su hijo la empujó a organizase con otras mujeres y crear en el 2014 el Grupo Desaparecidos del Fuerte.

Más tarde, el periodista Javier Valdés –asesinado el 17 de mayo del 2017 en Culiacán, Sinaloa– las rebautizó como Las Rastreadoras.

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